Libertad a los Presos por Luchar
Terça, 05 Agosto 2025 22:42Prisión Política en Chile.
Por Carlos Reyes
Desde la existencia de la sociedad de clases, los sectores dominantes han utilizado la prisión como instrumento de escarmiento para quienes transgreden las normas de su ordenamiento legal, el que siempre se ha impuesto a punta de sangre y fuego.
Pero sin duda los opresores se han esforzado mucho más en la coerción cuando la alteración de su orden viene desde los oprimidos y con un contenido político en su contra.
Así ha sido desde la antigüedad, y en la actualidad, en que corren tiempos de descomposición avanzada del imperialismo, es evidentemente mayor.
De esta realidad no escapa nadie quien esté bajo un régimen burgués, que es el que rige o condiciona en todas las naciones del mundo. Sin excepción, aunque sus gobiernos se muestren con ropajes de “izquierda” o que por cuidar sus privilegios discrepen con las potencias mundiales.
Acá en Chile con el regreso de la democracia burguesa, tras el pacto entre la extinta Concertación (padres políticos de quienes gobiernan hoy) y la dictadura genocida de Pinochet, la situación de la prisión política se ha sostenido con mucha fuerza, por más que desde el Estado y sus aparatos se esmeren en ocultarla y darle un carácter exclusivamente “jurídico” a las sanciones.
Desde los 90’ miles de luchadores sociales, desde conflictos sindicales, movilizaciones estudiantiles, espacios políticos en poblaciones y comunidades Mapuches en resistencia, entre otros, se han visto enfrentadas a la justicia patronal chilena. Hostigamientos cotidianos, allanamientos abusivos, juicios eternos, prisiones preventivas extensas y condenas desproporcionadamente largas son la norma en este régimen.
Boric, al igual como hizo el 15 de noviembre del 19’, se esfuerza con su coalición de gobierno por sostener el régimen tal cual como lo impuso “la transición”, es decir, atado a los designios del imperialismo económico, a la (sub) burguesía nacional y a los contextos parlamentarios. Y en esa línea también mantener y reforzar los aparatos represivos contra quienes luchan por fuera de sus márgenes institucionales.
Dentro de ese panorama nacional, la prisión política es una de las armas más letales del (semi) estado burgués chileno que mantiene este instrumento de represión con similar carácter que el de la dictadura.
Mauricio Norambuena, ex combatiente contra Pinochet y quien además venció la prisión política en su fuga junto a sus compañeros desde la cárcel de alta seguridad el año 95´, está recluido con un estricto y absurdo régimen, a pesar de estar en una grave condición de salud. Héctor Llaitul, constantemente encarcelado por combatir desde las comunidades Mapuche en resistencia a las forestales y gobiernos racistas, ha sufrido irregulares juicios y, por lo mismo, ha sido condenado a más de 20 años, al igual que su hijo Pelentaro, joven luchador que arriesga el resto de su vida en prisión.
Y así son cientos de casos en la actualidad y todos merecen de nuestro respeto y solidaridad activa, aunque provengamos de otros espacios políticos de la izquierda revolucionaria, porque si bien podremos tener alejadas tácticas y estrategias ellos son víctimas de nuestro mismo enemigo, el capital y su estado.
Es necesario visualizar aún más su situación y pensar la perspectiva de organizar una movilización general para luchar por su liberación.
Los sindicatos, centros de estudiantes y todos los espacios de lucha contra el capital deben levantar la demanda de la libertad incondicional de todos los presos políticos porque solamente desde ahí y con independencia de clase podremos arrancar a los compañeros y compañeras de las cárceles.
Desprocesamiento de todos formalizados por luchar.
Libertad inmediata e incondicional de todos los presos políticos.
Por una movilización general desde los sindicatos, centros de estudiantes y organizaciones en lucha para conseguir la libertad de todos los presos políticos.