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Terça, 16 Novembro 2021 21:09

ANTE LAS ELECCIONES

Nos encontramos ad portas de una nueva elección, esta vez de presidenciales y parlamentarias. El centro de esta democracia para ricos coloca a los trabajadores y al pueblo en la disyuntiva de elegir quién será su próximo verdugo, el que aplique los planes que la patronal y el imperialismo tienen en carpeta.

Como en toda elección de cargos a las instituciones del aparato estatal burgués es una coyuntura favorable para los empresarios. El actual escenario donde el candidato (Sichel), designado por el gobierno y las cámaras empresariales, se proyecta con pocas posibilidades de ganar esta elección, les provoca incertidumbre en cuanto a la relación a establecer con la clase obrera (con más mediaciones o no) a la hora de desplegar su orientación para descargar la crisis (de la deuda, la inflación, la cesantía, etc) sobre las espaldas de la población trabajadora.

Junto a esto su necesidad política de fortalecimiento del aparato represivo, que ha dado una gran muestra de unidad en la acción y en la omisión ante la militarización de la Araucanía de parte de todos los candidatos, de Kast a Boric. Y esta política es fundamental para el próximo periodo ya que se trata de fortalecer al estado para confrontar con los procesos de lucha de clases que se vienen desarrollando. Ya el candidato de Apruebo Dignidad pagó su derecho a estar en la papeleta presidencial salvando a Piñera de su derrocamiento por medio de la huelga general, mediante el “Acuerdo por la paz y el orden público” y el respaldo de las leyes represivas en medio de las movilizaciones de masas.

Lo claro es que la burguesía requiere un candidato que les garantice el ajuste y ataques a la clase obrera sin la necesidad de procurar (por ahora) una derrota física a ésta. Por ello es difícil que después del 18-O la burguesía apueste sus fichas a un candidato como Kast, toda vez que la política dictada desde el amo yanqui de intervenciones militares para el control interno ha provocado la respuesta de las masas desarrollando procesos álgidos de lucha de clases en el patio trasero del imperialismo.

Respecto al candidato de la pequeñaburguesía, en el coalición electoral Apruebo Dignidad, donde conviven una serie de partidos y grupos políticos con concepciones estatistas, identitarias , etc, expresa en su programa, lo dicho por el candidato Boric, traer estabilidad con cambios, de manera gradual, en definitiva garantizar el orden burgués con reformas al estado. Ante la presión empresarial dio marcha atrás con la política de conciliación de clases de intentar meter representantes obreros en los directorios de las empresas, reculó “con gradualidad” sobre la disminución de la jornada laboral, etc, etc, y apuesta a coronar lo iniciado con el Acuerdo del 15N, dando por cerrado el proceso abierto del 18-O junto a la C.C.

Un importante sector lo vota por el temor de que salga elegido el candidato “fascista Kast”. Si bien este candidato es un sujeto ultra reaccionario amigo de contrarrevolucionarios del estirpe del genocida Krassnoff (condenado a más de 840 años de cárcel), debemos dejar en claro que estructuralmente el fascismo (como una variante del bonapartismo en los países imperialistas, fue una corriente burguesa del capital monopolista para extender sus dominio coloniales y conjurar la extensión de revoluciones obreras) no se puede desarrollar en los países semicoloniales. El fortalecimiento de esta candidatura, sí puede considerarse como la reserva de un bonapartismo sui generis apoyado más decididamente en el aparato represivo para sostener la dominación imperialista. Toda la cantata “antifascista” que engrupe hasta sectores de la izquierda revolucionaria, no significa más que un embellecimiento de la democracia de los ricos, para cerrar filas con otras fracciones burguesas y del arribismo pequeñoburgués.

Mientras el candidato estalinista Artés lleva a cabo el reaccionario programa del socialismo en un solo país de la burocracia soviética, pero ahora a un estado burgués con la idea de “reindustrialización”, que impulsará la “independencia nacional” de la mano de las “pequeñas y medianas empresas” mediante planes “quinquenales”, representándose como virtud todas las deformaciones del Estado, entre ellas el culto al burócrata y al absolutismo burocrático.

Lamentablemente sectores del trotskismo como el POR han llamado a votar por este candidato, adaptándose a los programas nacionales de los grupos populistas y reformistas, y olvidando que con el estalinismo ríos de sangre obrera nos separan. En la adaptación a la democracia burguesa caen los grupos centristas agrupados en el frente de unidad por la clase trabajadora, cuyo principal partido es el PTR, quien continúa desarrollando su línea de adaptación a los slogans surgidos de la pequeña burguesía y de la opinión pública. En ese sentido va su derrotero, de la vieja consigna militante de “trabajadores al poder” se reconvierte en su adaptación a la “lucha contra la derecha” en la consigna de “trabajadores al congreso”, con la idea de que en ese reducto burgués se pueden votar leyes a favor de los trabajadores. De mismo modo han dejado la posibilidad abierta de votar en segunda vuelta por algún candidato contra el “fascismo”(?!!).

Es por esto que en este escenario burgués como son las elecciones, denunciamos el carácter patronal de las mimas y llamamos a votar nulo o en blanco tanto en primera como en segunda vuelta.

Los trabajadores debemos prepararnos para enfrentar el ataque que preparan las patronales, el que aplicarán con mayor o menor dificultar con cualquier presidente y coalición parlamentaria resultante de estas elecciones. El ensayo de reforma constitucional, pretende llevar las demandas sociales al seno del Estado burgués, buscando su estatización, su absorción, su liquidación, para que no sean los trabajadores organizados los que impongamos una salida independiente confrontando con el aparato reaccionario de las patronales y su gobierno, con los métodos de la lucha de clases, y con un programa obrero en la lucha por la conquista del poder.

Quinta, 04 Novembro 2021 07:07

Asesinados por el Estado

En el transcurso de la jornada de ayer, comunidades mapuches protestaban en Cañete contra el despliegue de militares y blindados en la región de la Araucanía. Carabineros desplegaron una cruenta represión la que fue respaldada por infantes de marina, que desde sus vehículos desataron ráfagas de munición militar contra manifestantes y transeúntes, mujeres y niños, asesinando a Jordan Lempi (23 años) y a Ivan Porma (44 años)*. Del mismo modo en la ruta hacia Tirúa, que estaba bloqueada por los propios militares, dejando pasar vehículos se pusieron a disparar contra los mismos a medida que estos circulaban, dejando a varios heridos de bala, incluida una menor de 9 años, según algunos testimonios.
Esta es la consecuencia directa del Estado de Excepción montado en la zona por el gobierno con el fin de intentar azuzar a los elementos más reaccionarios de la pequeñoburguesía en medio de las campañas electorales presidenciales. La intensificación de la militarización de la zona ha motivado distintas acciones de resistencia ante la ocupación y despliegue represivo, al tiempo que se suceden puestas en escena de grupos armados por terratenientes y empresarios forestales para inducir a confusión y aplicar el terrorismo estatal. Esto a pocos días de la conmemoración del segundo año del levantamiento semiinsurreccional del 18 de Octubre el que fue recordado reiterando masivas movilizaciones y saqueos a supermercados, lo que llevó a todos los candidatos presidenciales a condenar la "violencia"... de los explotados.
Iniciada su labor de redacción constitucional el mismo 18 de Octubre, con pomposos discursos de un "nuevo Chile" por un "pacto social", la CC tuvo que salir obligada y momentáneamente de su burbuja, de convencionales danzando y cantando con guitarra en mano, espoleada por la ineludible lucha de clases que ni la constitución de Pinochet, aunque lo quiso, pudo conjurar. Así los convencionales mapuches salieron a repudiar los asesinatos sin que la militarización y el estado de excepción en la zona les haya perturbado el sueño en la víspera. Esta falta de pronunciamiento no es casual, se trata de los límites de la reforma estatal que empuja empeñosamente la pequeñoburguesía, que no tocará un ápice de la estructura del Estado burgués semicolonial, el que recostado sobre el imperialismo ha pertrechado con equipamiento y armamento del más avanzado a sus fuerzas represivas para someter a los trabajadores y el pueblo.
Los trabajadores y la juventud debemos enfrentar con masivas movilizaciones y acciones de resistencia el accionar represivo del Estado. Al mismo tiempo debemos batallar por recuperar los sindicatos para la lucha contra el imperialismo creando los comités de autodefensa necesarios para enfrentar la represión y derrotar el accionar y la trampas de la democracia para ricos.
Es prioritario que impulsemos la organización obrera y de la juventud levantando un Congreso de delegados de la clase trabajadora, donde se discuta un programa y un plan de acción para enfrentar al Estado y dar salida a la crisis capitalista. Es necesario levantar la bandera de la desmilitarización de la Araucanía, arrancar de las cárceles a los presos por luchar, la disolución de las fuerzas represivas y la destrucción del aparato burocrático-militar del Estado burgués en el camino de conquistar un gobierno de trabajadores.

Justicia por Jordan, Justicia por Iván
Abajo la militarización de la Araucanía
Libertad a los presos por luchar
Enfrentemos la represión, levantemos comités de autodefensa
Impulsemos un Congreso de Delegados de base de la clase trabajadora

 

*Luego de publicada la presente nota se informó que afortunadamente no había fallecido Ivan Porma luego de recibir varios proyectiles. Aún su estado de salud es grave, encontrándose internado en el Hospital de Temuco. 10-11-21

Al conmemorarse dos años de la semiinsurrección de fuerzas elementales protagonizada por diferentes estratos de la clase obrera y la juventud, vemos como este proceso álgido de lucha clases, la burguesía no ha logrado derrotar a las masas trabajadoras, pese a haber ocupado el arsenal represivo del Estado sistemáticamente, y puesto en marcha el desvío con la constituyente.
En esta conmemoración del 18O nos encuentra ante la cercanía de las elecciones presidenciales y parlamentarias, donde la burguesía busca a engañar a los trabajadores y el pueblo.
El gobierno trata de “derechizar la situación” imponiendo el estado de emergencia en la Araucanía, orquestado por una puesta en escena de los grupos de empresarios forestales y camioneros, desplegando gran contingente militar y policial. Esto ante la debilidad del gobierno, que simbólicamente firmó el decreto de militarización de la zona mapuche el mismo 12 de Octubre, pocas horas después de asesinar a Denisse Cortés en las cercanías de la plaza dignidad.
Los ataques a la CC por parte de sectores derechistas no provienen del actuar “ soberano”, y menos revolucionario, de esta institución transitoria del estado burgués, sino más bien cumple el rol de colocar límites a cualquier reforma del aparato que sostiene la dominación imperialista, límites a los cuales se adaptan paulatinamente los representantes de la pequeñoburguesía. Su rol de desvío queda muy bien graficado al dar inicio a la redacción de la constitución el mismo 18-O, intentando dar por cerrado un ciclo de luchas. Muy simbólico es que referentes de las comunidades mapuches en la convención, empezando por la propia presidenta, se sienten cómodamente a redactar la carta magna mientras los militares se despliegan por el territorio y las comunidades mapuches
La Convención fue un subproducto de la irrupción violenta de las masas, del 18-O, con la finalidad de evitar una escalada y la inevitable caída del gobierno de Piñera ante la huelga general del 12 noviembre de ese año. Fue la intervención de la clase trabajadora paralizando el aparato productivo en esa huelga general de carácter semiinsurreccional la que puso al gobierno al borde del precipicio. La burguesía y pequeña burguesía desde la UDI al Frente Amplio, con Boric a la cabeza, blindaron al gobierno mediante el llamado “acuerdo por la paz y el orden público”. Mientras se mantenían las manifestaciones con su carácter heterogéneo, y con el visto bueno del gobierno se sucedieron los muertos, los mutilados, y los presos políticos producto del actuar de las policías, la fiscalía y tribunales.
Arribó la pandemia al país y eso le dio una oportunidad al gobierno en extremo debilitado, para poder sacar a las masas de las calles, mediante la intervención del Estado burgués (siempre reaccionario) con toques de queda, despliegue de personal militar y de carabineros. Así, la política para cuidar las ganancias de los empresarios, quienes multiplicaron su fortuna en la pandemia, fue fortificada con suspensiones, pérdida de derechos en los convenios colectivos, mayor carga laboral, reducciones salariales explotando la fuerza de trabajo inmigrante etc. Para contener la explosividad de una potencial crisis social de alza de la desocupación y la pobreza, tuvo que ceder con los retiros de los fondos previsionales, incrementar la deuda con subsidios estatales, etc. Asimismo vimos el desastre sanitario, con miles de muertes, producto del precario sistema de salud semicolonial, desastre que fue atenuado por el valioso trabajo de los trabajadores de la salud que le pusieron el hombro a la situación con extenuantes jornadas laborales.
Pero también pudimos ver interesantes procesos de lucha y de organización obrera para enfrentar los ataques. Distintos sectores obreros salieron a la huelga por mejores condiciones laborales, sectores del proletariado minero, transportes, supermercados, trabajadores bancarios, etc, que pueden expresar moleculares procesos de organización obrera, etc. Los trabajadores de la salud también han salido a luchar contra los despidos del gobierno que dejó en la calle a miles de trabajadores como si la pandemia hubiese terminado, dejando al ya precario sistema de salud que el capitalismo tolera para los explotados en peores condiciones que previo a la pandemia. Por su parte los trabajadores de la educación vienen de realizar un contundente paro y una masiva movilización ante un ataque directo de Piñera quien vetó un proyecto de ley que restringía despidos por evaluación docente, abordaba las deudas previsionales y la “deuda histórica” que se arrastra de la dictadura militar, entre otros beneficios; lo que debe ser un punto de apoyo para retomar la contundente lucha que dieron en el 2019 retomando los plenarios de delegados impulsando un plan de lucha nacional.
También la juventud ha organizado la solidaridad ante la crisis y la pandemia, ha enfrentado la represión del Estado y ha estado en la primera línea de la liberación de los presos político.
El levantamiento del 18 de Octubre de 2019 es parte de los procesos de masas que recorren el continente, como se diera en Ecuador, Colombia o Bolivia, ante la descomposición del capitalismo y la ofensiva reaccionaria de los Estados y el imperialismo.
La entrada en escena de la clase obrera mediante huelgas generales, aunque aún de forma espontánea y heterogénea, coloca la perspectiva de la intervención del proletariado para dar salida a la crisis de un sistema en decadencia.
Es preciso organizar nuestras fuerzas, recuperando los sindicatos en manos de la burocracia, unificándolo, organizando a la juventud como batallón auxiliar de estas luchas.
La experiencia de los trabajadores y el pueblo con una democracia para ricos ampliada puede ser un primer episodio de la intervención consciente de la vanguardia obrera y de la juventud para luchar por colocar a la clase trabajadora en el poder destruyendo el aparato estatal de la burguesía.
La lucha por una dirección revolucionaria internacional, la reconstrucción de la IV, el partido mundial de la revolución social, es una tarea primordial de las actuales y nuevas generaciones.
18/10/21

Segunda, 11 Outubro 2021 22:54

Em breve - Revista Internacional - TRCI # 2

 
Segunda, 11 Outubro 2021 20:58

Justicia para Denisse

El domingo 10 de Octubre, en el marco de la movilización en plaza dignidad contra la militarización en la Araucanía, la libertad de los presos políticos y la exigencia de la salida de Piñera, fue asesinada, en medio de la cruenta represión, Denisse Cortés, activista de la defensoría popular y estudiante de derecho.
Carabineros salió al poco tiempo a decir que su muerte había sido provocada por el lanzamiento de fuegos artificiales de parte de los manifestantes. Sin embargo, según las propias brigadas de emergencia que la atendieron indicaron que el tipo de contusión y esquirlas que tenía, era mas propio de una bomba lacrimógena lanzada a quemarropa sobre el cuello de Denisse. Por otra parte, Carabineros impidió que recibiera la atención médica oportuna en momentos en que se debatía entre la vida y la muerte.
A pocos días de conmemorar dos años de la semiinsurrección del 18 de Octubre, Denisse se suma a las decenas de asesinados por las fuerzas represivas desde entonces a esta parte, como Alex Nuñez, Pablo Marchant, los asesinados encontrados en el incendio de Kayser, Mauricio Fredes y Abel Acuña en plaza dignidad, este último muerto el día del "acuerdo por la paz y el orden público", etc. Una activista más asesinada por la democracia para ricos. A una larga lista hay que contar los cientos de mutilados, con pérdidas oculares, ceguera o con discapacidad motora producto de la represión.
Sintomático es que este asesinato se dio poco tiempo después que Carabineros estrenara "nuevos protocolos" de acción sobre las manifestaciones en un intento de lavarle la cara a esta institución de lúmpenes organizados por el Estado. La convención constitucional, en sus intentos de diseñar una reforma estatal que ponga fin y cierre a un ciclo de luchas abierto el 18-O, también discute la posible "disolución de carabineros". Esta "disolución" no es la de liquidar un aparato represivo al servicio de sostener la dominación capitalista. Le llaman disolución a un posible cambio de nombre, uniforme y organismos de fiscalización "ciudadana". Lejos están de cuestionar la esencia represiva del Estado, como instrumento de la burguesía.
Es necesario redoblar la movilización por conquistar la justicia y el castigo a los responsables, liberar a los presos políticos y enfrentar a la democracia para ricos.
Las organizaciones obreras y de la juventud deben tomar estas banderas de lucha

Segunda, 27 Setembro 2021 22:59

La clase obrera es una y sin fronteras

El gobierno de Piñera comienza una nueva oleada de expulsión de inmigrantes.

El pasado 24 de setiembre carabineros arremetieron contra familias migrantes instaladas en carpas en la plaza Brasil de Iquique, en indignantes condiciones de indigencia, insalubridad y precariedad absoluta. Como es costumbre para este grupo de lúmpenes organizados por el Estado, arremetieron a palos contra hombres, mujeres y niños, dejando lesionados y detenidos. El día posterior una nutrida convocatoria de un par de miles de manifestantes, muñidos con banderas chilenas y cantos “patrióticos”, azuzados por los grupos más reaccionarios, salieron a quemar carpas, enseres y hasta coches de infantes de las familias migrantes. Contradictoriamente una de las manifestantes expresaba que el problema era que “no podemos hacernos cargo de nuestros pobres para que vengan más”.

En su gran mayoría las familias trabajadoras provienen de Venezuela, país del que ha emigrado casi un 20% de su población por las condiciones de subsistencia en que se encuentra.

El mismo gobierno de Piñera fue el que alentó (previo al levantamiento del 18 de Octubre del 2019), de la mano del empresariado, y promocionó a la semicolonia Chile S.A. como el “oasis” latinoamericano al cual llegar. Efectivamente al “país modelo” del patio trasero del imperialismo norteamericano han arribado, en medio de la crisis económica capitalista y la pandemia mundiales, importantes contingentes de trabajadores de distintos países, principalmente de Haití y Venezuela, que ya conforman más del 10% de la clase obrera nacional.

La inmigración ha sido alentada persistentemente desde mediados del 2000 por las 7 familias, enfeudadas al capital financiero internacional y los monopolios imperialista, los dueños de Chile, para disponer tanto de personal calificado como de mano de obra barata dispuesta para todo tipo de atropellos. No es menor que la mayor cantidad de denuncias de abusos laborales en la inspección del trabajo sea de parte de los trabajadores migrantes. Es así que según estudios del 2019 (sin contar los efectos potenciadores de la pandemia) los ingresos de los trabajadores migrantes habían reducido casi un 20% el ingreso salarial por el mismo trabajo, al tiempo que aumentaba considerablemente el índice de desocupados. El “modelo” de país semicolonial es el de profundizar de forma sistemática las divisiones de la clase trabajadora, ya sea mediante la subcontratación, la rotación laboral, la precarización, etc. Esto coronado con una atomización extrema de las organizaciones sindicales capaces de unificar a la clase obrera y empujarla a la lucha.

La descomposición acelerada del capitalismo imperialista, la intervención reaccionaria de los Estado, los reacomodamientos de las burguesías latinoamericanas en medio de la crisis, descargando sus efectos de forma despiadada sobre las masas, el aumento exponencial de la pobreza y la indigencia, las “corrientes” migratorias en distintas partes del mundo (Medio Oriente, CentroAmérica, Asia Central, etc), grafican un decadente cuadro de un sistema que avanza hacia la barbarie.

Las respuestas de la burguesía ante esta situación crítica pasa desde la expulsión, hasta la instalación de campos de refugiados en sus versiones más progres.

El fin de los subsidios estatales, el incremento de la población trabajadora desocupada, el fin de los efectos supérfluos de una recuperación ficticia, pronostican un escenario que puede ser caldo de cultivo para algunas expresiones de xenofobia ante la falta de salida de fondo y el crecimiento de la miseria.

Es preciso que la clase trabajadora intervenga unificando sus filas, unificando a sus destacamentos nacionales e inmigrantes. Los trabajadores no tenemos patria, somos parte de una clase poderosa, de una clase que es por escencia internacional. La lucha contra el imperialismo y las sub-burguesías latinoamericanas (sea Chilena, Venezolana, Argentina, etc) está a la orden del día.

Que las organizaciones obreras se dispongan a luchar por incorporar al aparato productivo a todos los trabajadores desocupados, chilenos o inmigrantes, así como a levantar acciones de solidaridad activa para con las luchas de los trabajadores en los distintos países contra el imperialismo y sus democracias para ricos.

Para ello es necesario también preparar la dirección política internacional de los trabajadores que se ponga como norte la conquista del poder de la clase obrera, destruyendo los aparatos burocráticos estatales de la burguesía. Un partido mundial de la revolución socialista, la IV internacional.

Paso a las luchas de la clase trabajadora y la unidad de sus filas.

Por una Federación de Estados Obreros Socialistas de Latinoamérica

Trabajadores del mundo Uníos

Se cumplen 48 años del sangriento golpe contrarrevolucionario, planificado y orquestado desde el corazón mismo del imperialismo norteamericano, que se dio a la tarea de eliminar a una generación de luchadores, activistas y militantes revolucionarios, aniquilando a su paso todo vestigio de organización obrera.

Este proceso contrarrevolucionario fue acompañado del “plan Cóndor”, una confabulación de las burguesías latinoamericanas que, apoyados en las fuerzas armadas y la asistencia técnica y financiera del imperialismo, vieron en los procesos de lucha y organización de la clase trabajadora y la juventud un peligroso fermento revolucionario que hacia remecer la dominación del capitalismo imperialista.

Las burguesías locales tuvieron una activa participación, como la familia Matte de CMPC, aportando con vehículos, armas y predios para la tortura, asesinato y desaparición de activistas y dirigentes sindicales de sus plantas y de la zona (como lo atestigua la Masacre de la Laja de 1973). El aparato represivo, político y judicial, tapó los muertos y desaparecidos en la impunidad.

La vuelta a la “democracia” no significó otra cosa que la continuidad de la dictadura del capital bajo formas amañadas, maquilladas, edulcoradas del aparato burocrático militar que resguarda la propiedad privada de los medios de producción, la penetración del capital financiero en todos los órdenes de la vida social y económica, así como el control de los recursos naturales y productivos.

Luego de 30 años de democracia burguesa y con varias batallas obreras y estudiantiles mediante, vivimos la semiinsurrección espontánea del 18 de Octubre del 2019. Un levantamiento de las fuerzas elementales de la sociedad, que se enfrentan directamente contra todas las instituciones de la democracia para ricos. Y este proceso tiene un punto culmine el 12 de Noviembre, donde de forma espontánea, dado su bajo nivel de conciencia y organización, interviene la clase trabajadora con una paralización caótica y a la vez contundente, que coloca al gobierno de Piñera al borde de su derrocamiento. Presurosas todas las fuerzas de la democracia para ricos, desde la UDI hasta el FA salen a salvar al gobierno y el ejercicio de la dictadura del capital, con el infame “acuerdo por la paz”. En definitiva es su pasaporte de existencia, el sostenimiento de una farsa de charlatanería y represión.

Así llega un verdadero vendaval de elecciones, debidamente regimentadas, para tratar de “regenerar” lo que le llaman un “pacto social”. Esto no sería otra cosa que el intento de consolidación permanente de la conciliación de clases, de la conciliación entre explotados y explotadores en la sociedad capitalista, dándole espacio en la superestructura política a nuevos personeros provenientes de las capas intermedias de la pequeñoburguesía. Ante la evidente brutalidad de un sistema de explotación en descomposición, la burguesía sabe que no puede dominar de forma directa y debe recurrir a estos sectores para consolidar las formas “bonapartistas” de gobierno. Una característica estructural de los países semicoloniales subyugados al imperialismo, ora apoyados en el aparato militar para ejercer su dominio de forma despótica, ora apoyada en sectores de masas para tratar de regatear migajas con el amo imperialista.

La Convención Constitucional (CC) se forjó en los programas levantados por las generaciones previas, centralmente estudiantiles, que apuntaron a la constitución del 80 el súmmum de todos los problemas. Enarbolaron la bandera de reformas democráticas dejando de lado que dicha constitución no fue más que la escrituración de una relación de fuerzas impuesta nada más y nada menos que por un golpe contrarrevolucionario, por la derrota de la clase obrera  y la masacre de toda una generación militante.

Por medio de sus conflictos internos la CC avanza paso a paso en la consolidación del mismo aparato de Estado que pretende reformar. Se disciplina a las normas establecidas por el “acuerdo 15N”, se estructura como un congreso paralelo (con cargos, asesores, viáticos, etc), recurre al policías, tiras y fiscales (el aparato de Estado) para liquidar a díscolos, aupa en su seno a militantes pinochetistas y genocidas como Arancibia, en un elegante gesto de convivencia democrática.

La existencia de la CC no sólo constituye un desvío de las perspectivas abiertas el 18-O sino que, es verdad, una importante experiencia de amplios sectores de masas con una democracia burguesa “ampliada”. En la época de crisis, guerras y revoluciones, en la fase imperialista donde el capitalismo avanza a su descomposición, no hay cabida para el surgimiento de nuevos Estados, ni para la regeneración de los mismos. La revolución rusa (posteriormente traicionada, deformada y degenerada por la burocracia estalinista) inició la era de la revolución proletaria. Existen y pueden existir etapas en todos los procesos de masas, pero no hay etapas intermedias necesarias a las que recurrir para evadir las tareas revolucionarias de nuestra época.

La intervención de los Estados en la pandemia, junto a la crisis económica, constituyó un ensayo general reaccionario donde la clase dominante “corrió el cerco”, aumentando considerablemente  sus ganancias, intensificando los ritmos de trabajo, los niveles de precarización, desocupación, pobreza, etc. Descargó con creces los efectos de la descomposición del capitalismo.

Es tarea de una nueva generación retomar las banderas de lucha por el socialismo desde una perspectiva revolucionaria.

Ayer, la confianza en el aparato del Estado, llevó a una cruenta derrota al tratar de llegar al socialismo por la vía “pacífica”, por la vía de la reforma y posicionamiento gradual en el aparato de Estado. Las nuevas generaciones surgidas al calor de la lucha del 18-0 aún no han llegado ni a plantearse la perspectiva de la revolución socialista. Un subproducto genuino de importantes derrotas y traiciones, pero fundamentalmente de la crisis de dirección revolucionaria de la clase trabajadora.

Es preciso buscar fortalecer una perspectiva de poder obrero, que significa militar en las filas de nuestra clase. Si algo de particular tiene el “modelo chileno” es el de haber conquistado para la burguesía un alto grado de fragmentación y atomización de las organizaciones obreras, de los sindicatos. Si bien la historia de un país está plagada de particularidades que resurgirán en cada manifestación de la lucha de clases, estas son expresión del desarrollo de las leyes generales del capitalismo de carácter mundial, el cual avanza velozmente en su descomposición, como lo atestiguan los procesos de masas y crisis interestatales que recorren el planeta. En la mecánica de estas leyes es donde debe basarse el programa revolucionario, del cual es parte el programa de transición para llevar a la clase obrera hacia el poder.

Luchar por recuperar lo perdido, enfrentar los ataques burgueses, levantar y recuperar los sindicatos en manos de la burocracia, liberar a los presos políticos, impulsar el control obrero de los medios de producción, es parte de estas pequeñas grandes tareas.

La venganza histórica de nuestra clase, internacional por esencia, no se encontrará en intentar buscar rellenar los “vacíos” del poder formal de la democracia para ricos, sino en los esfuerzos por impulsar la conciencia y organización de la clase trabajadora, y reconstruir su dirección histórica, la IV Internacional, el partido mundial de la revolución socialista.

AOS 83 ANOS DA FUNDAÇÃO DA IV INTERNACIONAL

Em três de setembro de 1938, em Paris, realizou-se a conferência de fundação da IV Internacional, na qual vinte e seis delegados representaram 11 seções de 29 afiliadas (segundo o relatório do Secretariado Internacional). Trotsky não pode comparecer porque estava exilado no México. Várias delegações não puderam viajar devido a vários inconvenientes, como perseguições ou problemas financeiros. Lembremos que o stalinismo procurou impedir a formação da Internacional. Um dos organizadores, Klement, foi assassinado por agentes stalinistas antes da conferência e muitos documentos importantes foram perdidos. Erwin Wolf e Leon Sedov, filho de Trotsky, também foram assassinados pela GPU pouco antes da realização da mesma.

Trotsky defendeu a necessidade da formação da Quarta Internacional, com o objetivo de regenerar uma direção revolucionária frente à derrocada da Terceira. Propunha recuperar o internacionalismo diante da reação que significou a teoria do socialismo em um só país defendida pelo stalinismo. Ele afirmava: “o internacionalismo não é um princípio abstrato, é a expressão de um fato econômico”. Queria mostrar que o programa que os revolucionários levantaram era para lutar contra um sistema mundial e não por particularismos. “A revolução proletária se levanta tanto contra a propriedade privada dos meios de produção como também contra a fragmentação nacional da economia mundial”, declarou.

A criação da nova Internacional deu-se num cenário mundial que se encaminhava para a Segunda Guerra Mundial, após várias derrotas em processos revolucionários, como o espanhol ou o alemão, nos quais o stalinismo demonstrou ser uma direção contrarrevolucionária. A tarefa era recuperar a continuidade teórica e política do marxismo revolucionário, tão golpeado na época.

A Quarta Internacional tentou formar uma nova direção revolucionária, com um programa de transição, que foi a expressão das conclusões da revolução russa generalizada para todo o processo. Apresentou as tarefas históricas do proletariado para destruir o sistema capitalista.

Aos 83 anos de sua fundação, as tarefas históricas seguem vigentes, porém ainda persiste a crise de direção revolucionária que atrasa a revolução mundial e que permite ao sistema capitalista putrefato, uma sobrevida. Compreender as lições programáticas das diferentes tendências centristas que dirigiram a Quarta Internacional até seu virtual desaparecimento é uma tarefa necessária para recuperar o programa de transição da influência estatista, sindicalista e reformista que fez com que muitas correntes se degenerassem e se adaptassem ao sistema capitalista.

Reconstruir a Quarta Internacional é tentar resolver a crise da direção revolucionária e preparar a luta pelo poder, recuperar o programa de transição e implementar a ação revolucionária diante da crise mundial que continua seu curso. Nós, da TRCI, seguimos propondo a necessidade de uma Conferência Internacional com as correntes que ainda defendem a ditadura do proletariado para avançar na tarefa de prover uma direção revolucionária aos processos de luta de classes que estão ocorrendo.

Os revolucionários, nos encontramos diante de acontecimentos históricos inéditos, como os que estamos vivemos em meio a uma pandemia que acelerou os processos de crise mundial que já vínhamos sofrendo: a decomposição do imperialismo e a assimilação dos ex Estados operários. Temos ferramentas teóricas e políticas herdadas do marxismo. A teoria de Marx e Engels, a teoria da Revolução Permanente, a teoria do imperialismo, a teoria do partido revolucionário, o programa das Internacionais em suas fases revolucionárias, o Programa de Transição e tantas lições programáticas dos processos vivos da luta de classes.

Aos 83 anos da fundação da IV Internacional, endossamos a definição programática de Trotsky para a Quarta: A Quarta Internacional pode ser definida em três palavras: Pela ditadura do proletariado!

 COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina

Quarta, 25 Agosto 2021 07:16

Preparemos nuestras Fuerzas

Un rebote para un zarpazo

 

Tanto del gobierno cómo de las cámaras patronales a quiénes éste sirve celebran con júbilo el efecto rebote de la economía que en el segundo trimestre arrojó un 18,1% del PIB. Y este festejo no es menor para los grandes empresarios que en medio de la pandemia han visto duplicar el incluso triplicar su patrimonio, lo que constituye una expropiación abierta hacia la clase trabajadora donde el capital, por intermedio de las políticas represivas estatales, intervino en las relaciones sociales para favorecer a la clase dominante la que aprovechó la pandemia para imponer mayores niveles de explotación.

Este "crecimiento", si bien ficticio dado qué se compara con los datos recesivos del 2020, ha estado dinamizado principalmente tanto por un aumento del consumo interno, impulsado coyunturalmente por los subsidios estatales (IFE), por las inestables aperturas sanitarias así como por aumento de las exportaciones del orden de los 23,000 millones de U$, de las cuales dos terceras partes corresponden a la minería. Este impulso de las exportaciones mineras ha estado centrado principalmente en la recuperación económica China que recientemente ha enfriado sus pronósticos de recuperación, así como ha tenido una política activa de liquidación de inventarios del cobre para intervenir sobre los precios que tuvieron una suba del 55%.

La vociferada recuperación de un millón de puestos de trabajo, en su mayoría da cuenta de la reapertura del comercio minorista, servicios, obras de construcción o empresas volcadas al consumo interno, que por lo demás se trata de empleo precario y transitorio. Del mismo modo hemos visto quejarse a los empresarios de que los desocupados no están aceptando trabajo por culpa del IFE. Claramente una familia trabajadora opta por una vida de subsistencia con el IFE que someterse a ser sobreexplotado con extenuantes jornadas a cambio de un salario que apenas es una fracción de este subsidio. Es por lo mismo que ya han comenzado implementar un IFE laboral en una suerte de transición desde una medida de contención, ante la extrema miseria qué dejaba expuesta a las masas trabajadoras a la crisis y a la pandemia, hacia un subsidio directo al empresariado para que puedan seguir pagando salarios de miseria y así poder bajar la masa salarial a mediano plazo.

Ya los economistas burgueses comienzan a hablar de un "sobrecalentamiento" dado el aumento del dólar así como de la inflación. Y más allá de factores puntuales como el precio del cobre, el aumento de los costos de transporte de los bienes internacionales,o la mayor demanda bienes de consumo (mayor liquidez, 60% aumento del circulante monetario); los procesos inflacionarios internacionales, el pronto retiro de estímulos económicos estatales en EEUU, predisponen a la economía semicolonial a preparar un nuevo giro más restrictivo que vaya directamente contra las condiciones de vida del pueblo trabajador. Esto sin mencionar que el aumento del gasto público para financiar subsidios como el IFE lo harán recaer sobre nuestras espaldas.

En suma, el retiro del subsidio universal, el aumento de la precarización el empleo, la consolidación de una desocupación estructural, y el potencial rebrote de la pandemia por nuevas variantes, será el cóctel de crisis que deberemos prepararnos para enfrentar con nuestras propias fuerzas.

 

Peguemos donde les duele, que triunfen los mineros

 

Y es en este escenario de exorbitantes ganancias que los trabajadores salen a luchar votando y haciendo efectiva la huelga cómo los trabajadores mineros. La patronal de BHP minera escondida (la de mayor producción mundial de cobre) se apresuró a responder positivamente al pliego de los trabajadores quienes ya habían demostrado en el 2017 con una extensa huelga su centralidad en la economía. Casi en paralelo salía a la huelga efectiva los trabajadores de la mina Caserones de la japonesa JX, quién se empeña en derrotar esta huelga con la excusa de un bajo desempeño de resultados durante la pandemia. Al mismo tiempo tres de los cuatro sindicatos de la división Andina de Codelco ya se encuentran en huelga dado que la estatal está decidida a liquidar beneficios históricos así como establecer divisiones entre trabajadores nuevos y antiguos. Codelco ha intentado adelantar los procesos de negociación en la mina del teniente lo que ha sido rechazado por los principales sindicatos. Cómo es usual, Codelco pretende imponer las condiciones de explotación obrera como una suerte de vara al resto de la rama minera. El presidente de la Sonami (exgerente de empresas como Angloamerican, BHP y la propia Codelco) Diego Hernández afirma que existe un "límite ético" en el aumento de los salarios ya que no sería "ético", para la burguesía claro está, otorgar aumentos proporcionales a los aumentos de la ganancia empresaria. Y del mismo modo, de forma amenazante, indicó que en el caso de Andina "una huelga larga pierden la empresa y pierden los trabajadores. De alguna manera es un mensaje para los trabajadores de las otras empresas que tienen que pensar muy bien si vale la pena estirar el elástico e ir a la huelga… el próximo sindicato que esté negociando lo va a pensar un poco más".

Desde diversas organizaciones de corte populista se critica y se le resta apoyo a los trabajadores mineros dadas condiciones de privilegio en relación a otros sectores obreros y populares. Y esto es así ya que la penetración del capital imperialista en las semicolonias produce un estrato de aristocracia obrera que suele ser la base de la misma burocracia sindical. Sin embargo es un error colocar al conjunto de los trabajadores de planta en esta categoría, ya que la estratificación de la clase obrera es una de las herramientas fundamentales de la dominación capitalista para dividir nuestras filas. También es importante considerar que la mercancía fuerza de trabajo en esta rama tiene un desgaste inusitado con turnos extenuantes, el aislamiento esclavizante en los campamentos mineros, además de enfermedades mortales como la silicosis. Es por ello que una política correcta para neutralizar las tendencias conservadoras de las capas altas de la clase obrera es impulsar a la cabeza de las organizaciones obreras a dirigentes decididos a luchar por el conjunto de los intereses de la clase trabajadora. Desde ahí recuperar las organizaciones mineras para aliarse a los sectores más explotados de los trabajadores mineros cómo los subcontratados (del orden del 60% de la clase obrera minera), quienes han dado grandes gestas de lucha en su historia, planteando la lucha por el pase a planta permanente, ampliando las funciones de los sindicatos impulsando el control obrero del conjunto de la rama. Es prioritario que estás luchas triunfen al tiempo que se colocan como objetivo la superación de las divisiones entre trabajadores de planta y subcontratados, ocupados y desocupados, dando un golpe de gracia a la base del poder burgués.

Los sindicatos en huelga deben unificar sus asambleas y su pliego y ampliar sus objetivos para torcerle el brazo a los explotadores.

 

Una superficie agitada

 

Se lanzó oficialmente la carrera presidencial. No sólo no hay nada nuevo bajo el sol sino que amplios sectores quedaron huérfanos del "mal menor". Dejando de lado a los tradicionales representantes de los partidos burgueses, de la derecha y la maltrecha concertación, el resto de los candidatos en diversas expresiones de la pequeñoburguesía, no sólo no constituyen salida alguna a los grandes dramas sociales, sino que son opciones nefastas para los trabajadores y el pueblo. Así se puede ver reflejado en el candidato Boric, que con una fraseología "transformadora", se ha mostrado solicito una y otra vez que la clase dominante lo llama a cerrar filas, como fue su participación en el "acuerdo por la paz", una salida del régimen para salvar a Piñera de su caída a manos de la huelga general y emprender un desvío mediante una convención constitucional. Asegurar la paz también implicaba comprometerse a fortalecer las leyes represivas como fue el alineamiento del bloque del FA con la ley antibarricadas. Y es importante señalar que no fue ni la irrupción del 18 de Octubre, ni la masiva movilización histórica posterior la que urgió al conjunto de los partidos, sino el carácter semiinsurreccional de la huelga general del 12 de Noviembre la que paralizando el aparato productivo hizo tambalear los cimientos de la democracia burguesa semicolonial.

Ante esta ausencia del mal menor, o de una expresión aproximada a lo que fue el “estallido”, desde distintos sectores, del MIT, la coordinadora 8M, No + AFP y diversas personalidades político-culturales intentaron sin éxito conseguir posicionar a último minuto la candidatura de Cristian Cuevas, quien salto a la palestra al dirigir una importante gesta de la lucha de subcontratistas del Cobre en el año 2007; lucha que fue bajada por Cuevas, entonces militante del PC, llamando a confiar en el gobierno de Bachelet con intermediación de la iglesia dejando un tendal de despidos. Como la burguesía sí saca lecciones, el gobierno posterior de la Nueva Mayoría, del que fue parte Cuevas, liquidó con su reforma laboral la accesibilidad de crear sindicatos en las subcontratistas y le dió a la patronal la posibilidad de desligarse de las empresas subcontratistas en caso de que sus trabajadores vayan a huelga reemplazándola por otra. Quizás para estas direcciones era más importante el perfil identitario al que apostó Cuevas en su fugaz campaña que las valiosas lecciones de la lucha de clases.

Por su parte, con el fin de presentar candidaturas parlamentarias, se forma el Frente por la unidad de la Clase trabajadora (PTR, MST, FUL, el Porteño). Organizaciones que si bien critican el acuerdo por la paz y la actual CC su orientación durante el proceso post18 fue y es la de impulsar una Asamblea Constituyente. Sus orientación no se dirigen a volcar los esfuerzos militante para organizar a la clase obrera y reconstruir su dirección histórica, la Cuarta Internacional, poniendo en debate un programa de transición hacia la toma del poder, sino que pretenden replicar la experiencia del FITU argentino, como una coalición superestructural, con figuras públicas y proyectos de ley en reemplazo de un programa revolucionario.

 

"El que se ríe se va al cuartel"

 

Una última mención a la CC donde las "rondas de San Miguel", trasladadas de las ágoras universitarias al palacio Pereira (con actores incluidos) convocan a que superemos la lucha entre las clases y la reemplacemos por simbolismos culturales, se va abriendo el paso de su institucionalización burguesa. Ya se estructuró, no como una representación distorsionada o “del pueblo” sino como una copia berreta del congreso con sus cargos, viáticos, asesores y reglamentos de comisión. El MIT, con la única representante de la izquierda revolucionaria en la convención, tuvo el "privilegio" de ser la voz que aclarare a los medios que el edecán de la dictadura genocida de Pinochet (genocida Arancibia) se le permitirá ser parte de la comisión de derechos humanos, aunque no cuando testimonien las víctimas. María Rivera quien es sobreviviente directa de esa dictadura, impulsada por su programa, se adapta progresivamente a la danza de la democracia, vaya modo de "utilizar la tribuna". Claro que para el MIT, no es el carácter de institución ad hoc del Estado burgués lo importante sino que "es la única institución estatal con alguna credibilidad en el pueblo después del 18-O". Si sumamos que resolvieron cambiar "expropiar" por "recuperar" vemos que la adaptación a la opinión pública es un síntoma considerable de centrismo.

 

Este escenario donde los trabajadores salen a la lucha para recuperar lo perdido, y la burguesía se prepara paso a paso para profundizar su ataque contra los trabajadores y el pueblo, es prioritario dirigirse a organizar las filas obreras, recuperando sindicatos, pelear por una Central única, impulsar un congreso de delegados de toda la clase trabajadora, que impulse el control obrero de los grandes medios de producción, unificar a la vanguardia en pro de estos objetivos se vuelve vital. La lucha de clases que en su forma es nacional pero en su contenido es internacional debe preparar nuestras fuerzas con independencia de clases para combatir al capitalismo imperialista en descomposición y dirigir a la clase obrera hacia el poder, expropiando a los expropiadores.

O dia 21 de agosto de 2021 marca o 81º aniversário do desaparecimento físico de Leon Trotsky. As circunstâncias de sua morte explicam a implacável luta revolucionária que ele travou até seu último dia. Mas Ramón Mercader, o agente stalinista que infligiu a ferida fatal a ele em sua casa de exílio no México, estava longe de imaginar que seu ato só enalteceria o líder bolchevique e comprovaria que Stalin estava dirigindo o primeiro Estado operário da história à contrarrevolução. O stalinismo comemorou ter finalmente conseguido se livrar da autoridade revolucionária da velha guarda para sequestrar o Estado Operário e colocá-lo à mercê de seus interesses. Sobretudo, foi a burguesia imperialista que comemorou o grande favor que o stalinismo lhe faria, assassinando o fundador da Quarta Internacional - juntamente com vários de seus quadros mais valiosos - e assim apagando, pelo menos por um tempo, a luz da organização internacional do proletariado em um partido cujo propósito é enterrar o capital: a Quarta Internacional. Contudo, a luta de classes não tolera interrupções. A situação atual mostra mais uma vez a assertividade das conclusões revolucionárias que Trotsky elaborou dos maiores acontecimentos da história até sua morte e a linha revolucionária do programa da Quarta.

 

Decadência capitalista e pandemia 

O Programa de Transição começa afirmando: "A situação política mundial como um todo, caracteriza-se, antes de mais nada, pela crise histórica da direção do proletariado. A premissa econômica da revolução proletária há tempos atingiu o ponto máximo que pode ser alcançado sob o capitalismo. As forças produtivas da humanidade deixaram de crescer. As novas invenções e novos progressos técnicos já não conduzem mais a um aumento da riqueza material. As crises conjunturais, nas condições da crise social de todo o sistema capitalista, descarregam sobre as massas privações e sofrimentos cada vez mais pesados. O aumento do desemprego aprofunda, por sua vez, a crise financeira do Estado e mina os sistemas financeiros estremecidos. Os governos, tanto democráticos quanto fascistas, marcham de uma bancarrota a outra."

E, à luz dos eventos desencadeados pela pandemia do coronavírus SarsCov-2, podemos dizer que continua sendo uma caracterização justa. Dois anos após o início da pandemia, assistimos a um curso acelerado de como o capitalismo funciona e quem são seus fiadores e defensores. Pudemos ver em todas as partes do mundo como os governos burgueses se assentaram em seus Estados para exercer uma centralidade reacionária de controle da situação aberta pelo Covid, tentando salvaguardar seus sistemas de saúde e os interesses das grandes empresas industriais, farmacêuticas e de serviços em detrimento das condições de vida das grandes maiorias.

Denominamos essa política um "ensaio geral reacionário", que foi uma tentativa de dominar a situação em meio a uma crise mundial que a pandemia acelerou. As quarentenas, a ideia de conviver com o vírus, a repressão estatal para garantir os confinamentos, os comitês de especialistas e tantas coisas que foram impostas através de métodos burgueses para desorganizar ainda mais o proletariado e impedi-lo de sequer pensar em impor seus métodos. Para isso, a burguesia contou com a inestimável ajuda das correntes de conciliação de classes e, especialmente, da burocracia sindical em todo o mundo.

O sistema capitalista mostrou sua verdadeira face no momento em que algumas vacinas contra a covid foram aprovadas emergencialmente. Longe de garantir a inoculação de todo o mundo, a grande maioria foi acumulada pelos países imperialistas a fim de reativar suas economias o mais rápido possível e usar a "diplomacia vacinal" para ter maior ingerência nos países semicoloniais. Dessa forma, deixaram grande parte da população mundial sem vacina nenhuma. Os grandes laboratórios são os grandes vencedores da pandemia. Enquanto isso, variantes, como a Delta, continuam a se espalhar pelo mundo.

O sistema capitalista mostrou por que está esgotado como um sistema, uma vez que não pode atuar como um bloco. Embora possa, em certos momentos, avançar algum ramo econômico sobre outro, ele o faz em uma anarquia que garante uma maior pauperização das condições de vida das grandes massas. Nesta pandemia pudemos ver muitos fenômenos de luta de classes contra as penúrias as quais tentaram nos submeter, como os processos na Palestina, as greves na Itália, as mobilizações nos Estados Unidos frente ao assassinato de Floyd, os processos agudos na América Latina como Chile, Equador e Colômbia, para citar alguns.

Vivemos em uma etapa de decomposição do imperialismo. Os recentes acontecimentos no Afeganistão são mais uma amostra. Após 20 anos de ocupação dos EUA para uma chamada guerra contra o terror, hoje suas tropas entregaram o poder ao Talibã.

Ao mesmo tempo, assistimos um processo de assimilação dos ex-Estados Operários ao sistema capitalista. Isso gerou fenômenos de luta de classes como na Bielorrússia ou, mais recentemente, em Cuba. São processos de restauração capitalista dirigidos por burocracias contrarrevolucionárias, que encontram resistência nas massas.

E talvez a coisa mais importante que presenciamos nesta pandemia é a decomposição dos Estados como forma de dominação. A relação entre Estado e capital entrou em uma contradição histórica.

 

Completar o programa e colocá-lo em marcha

Dadas as circunstâncias que se apresentaram desde o surgimento da pandemia e, fundamentalmente, a podridão das bases do sistema capitalista, defendemos que o legado de Trotsky nos oferece uma base teórica e política para atuar nesta etapa histórica. Assumir esta tarefa implica assimilar o método revolucionário que nos ensinou a pensar com nossas próprias cabeças sobre os processos de assimilação dos ex-Estados operários, a decomposição imperialista e seu curso nas instituições criadas para sua dominação. Isso, principalmente, para avançar na superação da crise de direção revolucionária. Neste sentido, devemos substituir o centrismo que influenciou camadas de lutadores pelo marxismo revolucionário, para dotar à vanguarda dos trabalhadores um programa transicional que leve à construção dos partidos como uma seção da reconstrução da Quarta Internacional.

A partir da TRQI, defendemos a necessidade de uma Conferência Internacional com os grupos que ainda defendem a ditadura do proletariado para avançar nas tarefas dos revolucionários nesta etapa.

Derrotar este sistema capitalista, destruir o poder da burguesia, organizar o proletariado e desenvolver as etapas da ditadura do proletariado. Expropriar os expropriadores. Essas tarefas estão inscritas ao levantarmos bem alto as bandeiras da Quarta Internacional, o partido mundial da revolução socialista.

 

COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina