18 Octubre. Organizar a la vanguardia obrera y la juventud bajo el programa de la Revolución Proletaria Mundial

Domingo, 16 Octubre 2022 23:01

A tres años del 18-O, cuando las masas irrumpieron violentamente en la escena. En ese momento gobernaba Piñera, el que no escatimó recursos para imponer una salida represiva, desplegando carabineros y militares en todo el territorio nacional, encarcelando, asesinando, torturando, mutilando a cientos de luchadores obreros y populares. De esta semi insurrección espontánea, seguida de una huelga general del 12 de Noviembre con la irrupción de la clase obrera paralizando la producción, la burguesía buscó un desvío constituyente y con elecciones tras elección buscó poder cerrar el proceso. El proceso no cuajó el desvío, pero sí logró desarmar y absorber a sectores organizados de los “movimientos sociales” (como No + AFP’s, Coordinadora 8M) algunos de ellos diluyéndose por completo en la convención; mediante el texto constitucional buscaron estatizar sus demandas.

De todas maneras a pesar de la votación del 04 de septiembre donde ganó la opción rechazo, los  políticos de la burguesía ven la necesidad de una reforma constitucional en un proceso que será más amañado que el anterior, donde los viejos políticos “profesionales” –al servicio de la burguesía- se encierran a discutir un cambio constitucional. Lejana queda ya la ilusión de que la vieja “cocina” no actúe, ahora se les hace más que necesaria. La llegada al gobierno de Gabriel Boric, significó pasar por la ilusión de sectores de masas en reformas, o mejoramiento de sus condiciones de vida. Éste rápidamente demostró ser un gobierno para el capital y el imperialismo. Su halo de progresista ha sido muy útil para poder reforzar el aparato represivo, dando pleno respaldo a las policías, manteniendo los presos políticos, continuando con los estados de excepción, reprimiendo las movilizaciones estudiantiles, encarcelando y persiguiendo a luchadores por sus ideas, consagrando la impunidad de los responsables políticos, militares y policiales, ha recibido la aprobación de los empresarios y del imperialismo yanqui para seguir profundizando y reafirmando el carácter semicolonial del país con el visto bueno en la  aprobación del Senado del TPP11. Pese a que los sectores del gobierno del FA o del PC posan de críticos ante el accionar de su propio gobierno, o hablan de “relación de fuerzas” para echarle la culpa al pueblo de su propia política, impulsan una línea de unidad nacional del arco político burgués, donde buscan reformar la envoltura democrática del capital.

Por su parte la izquierda que se reclama trotskista entró de lleno en el desvío constituyente, lo que hace más irrisorio los llamados de los centristas “a luchar por una verdadera asamblea constituyente”, como una etapa necesaria hacia la toma del poder, lo que a estas alturas resulta una tozudez de parte las direcciones de esos grupos. Esta adaptación al régimen democrático burgués, que se expresó desde su adhesión “crítica” a la convención pasando por su llamado a votar a por Boric ante la amenaza del “fascismo”, ya no resulta una novedad y comienza a hacer una peligrosa trampa que los deja como furgón de cola de candidatos burgueses en las elecciones. Ahora grupos como el PSTU de Brasil (el MIT en Chile) llaman a votar por Lula para derrotar a Bolsonaro, un candidato que fue salvado por la burguesía para mejor controlar la crisis, alejándose sistemáticamente de la lucha por la independencia de clases.

La descomposición imperialista empieza verificarse con toda su crudeza en la guerra, la inflación y las condiciones materiales de la clase obrera comienzan a deteriorarse en los distintos países con diversas formas y profundidad. Asimismo a la juventud que sale a luchar contra el sistema capitalista solo le depara la represión, precariedad laboral o cesantía, por lo que urge la organización de una nueva generación que prepare los cimientos de la destrucción del capitalismo.

La democracia burguesa ya deja ser una forma de cooptación de masas estable para el imperialismo. La democracia burguesa esta caduca, eso que con las trompetas de guerra se anunciaba ya a principios del siglo pasado, y se le describía como un cadáver insepulto se vuelve patente. Es la clase obrera y su vanguardia la que debe sepultar al capitalismo, tal como ocurrió con la Revolución Rusa, que abrió la era de la revolución proletaria mundial. Para ello es necesario sacar lecciones de este y otros procesos de la lucha de clases, aprender de los procesos más avanzados que ha dado nuestra clase, pasar de la semiinsurreción espontánea a preparar el camino de la insurrección consciente. Por ello la necesidad de reconstruir la dirección revolucionaria mundial del proletariado, la IV internacional, se vuelve una tarea de primer orden

Libertad y desprocesamiento de los presos por luchar

Enfrentemos al Imperialismo. NO al TPP11

Impulsemos un Congreso de delegados de base de la clase trabajadora

Por un Gobierno Obrero

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