NO al proyecto J "Aula Segura"
Sexta, 17 Mai 2019 21:43Abajo la represión del Estado Burgués contra la juventud
Más de un mes ha pasado desde que del Gobierno dieran a conocer el proyecto de ley “Aula Segura” para, según palabras de la Ministra Cubillos, “perseguir con toda la fuerza de la ley a aquellos delincuentes y violentistas disfrazados de estudiantes”. Los jóvenes han estado en la mira del gobierno hace rato, primero con el estatuto laboral juvenil que viene a precarizar el trabajo de los jóvenes y ahora con la ley Aula Segura, que resulta un ataque por donde se le mire hacia la organización estudiantil y su lucha de años contra la educación de clases, dividiendo a estudiantes y trabajadores de la educación e imponiendo salidas directamente autoritarias, porque al parecer que se les quedó en la casa el disfraz de “democracia”. La burguesía sabe que la juventud es un sector que no ha podido cooptar, ya que no le ofrece más que un futuro de miseria en esta sociedad de explotación.
El proyecto de ley (original) en la práctica viene a otorgar a los directores de escuelas públicas (designados por los Alcaldes) la facultad de expulsar de forma inmediata y sin un “debido proceso” (porque no son capaces ni de respetar sus propias leyes) a los estudiantes que porten armas, bombas molotov, o que agredan a miembros de la comunidad educativa, con la clara finalidad de perseguir a las organizaciones que los propios estudiantes tengan dentro de su establecimiento. Las razones que nos dan ya las conocemos de sobra, sus medios de comunicación ya se encargaron de difundir el terror y la desaprobación generalizada hacia la organización y movilización estudiantil con la difusión de los videos que muestran un claro acto de defensa parte de grupos de estudiantes hacia los pacos que fueron a reprimir impunemente dentro de los liceos.
Ahora el proyecto modificado por la oposición parlamentaria le agregan el mote de “aula democrática”, un eufemismo usado por estos cínicos para posar de democráticos, aunque en lo fundamental cierran filas, manteniendo la injerencia represiva en las salas de clases; la oposición viendo la seguidilla de cuestionamientos que le llovían al proyecto ha agregado algunos días posteriores a la expulsión para que el estudiante pueda realizar sus descargos al respecto y así vestir de democrática la medida que les dé chance de desarticular el movimiento estudiantil y que no se vea tan descaradamente la represión. El Frente Amplio no se ha quedado atrás, tanto en el congreso como en los medios han manifestado públicamente su condena hacia los actos de “violencia” por parte de los estudiantes en los liceos, instando como cualquier sapo o lacayo de los burgueses a buscar culpables dentro de los establecimientos, haciéndoles como siempre la pega de mejorar los métodos represivos del Estado.
El Colegio de Profesores, por otro lado, si bien en un comienzo manifestó un tibio rechazo hacia la medida, se ha cuadrado también condenando la violencia por parte de los estudiantes y señalando algunas modificaciones que harían posible que el proyecto fuera apoyado por el magisterio. Se le olvida al parecer al “humanista” Aguilar toda represión y violencia de años que llevan encima los estudiantes y trabajadores de la educación, se le olvida la indiferencia que han mostrado todos los gobiernos de turno hacia la crisis de la educación, hacia las propias demandas docentes como los docentes a contrata, la deuda histórica y o la desmunicipalización son sólo una muestra de cómo les han puesto el pie encima durante todos estos años, sin que sus dirigentes hayan respondido de forma contundente. El gobierno señala hipócritamente que esta medida busca proteger y defender a profesores agredidos, mientras desconoce sus demandas históricas, sus reivindicaciones salariales y los mantiene sin una respuesta frente al petitorio que lleva meses discutiendo con el C.d.P. en estos momentos.
La hipocresía es aun mayor si es que hablamos de violencia; la represión constante e indiscriminada hacia estudiantes, trabajadores, sin mencionar lo que sucede con las comunidades mapuches, ha sido siempre parte de la estrategia de gobierno, una estrategia sistemática de represión por parte del Estado en defensa de este sistema de explotación.
Es preciso entonces que la juventud trabajadora y estudiantil se encargue de organizar los comités de seguridad necesarios como respuesta de defensa y organización de nuestras medidas de lucha como las tomas de colegios, las marchas o manifestaciones.
Por la organización revolucionaria de la juventud. Paso a la juventud trabajadora
El proyecto aula segura no se dirige contra unos encapuchados o unos overoles. Se dirige estrictamente para perseguir y criminalizar a los activistas estudiantiles. Pretenden evitar que los colegios y liceos se transformen en centros de organización y discusión en la lucha contra la educación burguesa. Los estudiantes, así como los trabajadores tienen un legítimo derecho a organizarse, accionar y defenderse frente a los ataques del Estado burgués, que busca desarticular cualquier viso de organización y movilización. Es necesario más que nunca fortalecer la organización estudiantil. Imponer asambleas generales en los colegios, exigir que se paren las clases para que podamos deliberar sobre el futuro. Los centros de alumnos deben llamar a votar delegados de curso que sean los verdaderos cuerpos de activistas dirigentes los que luchen contra la represión que hoy quieren imponer en los colegios. Los estudiantes deben discutir y desarrollar planes de lucha que sean votados en asambleas generales. Es prioritario impulsar medidas de acción para unificarse con los trabajadores, se debe pelear por mejores condiciones de infraestructura y condiciones de trabajo, para ello se debe exigir a las organizaciones sindicales docentes y de funcionarios levantar un pliego común por la educación, que parta con un compromiso por apoyar las medidas de lucha de los estudiantes, la defensa de los estudiantes perseguidos y sumariados, incluyendo la defensa de las acciones de lucha como las tomas, por ningún motivo se puede permitir que el Estado divida la lucha contra la educación burguesa. Los revolucionarios defendemos la violencia que ejercen los explotados y oprimidos contra los explotadores, pero buscamos que esta se ejerza de manera organizada y consciente para repeler todo tipo de ataque y persecución contra la movilización y lucha estudiantil. Se debe transformar la lucha educativa en lucha de clases.
Noviembre 2018