Enterrado Piñera, sepultemos al capitalismo
Domingo, 11 Febrero 2024 15:08Homenajes de Estado, matinales lacrimosos, condolencias de pinochestistas hasta “comunistas”, incluso un sobreseimiento judicial póstumo a crímenes de lesa humanidad, se abigarraron en la escena política para repasar la muerte de Sebastián Piñera.
Boric, Jadue, Chadwick, Vallejos, todos lamentando la partida de un “estadista”, un “demócrata”, un “presidente elegido constitucionalmente”. Al mismo tiempo se expresaron un centenar de manifestantes en plaza dignidad, unos festejando su muerte, otros lamentando su deceso en impunidad (para él y todos sus cómplices); recordando cuando miles salimos a “celebrar”, con el mismo sabor a tarea pendiente, la muerte del dictador genocida Pinochet.
Todo el cierre de filas de amigos y opositores, refleja el alineamiento incondicional de los políticos de la burguesía y la pequeñoburguesía con la democracia burguesa, con la dictadura de una clase criminal que no escatima en esfuerzos para someter al pueblo a las cadenas de la dominación imperialista.
Y Piñera representaba fielmente al tipo clásico de burguesía chilena, una burguesía rentista parasitaria del capital financiero imperialista, dependiente de éste y parasitaria residual de la expoliación de recursos naturales y de la explotación obrera. Pinochetista ambiguo, ladrón, estafador, mentiroso, asesino, explotador, pueden resumir brevemente las características de cualquier personaje de esta clase en descomposición.
Pero toda la parafernalia desatada para homenajear a este esperpento, no sólo se debe a su pertenencia al corazón de la clase capitalista, sino a los hitos que atravesaron a sus dos periodos de gobierno. Sólo por mencionar los más importantes hechos tenemos; a la movilización del estudiantado en el 2011, fuertemente reprimida y desviada con la ayuda de la burocracia estudiantil de entonces (que hoy forma la camarilla gobernante); montajes judiciales y prisión política contra activistas obreros, populares y mapuches; represión violenta contra el levantamiento de los pobladores de Aysén en el 2012; asesinato del dirigente obrero Juan Pablo Jiménez en el 2013, asesinato de Camilo Catrillanca (2018) y Pablo Marchant (2021); y la represión de la semiinsurrección espontánea de Octubre del 19, con más de 40 muertos y 500 mutilados oculares, además de los presos políticos y los torturados, donde sacó a los militares a la calle y le declaró la “guerra” al pueblo.
Boric, Vallejo, Toha, lamentan su partida, y se disculpan de sus expresiones críticas de ayer, porque están llevando adelante la agenda de continuidad de la burguesía. Ajuste, desocupación, militarización, represión, explotación, presos políticos, persecución contra los luchadores, etc.
Y este es el principal motivo de su homenaje, pretenden con gestos unitarios, enterrar la lucha de clases, demonizar todos los hitos de lucha y organización de nuestra clase.
En momentos de profunda descomposición del sistema capitalista, debemos redoblar nuestros esfuerzos para terminar de enterrar a este cadáver insepulto.