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El Nuevo Curso #29
1 de mayo. Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y la OTAN. ¡Fuera las tropas rusas de Ucrania!
Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y la OTAN. ¡Fuera las tropas rusas de Ucrania!
Ese debe ser el grito de guerra de los trabajadores del todo el mundo en nuestro día. Debemos enfrentar esta situación histórica mundial con la fuerza de nuestra clase, para destruir este sistema capitalista que solo nos garantiza super explotación y una vida miserable.
En este día vuelven a flamear las banderas de la Comuna de París, de la Revolución Rusa, de los mártires de Chicago y de los dirigentes obreros que murieron o fueron asesinados enfrentando a este sistema capitalista. Por eso, a 136 años de aquel 1° de mayo en el que la burguesía norteamericana asesinó a los mártires de Chicago, debemos reafirmar las tareas de los revolucionarios en la pelea contra el capitalismo y sus instituciones. Luchamos por la destrucción del Estado burgués y nos apoyamos en la experiencia de la Revolución Rusa y su sistema soviético.
Este 1° de mayo nos encuentra a los trabajadores enfrentando las consecuencias de la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis económica, política y social. Asistimos a procesos inflacionarios a nivel mundial y un aumento en los alimentos y la energía producto de la guerra y las sanciones económicas impulsadas por le imperialismo contra la Rusia de Putin. Todo esto golpea de lleno en las condiciones de vida de nuestra clase.
La denominada “Operación especial” del gobierno de Putin en contra de Ucrania ya lleva más de dos meses de invasión, tratando de imponer mediante la fuerza militar las condiciones de un nuevo statu quo en el escenario mundial, después de la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS.
Mientras tanto la OTAN utiliza este conflicto bélico para acelerar el proceso de asimilación de los ex Estados obreros, tratando de imponer condiciones de semi colonia a éstos. Por eso, en el territorio ucraniano se están definiendo procesos históricos inconclusos, en la necesidad de supervivencia del sistema capitalista.
Inexorablemente la asimilación de los ex Estados obreros se iba a plantear en la arena mundial y no en las particularidades de cada país. Por eso sostenemos la unidad revolucionaria del proletariado ucraniano y ruso en contra de sus gobiernos actuales, contra esta guerra que no defiende ninguno de nuestros intereses como clase.
En distintos lugares del planeta sectores de trabajadores han retomado los métodos de nuestra clase para enfrentar los procesos de la pandemia y el desarrollo de la guerra en Ucrania. Como sostenemos los marxistas, la unión creativa de lo consciente y lo inconsciente es lo que habitualmente llamamos inspiración. La revolución es la inspiración violenta de la historia.
Es en estos momentos en los que se torna primordial la intervención del proletariado como una clase internacional, para mostrar el poderío de una clase que puede enfrentar a sus Estados burgueses, transformar la guerra en Ucrania en guerra revolucionaria y detener el proceso de asimilación en los ex Estados obreros de forma revolucionaria.
Para que se desarrolle el internacionalismo es de primer orden la reconstrucción de la IV Internacional, para dotar de una dirección revolucionario a este proceso histórico, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial. Creemos que como primera tarea en esa dirección debemos llamar a una Conferencia internacional de las corrientes trotskistas que aun reivindican la dictadura del proletariado para discutir las tareas ante la guerra en Ucrania y la crisis mundial.
Ante una dirección anárquica como es el sistema capitalista, que depende de sus Estados mayores armados para garantizar la reproducción del capital, nosotros peleamos por una dirección colectiva consciente, que prepare las etapas de la dictadura del proletariado, ya que el sistema actual engendra las condiciones materiales y las formas sociales para la reconstrucción económica de la sociedad.
COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina
TRFI International Journal #2
Revista Internacional de la TRCI #2
La asunción de Boric y su crónica de gatopardo
El pasado 11 de marzo asumió el gobierno de Boric dándose un “baño de masas”, no tan numerosas como cuando amplios sectores salieron a festinar la derrota electoral del candidato ultraderechista, más bien un cúmulo de expresiones heterogéneas donde la algarabía por el inicio de un “nuevo Chile” era condimentado por una cruenta represión de los pacos (ahora de Boric) contra los que exigían la libertad de los presos por luchar. Al día posterior retiraron 139 querellas por ley de seguridad del estado contra los presos políticos, cuyo efecto es absolutamente nulo ya que a nadie dejará en libertar, a lo sumo disminuirá la potencial condena en algún caso aislado. En un gobierno esmerado en la producción de los simbolismos culturales o identitarios, es bien simbólico que la encargada de liderar el “tema de los presos políticos”, Camila Barros, sea la que envió a al profesor Roberto Campos a la cárcel por atentar contra un torniquete del metro el mismo 18 de Octubre de 2019.
No tardó Boric en llamar a terminar con las “actividades delictuales” de los viernes en “plaza Italia” en alusión a las persistentes manifestaciones dando luz verde a la continuidad de la represión. Lo que no es de extrañar de un gobierno integrado por el PC que intentará aislar y liquidar cualquier expresión crítica que surja “por izquierda”. Eso sí, felicitó emocionado contar con “escuadrones paritarios” de represión (de pacas y pacos) que darán el sello “feminista” al gobierno al garantizar el orden en la democracia semicolonial.
En el mismo sentido dio continuidad al Estado de Excepción en el norte del país con el fin de atacar el “problema migratorio” de cientos de miles de familias trabajadoras que emprendieron rumbo hacia el “oasis” chileno que las acoge a punta de fusiles.
La expresidenta del colegio médico devenida en ministra del interior, que se autopostula como la “madre de Chile”, fue recibida a balazos cuando trató de ingresar a la comunidad mapuche de Temucuicui con una comitiva de autos blindados, carabineros y servicios de inteligencia. Evidentemente el “baño de masas” recibido unos días atrás, así como los saludos en lengua mapuche, no fueron suficientes para seducir a los jóvenes, trabajadores y campesinos mapuches que, asediados en una zona militarizada por décadas, requieren llevar adelante una profunda y extensa revolución agraria que lideren los trabajadores forestales cuestionando la propiedad privada de los medios de producción.
La incorporación y cuoteo de cargos estatales con los viejos personeros de la concertación deja en calma a la burguesía, como el ministro de hacienda Mario Marcel, un ejecutor eficiente de políticas del imperialismo como la regla del superávit estructural, quien promete sostener la reducción del 20% del gasto público así como limitar la reforma tributaria a subir algunos puntos al impuesto a las ganancias, sin afectar por supuesto a las 7 familias que regentean Chile que casi triplicaron sus ganancias durante la pandemia.
Prometen ingresar al congreso como parte de su promesa de campaña el proyecto de salario mínimo de$ 400 mil, digamos que el salario medio que hoy reciben las familias trabajadoras y que no llega ni a la mitad de una canasta familiar, el que será absorbido por la creciente inflación. Eso sí, muy probablemente el proyecto venga acompañado con algunos subsidios para ir en ayuda de las pobres “pymes” emprendedoras, de los pequeños explotadores que abundan en las grandes empresas donde el los niveles de subcontratación llegan al 70%.
La reforma laboral que tienen en carpeta apunta a la reducción de la jornada laboral de 45 a 40 hs semanales, algo que despierta sin dudas expectativas entre los trabajadores. Sin embargo los empresarios ya están imponiendo distintas formas de “jornadas excepcionales” para que las 40 hs no signifique trabajar de lunes a viernes, sino que imponer la flexibilización laboral con jornadas que alternen descansos entre semana y cambios de turno alternados. Al mismo tiempo aprovecharán estos cambios para reducir los salarios por medio de la rotación, aprovechando el extenso ejército de reserva, incluida la mano de obra barata a que destinan al trabajador inmigrante. Los trabajadores debemos organizarnos e impulsar un Congreso de delegados de base de toda la clase trabajadora para levantar un plan de lucha e impedir este ataque en curso contra nuestra jornada y salario imponiendo el control obrero en las empresas y luchando por la escala móvil de horas de trabajo y salario.
Una última referencia la podemos dar a la Convención Constitucional que, en sintonía con el actual gobierno, se encuentra entrampada en las definiciones semánticas de Estado, aunque ya zanjó el “derecho a la propiedad privada” para dar “seguridad jurídica” a las empresas imperialistas. Tratarán de sacar el nuevo texto constitucional lo antes posible para hacer que su aprobación sea como una suerte de plebiscito del nuevo gobierno. “Sanar las heridas del estallido” en palabras de Boric, no significa otra cosa que terminar de asentar el desvío de la semiinsurrección de Octubre del 19, en una operación de maquillaje al aparato burocrático militar que sostiene la dominación del capital y el imperialismo.
Bregamos porque el activismo y la izquierda revolucionaria puedan recapacitar de su política de seguidismo y exigencia al actual gobierno y nos demos a la tarea de impulsar una política de independencia de clase hacia la conquista de un gobierno obrero, sobre las ruinas del semiestado capitalistas.
Artículo publicado en "El Impreso #80", Periódico de la Corriente Obrera Revolucionaria de Argentina, próximamente en www.cor-digital.org
Fuera las tropas rusas de Ucrania. Por la unidad internacionalista del proletariado contra el imperialismo de la OTAN
Fuera las tropas rusas de Ucrania. Por la unidad internacionalista del proletariado contra el imperialismo de la OTAN
7 de marzo de 2022
La denominada “Operación especial” del gobierno de Putin en contra de Ucrania ya lleva 12 días de invasión, tratando de imponer mediante la fuerza militar las condiciones de un nuevo statu quo en el escenario mundial, después de la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS.
Mientras tanto la OTAN utiliza este conflicto bélico para acelerar el proceso de asimilación de los ex estados obreros, tratando de imponer condiciones de semi colonia a éstos. Por eso, en el territorio ucraniano se están definiendo procesos históricos inconclusos, en la necesidad de supervivencia del sistema capitalista.
Es que la asimilación de los ex estados obreros se iba a plantear en la arena mundial y no en las particularidades de cada país. Por eso exige de los revolucionarios abocarse a la tarea urgente de reagrupar las fuerzas para desarrollar una dirección revolucionaria, que en esta época es la reconstrucción de la IV Internacional, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial ante los escenarios de guerra a donde nos llevan los países imperialistas y las direcciones bonapartistas y restauracionistas de los ex estados obreros.
Putin trajo el fantasma de Lenin al escenario de guerra, acusando al revolucionario de ser el responsable de que Ucrania tenga ideas de nación independiente, cuando siempre debió ser parte de la gran Rusia. Debemos recordar que fue la dirección de la revolución rusa la que innovó con la forma estatal de la dictadura del proletariado internacional, lo que denominaron Federación, y desde ahí se le planteó a Ucrania la autodeterminación para que elijan la forma de relacionarse con el proceso revolucionario abierto. La población ucraniana decidió incorporarse a la Federación de repúblicas soviéticas y ese hito histórico mostró la superioridad de una dirección consciente contra las políticas del imperialismo de anexiones y colonialismo reinante. Es esa parte de la historia la que no quieren contar en esta situación, es ese fantasma el que intentan esconder y es justamente desde donde debemos partir los revolucionarios para desplegar nuestras políticas, de lo más avanzado que ha dado nuestra clase, como lo fueron las federaciones. Es por eso que sostenemos la unidad revolucionaria del proletariado ucraniano y ruso en contra de sus gobiernos actuales.
Lenin sostenía antes de la primera guerra mundial, en algunos momentos en soledad, que había que convertir la guerra en guerra civil contra sus gobiernos. Con esa línea logró convencer a gran parte de los revolucionarios y fue una de las más destacadas tácticas militares de la época imperialista. Sin embargo, en esta situación de la invasión de Rusia a Ucrania debemos repensar la táctica militar, ya que es un hecho inédito en la historia que ex estados obreros en el proceso de asimilación al capitalismo entren en guerra. La dinámica de clases de estas formaciones transicionales es diferente a la de los estados burgueses consolidados. Debemos plantear “fuera las tropas rusas de Ucrania” y la necesidad de enfrentar al gobierno de Rusia y Ucrania con una insurrección proletaria que destruya el proceso de restauración capitalista en curso. Esta insurrección debe inscribirse dentro de la táctica de guerra revolucionaria, como planteaba Lenin, en la tarea de que ésta sea parte de las revoluciones complementarias que definía Trotsky, para impedir los procesos de asimilación al sistema capitalista.
Sostenemos que los trabajadores de Ucrania deben defender las fábricas y sus organizaciones con armas en mano, es decir, deben formar una dirección proletaria contra la invasión. Y los trabajadores rusos deben imponer los métodos obreros para detener la invasión y unirse al proletariado ucraniano en la necesidad de convertir esta guerra en una guerra revolucionaria. Es evidente que estas tareas no pueden realizarlas solos, para eso debe venir en su auxilio el proletariado mundial, principalmente el proletariado de los países que integran la OTAN, y en el fragor de estos combates de clase debemos reconstruir nuestra dirección internacional que no es otra que la IV Internacional.
Por una conferencia internacional urgente con las corrientes que aun levantan la necesidad de la dictadura del proletariado donde avancemos en acciones internacionalistas.
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Organizar una respuesta obrera al conflicto OTAN-Rusia
24 de febrero de 2022
El gobierno de Putin realizó una acción militar denominada “operación militar especial” en Ucrania, aduciendo una defensa en la región prorrusa del Donbass. Rusia bombardeó objetivos militares y estratégicos en Ucrania y amenaza con una invasión de sus tropas por distintos flancos a una Ucrania asediada.
Putin justifica el ataque diciendo que busca garantizar la independencia de las autodenominadas “repúblicas populares” de Donetsk y Lugannsk, que durante los últimos 8 años han sido atacadas por el ejército ucraniano. De esta manera intenta desestabilizar al gobierno de Ucrania, que es aliado de la OTAN.
La respuesta del imperialismo norteamericano y de la UE es mayores sanciones económicas para que Putin desista de su avance guerrerista. Por otro lado, China intenta hacer equilibrio en esta situación de caos.
Ante este escenario los revolucionarios debemos intervenir planteando una salida obrera a la crisis que se ha abierto, para intervenir de forma independiente en una situación mundial signada por la crisis económica y acelerada por la pandemia. Debemos agitar ante el conjunto de los trabajadores que esta no es nuestra guerra, que es totalmente ajena a los intereses históricos del proletariado. Los intereses que persiguen la OTAN y el imperialismo son los de asimilar como una semi colonia a los ex Estados obreros. Por el lado del gobierno de Putin se busca sostener una burocracia restauracionista al servicio de una protoburguesía que no está dispuesta, en su transición al capitalismo, a ser una simple semi colonia.
Las “severas sanciones económicas” que plantea el imperialismo se pagarán a costa de una mayor explotación de nuestra clase, no solo en sus propios países, sino de la expoliación de las semicolonias. Es por eso que debemos unir a los trabajadores en contra de los gobiernos de turno e impedir, con métodos obreros, que se ponga en marcha la maquinaria militar para defender intereses imperialistas. En la región en conflicto debemos buscar la unidad entre el proletariado ucraniano y el ruso para detener la restauración capitalista en curso, expropiar a la protoburguesía y retomar las tareas revolucionarias que quedaron inconclusas. Esto partiendo de recuperar lo más avanzado de las lecciones del proceso revolucionario de octubre, como la conformación de federaciones como forma estatal de la dictadura del proletariado, lecciones que no por casualidad tanto el imperialismo como Putin y los restauracionistas rusos aborrecen y quieren borrar de la historia.
Este conflicto se desarrolla en medio de una descomposición del imperialismo y un proceso de asimilación de los ex Estados obreros. El imperialismo norteamericano intenta retomar la hegemonía mundial, mostrando a su paso su debilidad histórica, mientras que las burocracias al mando de los ex estados obreros de Rusia y China intentan mantener el lugar conquistado dentro del sistema capitalista en crisis.
A los que nos reivindicamos marxistas revolucionarios llamamos de forma urgente a las corrientes que aun levanten la dictadura del proletariado a una Conferencia Internacional para discutir un programa y acciones internacionalistas en común.
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Ofensiva de la OTAN en Ucrania
La escalada belicista por intermedio de la OTAN para disciplinar las zonas de influencia de Rusia, en este caso en Ucrania, la cual el imperialismo norteamericano pretende que pertenezca a la OTAN contradiciendo la consideración de Rusia de que debe estar bajo su influencia, ha entrado en la diplomacia de las armas.
Esta situación se da en un contexto internacional donde la supuesta normalidad de la post pandemia es un espejismo, ya que la variante ómicron sigue demostrando que no está solucionado el problema del covid. El impacto de la crisis económica es cada vez mayor, a pesar de la remontada de 2021 y las expectativas de recuperación que impulsaría la vacunación masiva, las economías en general no han logrado alcanzar los niveles de producción del 2019 y para este año ya se prevé una fuerte desaceleración.
El territorio en disputa, Ucrania, condensa los procesos históricos del último periodo. Fue parte de la URSS, parte de su proceso de disolución y de las disputas territoriales en la formación de su Estado, considerando que en su momento fue uno de los motores económicos de la ex URSS por su petróleo y recursos naturales.
Este conflicto debe enmarcarse dentro de una etapa histórica que nosotros definimos como un proceso combinado de descomposición del imperialismo y de asimilación de los ex Estados obreros. Consideramos importante hacer esta precisión en el análisis, porque nos permite entender mejor el fenómeno, en el cual el imperialismo norteamericano en su decadencia pretende recuperar la hegemonía mundial e intenta asimilar a Rusia al sistema capitalista mientras la protoburguesia rusa negocia la condición de su transición al capitalismo.
Los marxistas sostenemos que la asimilación de los ex Estados obreros se desarrollará en la arena mundial, donde se definirá si su transición es a Estados o semi Estados semi coloniales, o si en el desarrollo de la restauración capitalista se dan procesos revolucionarios, con revoluciones complementarias -como denominaba Trotsky a las revoluciones internas que corregían el rumbo de las transiciones en la dinámica de revolución permanente-, donde derrotemos la transición capitalista y formemos un nuevo Estado obrero. La burocracia rusa que sobrevivió del estallido de la URSS, pero que no pudo convertirse en clase burguesa por su relación con los medios de producción aun estatales en su mayoría, no puede conformarse como clase y por lo tanto dificulta la formación de un Estado burgués y esa contradicción llevado al plano internacional obliga a esa protoburguesía en formación a la autoadaptación al proceso de restauración capitalista conquistado parcialmente, defendiéndolo y buscando áreas de influencia mediante mecanismo económicos o militares como fue la anexión de Crimea en 2014.
En la transición del capitalismo al socialismo, en los albores del primer Estado Obrero del mundo, Trotsky se preguntaba si la burocracia soviética iba a ser asimilada en el proceso de transición, situación que no se dio y fue esa burocracia la que truncó la extinción del Estado y se conformó en un bonapartismo que preparó las condiciones para la restauración capitalista. Lo que no pudo prever esa burocracia fue que su asimilación al sistema capitalista se produciría en momentos de una decadencia histórica y sin garantías de supervivencia.
Mientras tanto el imperialismo norteamericano intenta, en medio de una crisis mundial que la pandemia vino a acelerar, recuperar terreno perdido en la arena mundial, utilizando su poderío militar para disciplinar a sus aliados como la UE, que está en crisis total, y mostrar su dirección ante su enemigo número uno, que es China. La debilidad de EEUU para imponer su poderío es su situación interna, ya que no puede recrear una base social que apoye una eventual guerra.
Asistimos a una situación mundial convulsiva donde hemos presenciado procesos de masas en distintos puntos del mundo enfrentando la política imperialista ante la pandemia y los ataques a las condiciones de vida de la población.
El conflicto abierto entre Rusia y la OTAN obliga a los revolucionarios a una gran campaña internacional para que los trabajadores intervengan en contra de la OTAN y sus países miembros e impulsen la solidaridad entre el proletariado ucraniano y ruso para enfrentar la restauración capitalista con métodos revolucionarios. Es necesario que el proletariado de esta región recupere lo más avanzado de las lecciones del proceso revolucionario, como la conformación de federaciones como forma estatal de la dictadura del proletariado.
La crisis mundial y la pandemia aceleraron las definiciones históricas en la situación internacional para la supervivencia del imperialismo norteamericano y para clausurar el periodo de los Estados obreros. En esta situación los marxistas tenemos grandes desafíos y responsabilidades. Insistimos en nuestro llamado a una Conferencia Internacional con las corrientes que aun reivindican la dictadura del proletariado y la necesidad de la reconstrucción de la IV Internacional como tarea urgente.
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Los obreros deben triunfar
600 trabajadores de la mina La Florida de la comuna de Alhue, en propiedad de la Canadiense Yamana Gold, llevan más de 38 días de huelga, en lo que constituye una lucha histórica para la minera y un hito en la lucha de clases del presente periodo.
No sólo su pliego de negociación abarca temas de importancia como beneficios de educación y salud, además del bono de término, sino que sus denuncias sobre las condiciones laborales y de insalubridad e inseguridad están también sobre la mesa. Así denuncian el trabajo contínuo de más de 13 días sin descanso, debiendo pernoctar en muchas ocasiones en colchonetas en el suelo sin las más mínimas condiciones de higiene, ventilación, etc, etc.
Yamana Gold, explota minas oro, plata y diversos minerales en distintos países (Canadá, Chile, Argentina) además de proyectos de exploración (Brasil, Mexico, Colombia, etc). Sus resultados del año 2021, en plena pandemia, ha tenido volúmenes de producción récord. Como lo denuncian los propios trabajadores en lucha, no han parado la producción pese a los contagios, aislamientos, accidentes laborales, etc.
La huelga ha logrado paralizar la producción, una medida fundamental para golpear la centralidad capitalista. La organización en turnos ha conseguido mantener el piquete en el acceso de entrada, lo que ha obligado a la minera a trasladar para el ingreso y egreso a un puñado de trabajadores que mantienen funciones básicas de la mina en helicóptero.
El corte de rutas efectuado periódicamente ha afectado la circulación de mercancías, lo que llevó a la empresa a trasladar a contingentes de carabineros de fuerzas especiales, dispuestos al servicio de la patronal, los que con guanacos, zorrillos y demás pertrechos, se trasladaron hacia la zona, siendo bienvenidos con una arsenal de piedras, “y los mineros sabemos de piedras”, por lo que la acción represiva no tuvo mayor efecto.
Se han hecho presente constituyentes, diputados, concejales a dar su apoyo y manifestar la “impotencia” de estas instituciones de charlatanería al servicio de la dominación capitalista.
También han recibido el apoyo de distintos sindicatos, entre ellos varios mineros y de federaciones mineras, aunque no han efectuado hasta el momento un apoyo activo para que su lucha triunfe instando a la movilización de nuestra clase.
La compañía asegura estar “negociando de buena fe”, al tiempo que asegura a sus accionistas que “no espera ningún impacto negativo en la producción y los costos generales, ya que sus otras minas compensarán con creces cualquier posible déficit como resultado de la acción laboral”. Por ello también es prioritario establecer contacto y acuerdos de apoyo mutuo con los trabajadores organizados en las otras minas en los distintos países, tanto en las faenas de Yamana Gold, como hacia el resto de la rama minera mundial.
Es preciso llevar a cabo acciones de solidaridad y lucha para que triunfen los mineros en huelga, e impulsar el control obrero de la producción minera.
El freno del estatismo
Varios activistas que han pasado a solidarizar con la huelga del sindicato minera florida, han señalado que el camino es impulsar un proyecto de renacionalización del cobre y los recursos naturales, impulsando amplias campañas de firmas para que se declame esto en la nueva carta magna. Y lo hacen también impulsando una lógica redistribucionista, declarando que con dicha nacionalización se solucionarán todos los problemas, porque habrá dinero para solucionar la pobreza, la educación, la salud, las pensiones etc. Incluso en sus versiones más izquierdistas, que proclaman que esta nacionalización debe estar bajo control de los trabajadores, pretenden abstraerse del carácter mundial de la economía capitalista, recurriendo a recetas de corte estatistas pretendiendo reformar el aparato estatal burgués “en beneficio del pueblo”. De este modo en vez de impulsar el camino de la independencia política de nuestra clase, forjada en la acción, la lucha y la organización contra el capital y el imperialismo, pretenden llevar a los trabajadores a exigir migajas para la redistribución del renta nacional de la economía semicolonial.
La misma producción de oro sólo expresa la explotación de una materia prima cuyo producto ganó su lugar en la historia como equivalente general dentro de la sociedad capitalista, que hoy es fuente de salvaguarda en los flujos de capital, y residualmente como insumo para procesos productivos. Lo mismo podríamos decir del cobre cuya fluctuación en su precio se haya asociado a los vaivenes de la producción mundial. Intentar ver la acumulación capitalista como un proceso de base nacional el cual puede distribuirse de forma “justa” o “equitativa”, lleva de cabeza al estatismo reaccionario, que exige ora a la burguesía ora a la pequeñoburguesía que realice tareas que son propias de nuestra clase. El control obrero en el régimen capitalista debe imponerse de forma activa, ante los descalabros ocasionados por la descomposición del capitalismo producto de su desarrollo anárquico, al que habrá que oponerle la planificación socialista de la economía mundial.
No ceder a los cantos de sirena
Ya la misma burguesía en el pasado encuentro de Icare tertulió con el mandatario electo felicitándolo por expresar el “absoluto respeto a la institucionalidad y la democracia, como lo hizo usted Presidente el 15 de noviembre de 2019, optando por la institucionalidad, al suscribir el histórico Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución” en palabras del explotador Juan Sutil. Boric por su parte, entre lectura de poemas y frases colmadas de esperanza, prometió un gobierno de cambios con gradualidad, orden y responsabilidad fiscal. El espaldarazo de los empresarios a los futuros resultados de la “nueva” constitución, manifiestan que la democracia para ricos está a salvo y la explotación y expoliación imperialista siguen su curso.
Descartan que los trabajadores por medio de su lucha y su organización aún tiene mucho que decir. Y esto se expresa en cientos de procesos organizativos que se producen al interior de las fábricas y las minas. De importantes luchas obreras que van dejando lecciones como las de los mineros de Florida o los trabajadores de la fábrica de chocolates La Fete que se mantuvieron 25 días de huelga pasando el fin de año en pie de lucha por recuperar lo perdido.
Gran parte de los luchadores obreros y juveniles, y de la izquierda revolucionaria, pasaron del apoyo crítico a la candidatura de Boric a la exigencia. Planteando algunos que éste es un gobierno de frente popular (habría que saber quién representa a la clase obrera al interior del bloque Apruebo Dignidad) seguramente para volver a jugar la carta de la “lucha contra el fascismo” ya que esta sería la anteúltima carta de la burguesía antes de la salida contrarrevolucionaria.
Esta orientación sólo hará perder tiempo en sembrar expectativas en los juegos políticos propios de la democracia patronal. Será necesario apoyar e impulsar toda expresión genuina de lucha de los trabajadores y el pueblo, al tiempo que atacar y enfrentar sin descanso todas las formas de engaño propias de la dominación capitalista. Por ello es de vital importancia apoyar y potenciar las luchas de la clase trabajadora, sobre todo aquellas centradas en la producción donde reside el poder de la burguesía.
Que las organizaciones obreras en lucha convoquen y organicen un Congreso de delegados de base de toda la clase obrera para votar un programa y un plan de lucha que desarrolle un camino de independencia de clase hacia la conquista del poder, hacia la instauración de un gobierno obrero.
LA LIBERTAD DE TODOS LOS PRESOS POR LUCHAR SERÁ PRODUCTO DE LA LUCHA DE CLASES Y NO DE LAS COMPONENDAS CON LOS CARCELEROS
La situación de los presos políticos se ha transformado en un tema molesto para el gobierno de Boric. Mientras comienza a acentuar su giro hacía la vieja ex concertación, en busca de la repartija de ministerios y cargos en el Estado, el gobierno de Boric que aún no asume, se esmera en dar tranquilidad al empresariado dando muestra que será un gobierno responsable, y del orden.
Este gobierno busca a cerrar el ciclo abierto con la semi-insurrección del 18-O, y parte de esto es intentar responder a la exigencia de sectores del activismo que lo apoyaron críticamente y hoy le exigen que se defina por la libertad de los presos por luchar. Fiel a su estilo, Boric hace la distinción entre presos por delitos “violentos” con los que no. Esta distinción además de ser absurda, coloca un doble candado a las celdas de los presos políticos ya que todos los hechos por los que se les acusan son para el Estado “delitos violentos”. En la misma línea, no es tan tajante cuando se trata de la atacar la impunidad de los pacos, señalando “la buena disposición de carabineros a un proceso de reforma”. Por incomodidad, y por evitar que se le abra un flanco al gobierno, busca dar alguna salida particular a los familiares, dejándolo como un tema doméstico, no político, no como la esencia represiva del Estado burgués contra los trabajadores y el pueblo.
La salida de retirar las querellas por ley de seguridad interior del estado, además de promover el indulto, no son más que gestos simbólicos porque han sido de cientos los presos, mutilados, y asesinados por el Estado que la burguesía busca borrar; y los estratos de la pequeñaburguesía en los cargos del aparato estatal buscan olvidar con fuegos de artificio y pasar la página, como lo hicieron en la Convención Constitucional, la que no sesionaría con presos en las cárceles.
El parlamento que justifica día a día el accionar represivo en la Araucanía manteniendo su militarización no puede darles una salida. Incluso el indulto general no será una salida porque será el Estado burgués el que dirimirá a quien otorgárselo. Lo mismo con la impunidad de ayer y de hoy, cuando existen cientos de desaparecidos y muertos por el estado burgués, así como los asesinatos cometidos en “democracia” que los que no han quedado impune, se han resuelto con condenas irrisorias para los represores e insultantes para los familiares.
Al igual que cualquier conquista al interior del capitalismo en descomposición deberá ser arrebatada mediante la lucha de clases, serán las organizaciones de la clase obrera mediante sus métodos, tal como lo mostró parcialmente la huelga del el 12 noviembre 2019, con la paralización de la producción, las barricadas, los comités de autodefensa, la primera línea, la acción de los sindicatos, la clase obrera deberá intervenir de forma independiente para acaudillar al conjunto de la nación explotada y oprimida, dotándose para ello de un partido revolucionario internacional que aglutine a los mejores elementos de su vanguardia obrera y juvenil.
Es preciso llamar a no depositar confianza en las instituciones de la democracia para ricos para resolver una tarea que es parte de nuestra lucha. Decenas de organizaciones se han pronunciado por la libertad de los presos por luchar y por el castigo efectivo a los represores de ayer y de hoy. Es necesario arrancar a nuestros presos de sus cárceles. Sin intención de hacer analogías, sobran los ejemplos en la historia de la lucha de clases donde se ha conquistado la libertad mediante la lucha, como en el “Devotazo” en Argentina (mayo del 73), donde la movilización abrió las puertas de las cárceles liberando a los detenidos.
Las organizaciones obreras, los organismos de DDHH, las agrupaciones de familiares, los activistas y luchadores en general, podemos llamar a concentrar las movilizaciones donde están nuestros compañeros.
Libertad y desprocesamiento a los presos por luchar
Castigo efectivo a los represores de ayer y de hoy
No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos