A 5 años del “Estallido”, CONTRA EL IMPERIALISMO DECADENTE Y SU DEMOCRACIA

Jueves, 17 Octubre 2024 22:11

Hace 5 años, el llamado “estallido social” fue una irrupción de fuerzas elementales, de trabajadores, desocupados, jóvenes, estudiantes, que cuestionó los cimientos de la sociedad de explotación, sin poder rebasar los límites impuestos por el aparato estatal. Ese organismo descompuesto que garantiza la dominación imperialista descargó una cruenta represión, dejando muertos, mutilados, torturados, presos políticos.

A esa semiinsurrección espontánea le siguió una huelga general el 12 de Noviembre donde, de la misma forma caótica, improvisando en organización y acción, la clase trabajadora hizo tambalear al entonces gobierno de Piñera, dejándolo al borde de su caída.

No fue sólo la cruenta represión contra los que luchan lo que activó la clase dominante para confrontar este levantamiento de amplios sectores de masas. Todo el régimen político burgués y pequeñoburgués selló un “Acuerdo por la Paz y el Orden Público” para darle sobrevida al debilitado gobierno, y desplegar una batería interminable de elecciones (municipales, convencionales, primarias, presidenciales, etc) cargadas de promesas de reforma a la democracia semicolonial mediante las constituyentes y una renovación de su staff político. El ensayo general reaccionario que significó la intervención estatal con la pandemia también otorgó un respiro a los capitalistas, además de cuantiosas ganancias, significó un ataque en regla contra todos los vestigios de organización que quedaron en pie.

El gobierno de Boric (PC y FA), además de cooptar mediante el aparato estatal a sectores de los “movimientos sociales”, fue el encargado de aplicar una a una las políticas de reacción. Impulsaron leyes antiobreras y represivas como la ley de flexibilización laboral de 40 horas, ley anti tomas, ley gatillo fácil, ley de infraestructura crítica, mayores recursos para la represión, impunidad para los represores, desactivación de las luchas obreras con mesas de diálogos de manos vacías. Persiguieron a organizaciones, desalojaron a pobladores, encarcelaron a luchadores, aplicaron la ley de seguridad del estado, militarizaron zonas enteras del país, reprimieron la organización estudiantil dentro y fuera de los liceos, pactaron el TPP11 y consolidaron lazos militares con el comando sur de EEUU, y un largo etc. Cada paso reaccionario de este gobierno fue endulzado con su verborragia estatista pequeñoburguesa.

La ausencia de mediaciones fuertes preocupa a la burguesía para los próximos periodos. Justamente fue esa falta de mediaciones que contuvieran y anticiparan la semi-insurrección del 18 O que comenzaba a incubarse en las masas con golpes que se reciben a diario en los lugares de trabajo y estudios. El hastío con la politiquería, que trasunta las elecciones burguesas y al parlamento, provocan una separación cada vez mayor entre las masas con el estado burgués. Sectores de la pequeñoburguesía hoy “se escandalizan” con la corrupción del poder judicial, como una muestra más de su cinismo (ante hechos consustanciales al capitalismo). Esa misma pequeñoburguesía se disputa visceralmente el botín del estado como el principal motivo para toda esa maquinaria electoral que a su vez deja en evidencia que los partidos burgueses y pequeño burgueses son meras coaliciones electorales sin raíces en sectores de clases.

La burguesía ha realizado un denodado esfuerzo por demonizar a esa semiinsurrección con el mote de “estallido delictual”. Su principal argumento es el mismo que desató las fuerzas de nuestra clase, que hoy el grado de descomposición del capitalismo es aún más profundo que entonces.

Y es que las causas no se encuentran en las particularidades nacionales, en las formas que adquieren nuestras batallas. Nos encontramos ante la manifestación de la decadencia imperialista y su línea guerrerista. La falta de orientación del sistema imperialista con la guerra entre dos ex estados obreros Rusia-Ucrania, y la escalada entre el enclave Israelí con los países del medio oriente, donde el sionismo no ha podido derrotar a la resistencia pese al genocidio llevado a cabo al pueblo Palestino que ahora extienden al Líbano. Tendencias guerreristas en la situación mundial que muestran la putrefacción de la democracia burguesa y sus instituciones creadas en la posguerra.

En Latinoamérica los gobiernos semicoloniales vienen aplicando líneas de ajustes contra la clase obrera y el pueblo, disciplinándose a los dictados del amo imperial como en Perú, Chile, Colombia, etc. Lo que desata importantes gestas de lucha obrera y estudiantil como en Argentina enfrentando estos ataques.

Este 18 O además de conmemorar el quinto aniversario del levantamiento obrero y popular, es una oportunidad para sacar lecciones, superar la debilidad de aquel proceso que fue desviado por constituyentes y mecanismo de la democracia burguesa. Para ello es fundamental desarrollar no sólo la organización obrera, sino preparar su dirección revolucionaria que intervenga en los sindicatos, impulsando el control obrero de la producción, las tareas preparatorias para la insurrección consciente, la toma del poder destruyendo al estado burgués, instaurando la dictadura del proletariado y su extensión internacional.

Forjemos la dirección revolucionaria del proletariado, la cuarta internacional reconstruida.

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