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Terça, 18 Novembro 2025 21:07

Primera Vuelta de la Derecha

Las elecciones del pasado 16 de noviembre dieron un amplio respaldo al conjunto de los partidos de derecha y de extrema derecha llegando a obtener de conjunto más del 50% de los sufragios (Republicanos, Nacional Libertarios y ChileVamos).

Pese a obtener la primera mayoría (con un 27%) la candidata del oficialismo obtuvo un resultado que no le permitiría remontar en una segunda vuelta presidencial.

Se repite el escenario de votación de segunda vuelta presidencial del 2021 que enfrentó a Boric con Kast (hoy Jara con Kast), que terminó dando el voto al actual gobierno pretendiendo expresar un “programa de transformaciones” que daría respuestas al “estallido social del 2019”, en su enfrentamiento al “fascismo”.

Ya en aquella votación de voto voluntario fueron a votar poco más de la mitad del padrón, en una expresión de la separación de las masas con el Estado. Hoy, pese a que Jara proviene del PC, es muy difícil “vender” su figura como la de una adalid de lucha contra el fascismo. No sólo por batir el record de “volteretas” políticas que ostenta el presidente, sino por tratar de renegar una y otra vez del mote de “comunista” presentándose como una genuina “socialdemócrata”, representante de un escudo protector de la “república democrática”.

Ese desgaste del efecto de la opción del “mal menor” es cosecha directa de las políticas represivas, antiobreras y de maquillaje institucional que fueron la tónica del actual gobierno. Esto sin contar que la evidente disputa de cargos y fondos que implica la disputa del “botín del Estado” dejó al descubierto su “espíritu republicano” en decenas de casos de corruptelas.

Persecución y encarcelamiento de activistas sociales; represión de luchas obreras y estudiantiles; batería de elecciones burguesas (constituyentes) y leyes reformistas para imponer políticas reaccionarias (salvataje AFP, flexibilización laboral); impunidad para policías y militares; ajustes presupuestarios por vía administrativa; cooptación estatal de “movimientos sociales”; entre muchas medidas que pintan el cuerpo un gobierno que desenvolvió la política de reacción de la burguesía para intentar restablecer el sistema de dominación del capital imperialista luego que fuera cuestionado por la semiinsurrección espontánea del 19.

Pese a estas políticas de cooptación y represión (sumemos el efecto reaccionario de intervención estatal en la Pandemia) no lograron imponer una derrota categórica a la clase trabajadora, aunque sí lograron contener y desviar hasta desvirtuar todo proceso de lucha y organización.

Entendemos las elecciones burguesas como una expresión distorsionada de las relaciones entre las clases. Tanto el resultado favorable a las fuerzas burguesas más reaccionarias, así como las expresiones más “anticasta” “pro-clasemedia” de la tercera fuerza (Parisi), igualmente reaccionarias, no son una cheque en blanco que permita al gran capital arrasar con ajuste y represión. Eso es algo que lo resolverá la lucha de clases y no el escenario electoral para renovar el personal que administre los negocios capitalistas.

Figuras como Kast o Parisi, representan los sectores más parásitos de esa burguesía rentística del capital financiero. Las políticas que impondrán, distintas en matiz de las de un Boric o una Jara, serán las que la burguesía está ensayando en distintos países como Grecia o Francia, de mayor flexibilidad laboral, ajuste fiscal, aumento de la edad jubilatoria, etc. Así como Milei, el más disciplinado de los discípulos del imperialismo en la región, intentarán un mayor alineamiento con la ofensiva del capital en medio de su descomposición, no sin enfrentar procesos de lucha y organización.

Lamentablemente organizaciones que se llaman revolucionarias aún no sacan lecciones de su apoyo a Boric en las elecciones pasadas, como también es lamentable la adaptación del centrismo al régimen buscando “enfrentar a la derecha” desviviéndose por empatizar con la “opinión pública”.

La fragmentación y atomización de las filas obreras, y el accionar de la burocracia sindical, sus políticas estatistas, etc., son uno de los escollos primordiales para superar. Se vuelve necesario que la vanguardia se prepare con un programa revolucionario para levantar una dirección revolucionaria internacional, que apunte a organizar a nuestra clase y armarla con un programa de transición que nos coloque en el umbral del poder, en lucha por la revolución socialista.

Quinta, 13 Novembro 2025 22:08

La Democracia para Ricos renueva su personal

Este domingo 16 de noviembre se realizarán las elecciones para presidenciales y parlamentarias.

Una farsa de la democracia para ricos donde periódicamente engañan a la clase obrera y al pueblo con promesas de una vida mejor, en medio de un descarnado nivel de decadencia del sistema capitalista y del régimen semicolonial.

Vemos a los candidatos ofreciendo balas y cárcel, compitiendo en quien es más “paco”, quien no dudará en usar la fuerza militar, y ser el/la mejor garante de los negocios capitalistas.

Todo el arco de los partidos del régimen burgués, desde el oficialismo PC-Frente Amplio hasta la ultraderecha, han aprobado todas las leyes represivas como, la ley “gatillo fácil” (Naín- Retamal); militarización de la Araucanía; impunidad para policías y militares responsables de asesinatos en la semiinsurrección de Octubre del 19; encubrimiento del aparato judicial y policial de la desaparición forzada de Julia Chuñil; persecución , procesamiento y encarcelamiento a luchadores sociales, mapuches etc. No sólo coinciden en fortalecer el aparato represivo, y que policías y militares tengan mayor incidencia en el control interno, sino que todos se declararon a favor del desalojo dictado por la corrupta y descompuesta justicia burguesa, de la toma de San Antonio para dejar en la calle a más de 10 mil familias, tirando abajo sus viviendas, como ya lo hicieron en la toma 17 de Mayo, en Quilpué, la Florida, etc. Saben que en lo sucesivo pueden tener mayor resistencia a sus atropellos por eso el “demócrata progresista” gobierno de Boric pretende imponer los estados excepción vía decreto, saltándose el congreso, mostrando el carácter bonapartista sui generis de la democracia semicolonial. Todo esto con el afán de mantener y consolidar el auspicio del imperialismo que busca recuperar su rol como gendarme del mundo, ante su declive histórico, profundizando la sumisión de las burguesías cipayas en Latinoamérica, como lo vemos en el caso de Milei en Argentina, o asesinando arbitrariamente en el mar Caribe amenazando con eventuales invasiones militares.

La mayoría de los candidatos coinciden en realizar “ajustes presupuestario”, como dicta la línea de la burguesía. Ajustes que no se dirigirán a tocar el botín del Estado que se disputan políticos burgueses y pequeñoburgueses, sino que ira a golpear sobre los trabajadores de la salud, la educación y trabajadores públicos en general. Su línea de ataque es contra la clase obrera, vía despidos, flexibilidad laboral, ataques a los sindicatos, etc.

Ya comenzaron imponiendo el descuento de los días caídos a los paros de profesores, o la tipificación de cientos de empresas como “estratégicas” para negar el derecho a huelga, o las decenas de proyectos para eliminar la indemnización por despido. Como muestra la candidata del oficialismo Jeannette Jara se ufana del “gran logro como ministra”, que es el de haber logrado para el empresariado un abanico flexibilizador con las ley de 40h, o también con el fortalecimiento del robo de las AFP's.

Tampoco es una alternativa para la clase obrera el dirigismo del estado burgués en la economía que propone Artés ( PC-AP), una fórmula de colaboración de clases del estalinismo, con tintes de nacionalismo reaccionario, que nada tiene que ver con la lucha por el socialismo.

IMPULSEMOS LA LUCHA POR EL CONTROL OBRERO EN LA PRODUCCIÓN.

Lamentablemente el centrismo que se presenta en algunas posiciones parlamentarias en estas elecciones, se desvive por obtener una banca o consolidar una “figura pública”, viene difuminando cualquier atisbo de programa revolucionario en una serie de eslóganes para mejor caer en la opinión pública, adaptándose al “sentido común” de las “prioridades”.

La farsa de las elecciones en la democracia para ricos encubre la dictadura del capital para la explotación de la clase obrera. Debemos develar a los ojos de nuestra clase su carácter pérfido y nefasto. Es prioritario organizar a nuestra clase en particular en los sindicatos, luchando por la independencia de éstos de la patronal y su estado, ya que  es en la producción donde reside el poder de la burguesía y donde el proletariado debe arrebatárselo. El activismo y los sectores de vanguardia de nuestra clase debemos luchar por poner en pie una dirección revolucionaria que impulse en los sindicatos un programa de transición que plantee imponer el control obrero de la producción, determinando la escala móvil de horas de trabajo y escala móvil de salarios, entre otras reivindicaciones, preparando la injerencia del estado obrero en la sociedad capitalista. Una dirección revolucionaria que luche por desarrollar las tareas preparatorias para la destrucción del estado burgués y la dictadura del capital, impulsando la lucha por la dictadura del proletariado.

En estas elecciones llamamos a votar nulo para presidenciales y parlamentarias y preparar la lucha para enfrentar los ataques que se vienen, e imponer un gobierno obrero.

A recente operação policial, denominada Operação Contenção, acionada nos Complexos do Alemão e da Penha, na Zona Norte do Rio de Janeiro, não pode ser compreendida senão como a expressão mais aguda e sangrenta da violência de classe inerente ao Estado burguês. Mobilizando 2.500 agentes, blindados e helicópteros, a ação resultou em um número de mortos que, após a mobilização dos moradores para resgate dos corpos, chegou a 121 vítimas, além de 113 presos, sendo a mais letal da história, ultrapassando o Massacre do Carandiru (1992), configura-se como um marco que evidencia os efeitos mais perversos das tendências abertas pela conjuntura de crise que se aprofunda diante da decomposição do imperialismo e sua expressão nos bonapartismos sui generis e a reação burguesa por meio dos seus governos de turno para a manutenção do seu poder político e econômico.

A operação impôs uma espécie de estado de exceção, paralisando escolas, universidades, postos de saúde e inviabilizando o transporte, gerando um colapso urbano e prejuízos objetivos à classe trabalhadora da cidade. O rescaldo final só ocorreu porque os próprios moradores resgataram e enfileiraram os corpos em uma praça, muitos deles apresentando sinais de execução sumária (tiros na nuca, facadas e decapitações). Essa cena é a mostra de uma tentativa de ocultação. O veto da Polícia à presença de Defensores Públicos no IML tinha a clara finalidade de esconder da opinião pública os sinais da barbárie. Para além do massacre, seguem agora as ações de assédio da Polícia Militar às famílias das vítimas e aos moradores que tentaram registrar em vídeos a execução dos extermínios.

O cotidiano da favela se torna, sistematicamente, uma zona de guerra permanente. Trata-se da materialização violenta de uma política de Estado semicolonial enraizada na superexploração de classe e  no racismo estrutural, legitimada pela máxima reacionária, amplamente difundida pela ideologia burguesa de combate ao crime “bandido bom é bandido morto” e instrumentalizada como ferramenta de disputa política na conjuntura pré-eleições gerais.

A violência do Estado no Brasil avança em meio a um aprofundamento da crise social, marcada pelos impactos diretos de políticas de corrosão de direitos, dos serviços sociais básicos e pelo aumento da exploração via precarização do trabalho na relação com o capital que avança via reformas, privatizações e políticas de austeridade fiscal. A flexibilização das relações de trabalho culmina na precarização das condições objetivas de vida da classe trabalhadora, sobretudo, os moradores em favelas e das periferias de conjunto.

O avanço da crise no mercado de trabalho, gerando a alta informalidade, a uberização e os baixos salários, produzem uma situação catastrófica, que empurra grande contingente da juventude moradora de favela, ao tráfico de drogas, algo que no Brasil é estrutural, pois totalmente atrelado aos atores e instâncias do Estado burguês, na sua divisão social do trabalho. No Rio de Janeiro, a proximidade física entre bairros abastados e favelas, onde cerca de 22% da população vive em situação informal e com acesso precarizado aos serviços básicos, evidencia a segregação e as disparidades nas condições de vida. A taxa de desemprego entre jovens (10 a 24 anos) é de 20,5%, sendo a maior taxa do país para este grupo. Cerca de 202 mil jovens fluminenses estão desempregados nesta faixa etária.

Para além do tráfico, o crescimento da presença das milícias no território e de seus representantes nas esferas de governo ampliam o terror nas comunidades. A guerra territorial entre traficantes e milícias  pode pressupor a ideia de "poder paralelo" e suas regras próprias. Esse controle coercitivo e extorsivo dos grupos armados impacta diretamente o cotidiano das comunidades. A dinâmica dos combates entre as facções e milicianos, somado às operações policiais frequentes, geram uma situação de barbárie, historicamente jamais superada. 

Todavia, sendo o Estado o instrumento de dominação de classe - no caso, da burguesia no sistema de produção capitalista - não há materialidade na ideia de um “poder paralelo” ou de um “Estado ausente” utilizada para justificar o crescimento do narcotráfico no estado semicolonial brasileiro. O que ocorre no Rio de Janeiro, e também em outros estados e regiões dominados por facções e narcotráfico, é que o Estado negocia e regula sua forma de presença nos espaços populares. Objetivamente, funciona como um tipo de agência reguladora do crime que organiza ou desorganiza as facções desde dentro, garantindo a previsibilidade e a estabilidade dos arrendamentos territoriais que permitem a continuidade do negócio do crime. Vale observar que o massacre se concentrou no território do Comando Vermelho, mas poucas operações significativas ocorreram em áreas dominadas pelas milícias da Zona Oeste e Baixada Fluminense, que são a base eleitoral do Governador Castro. A letalidade seletiva, ao poupar líderes e milícias, revela que pessoas são assassinadas para fins políticos e econômicos. Vale lembrar que as cadeias produtivas do narcotráfico são internacionais e, cada vez mais, ampliadas globalmente pelo mercado financeiro e que, portanto, seus verdadeiros operadores encontram-se muito longe das favelas do Rio de Janeiro.  

O governo de Cláudio Castro (PL) adota uma política que avaliza a prática do homicídio em serviço como métrica de produtividade, incentivando a dita "gratificação faroeste" (bônus de até 150% do salário para policiais por aniquilar suspeitos). Embora o governador tenha vetado a lei do bônus, ele não vetou sua lógica, que continuou a ser estimulada. Meses antes da chacina, o governo atuou politicamente para esvaziar os freios jurídicos impostos pela ADPF 635 (ADPF das Favelas), buscando a liberação total da força letal.

Castro classificou publicamente os integrantes do CV como "narcoterroristas", uma terminologia que visa transformar o alvo em um inimigo de guerra cuja aniquilação é justificada, impondo um estado de exceção à própria justiça burguesa e delimitando o campo político ideológico mais reacionário. Isso também se alinha ao fato de o governo do Rio de Janeiro ter fornecido um relatório de inteligência ao Consulado dos EUA com o objetivo explícito de classificar o Comando Vermelho como uma Organização Terrorista Estrangeira (FTO). Essa busca pela classificação FTO, expressa mais uma frente de ação dos setores da burguesia nacional mais alinhados ao imperialismo e, especificamente, com a política intervencionista de Trump para a América Latina, pois a classificação permitiria aos EUA imporem sanções financeiras diretas e estender a jurisdição dos EUA sobre instituições e indivíduos no Brasil, que já fora concretizado no contexto político do julgamento de Bolsonaro. 

Está claro que a questão da violência urbana e o combate ao narcotráfico está sendo instrumentalizada como um dos debates centrais para o período eleitoral e a operação policial do Rio de Janeiro se reveste como arena crucial na disputa entre setores que polarizam a política burguesa no país. Há um ano das eleições, o débil governo de Cláudio Castro (PL), com a Operação Contenção, reativou momentaneamente a “extrema direita” que estava cambaleante, desde a crise dos Bolsonaro. Observava a reação da Frente Ampla a partir do tarifaço de Trump e a adoção da falácia da defesa da soberania nacional.

Após a Operação Contenção, acirrou-se a disputa no Congresso Nacional relacionada à pauta da segurança e sobre a forma de combate ao narcotráfico. A Frente Ampla burguesa Lula/ Alckmin propôs o projeto de lei "Antifacção", que busca definir legalmente facção criminosa e oferecer novas ferramentas de investigação às autoridades, como a possibilidade de infiltração em empresas e o monitoramento de comunicações em unidades prisionais. Adicionalmente, o governo busca aprovar a PEC da Segurança Pública, que tem como objetivo promover uma maior integração entre as polícias federais e estaduais, com foco em inteligência e coordenação. A oposição também se articulou, defendendo a equiparação de facções criminosas a grupos terroristas, o que resultaria em penas mais rigorosas e poderia facilitar a cooperação internacional. O setor mais reacionário também deu seguimento à instalação de uma CPI para investigar o crime organizado.

Os eventos deflagrados pela ação violenta do Estado do Rio de Janeiro, devem ser entendidos no marco da decomposição dos estados semicoloniais na relação com o imperialismo decadente. Nos bonapartismos sui generis as disputas interburguesas se acirram ainda mais, para definição de quem será aquele que melhor aplicará as políticas definidas pelo imperialismo e seus organismos. Lembremos que Lula uma semana antes da Operação tinha iniciado, na Malásia, negociações com Trump sobre o tarifaço, e uma semana depois ficaria com todo o holofote voltado para si na COP30. 

Em meio às análises midiáticas e as disputas discursivas / eleitorais sobre quais as melhores políticas para administração dos negócios da burguesia e o enfrentamento da sua banda podre - de forma mais “inteligente e unificada” ou mais “bélica”- , a Operação Contenção demonstra que o terreno da disputa é econômico e não territorial. Levanta-se, inclusive, que a Operação tinha como objetivo a “queima de arquivo” de lideranças do Comando Vermelho que poderiam implicar figuras do governo no comércio do armamento pesado presente nas favelas. Enfim, a Operação desmascara que a classe trabalhadora é bucha de canhão do Estado como representante da burguesia e suas diferentes frações, que disputam por mercados, lucros e instrumentos de dominação.

Ante a essa conjuntura, as direções políticas e sindicais dos trabalhadores, seguem como muro de contenção e da política do governo federal. Sequer levantaram a paralisação dos locais de trabalho como forma de garantir a segurança dos trabalhadores em meio ao cenário de guerra instaurado. Está mais do que claro que todo movimento é orquestrado visando a disputa eleitoral do próximo ano. A Frente Ampla burguesa Lula/Alckmin defende os interesses da burguesia e busca se demonstrar um executor “responsável” da política do imperialismo.

Em última instância, é necessário a imposição do corte de classe na análise da questão da segurança pública. Os governos de plantão trabalham única e exclusivamente para construir saídas aos seus negócios e interesses, em sua maioria dirigidas pelo capital de monopólios internacionais, o que concretamente revela o grande engodo que se levanta junto ao combate ao Narcotráfico. 

Há cenário recessivo, inflacionário e de aprofundamento das crises, os limites das lutas dos trabalhadores esbarram na crise de direção revolucionária que se acentua na condução das direções reformistas e burocráticas agindo como muro de contenção das lutas políticas contra o capital e seus agentes.

A tarefa apresentada de conjunto pelo reformismo e o centrismo aos trabalhadores, mais uma vez, é vencer as eleições. O movimento de massa deve enfrentar essa Frente Ampla, mas também derrotar as políticas reformistas e da adaptação centrista ao Estado burguês. A política do centrismo (PSTU e MRT) resume-se às denúncias e exigências aos governos e ao Estado, passando pela desmilitarização imediata das polícias, fim da "Guerra às Drogas," que serviria de complexo ideológico para o extermínio, exigência de uma investigação imparcial das mortes e a responsabilização dos governantes que promovem a letalidade, ou seja, mais uma vez buscando uma melhor administração do Estado burguês como se o conteúdo de classe burguês pudesse ser descolado do Estado burguês.  

O fato é que não direcionam as ações da classe com impacto na produção. Qualquer ação deve estar atrelada, portanto, a um programa operário que de fato paralise a produção para a imposição de nossas demandas e pautas. Os sindicatos devem assumir um papel importante na organização dos trabalhadores frente à violência estatal. É preciso organizar a autodefesa e impor os métodos de classe que avancem na desorganização da burguesia e coloquem em xeque suas formas de dominação através de um programa transicional que ataque as bases da política imperialistas e suas expressões nos governos de turno das semicolônias.

Como caracterizou Trotsky, em 1938, o maior problema que se coloca, diante do estágio atual de decomposição do imperialismo, é a ausência de direção revolucionária, que coloque a centralidade da luta nos processos de produção do capital, desorganizando a burguesia. Para que essa direção consciente se forje na luta, é preciso levantar a necessidade da recuperação dos sindicatos e organismos de classe, da retomada dos nossos métodos próprios de luta, do internacionalismo proletário, da construção de um partido revolucionário, a IV Internacional.

Terça, 07 Outubro 2025 21:00

Justicia por Julia Chuñil

El Estado es responsable

 

Hace ya casi un año que Julia Chuñil “desapareció” en las inmediaciones de su casa en un terreno disputado por el empresario forestal Juan Carlos Morstadt Anwandter, quien ya tenía antecedentes de hostigamiento hacia las comunidades mapuches con el respaldo de las instituciones estatales.

Luego de un persistente accionar de parte de la fiscalía intentando inculpar mediante la mentira y el amedrentamiento a los familiares directos de Julia, sin instruir averiguación alguna contra los sospechados como responsables desde el primer día, se rebela un audio donde le empresario forestal admitiría que a Julia “la quemaron”.

La desaparición, junto con la impunidad con la que se manejan los empresarios es alimentada por la política llevada a cabo por el gobierno del PC-FA, quien ha profundizado notoriamente la política de represión y resguardo de la propiedad privada, como continuidad de las políticas aplicadas por los gobiernos de la derecha y la concertación.

La militarización de la zona sur que se ha vuelto permanente, así como la persecución, criminalización y represión de las organizaciones mapuches. La ley de “gatillo fácil” Naim-Retamal, ha habilitado a los agentes de represión a que puedan desenfundar, apuntar y disparar en completa impunidad, como lo hemos visto en los allanamientos y desalojos en la zona. La misma impunidad que este gobierno otorgó a los altos mandos de carabineros instigadores de los asesinatos, torturas y mutilaciones durante el “estallido”. La ley “antitoma” también ha sido una herramienta que permitió desalojar, y mantiene en vilo, a cientos de familias privadas del derecho a la vivienda.

Hoy, Boric y distintos personeros oficialistas, se ven forzados a hablar de la desaparición de Julia, pretendiendo posar con un perfil democrático después de un año de encubrimiento y negligencia oficial.

Lo cierto es que una vez más, y a semanas de que se celebre la farsa de la democracia para ricos, el aparato de estado burgués, saca todas sus herramientas (políticos burgueses, represores, jueces, fiscales) para encubrir un crimen, para proteger a la clase dominante y no escatimar en medios para imponer la defensa de la propiedad privada capitalista.

Es necesario imponer una comisión investigadora independiente que desenmascare el accionar de políticos burgueses, y nos lleve a la verdad y justicia de lo sucedido.

Trabajadores forestales, campesinos pobres junto a comunidades mapuches deben movilizarse por Justicia para Julia Chuñil, por el castigo a los responsables, y por la libertad de todos los presos por luchar.

 

Exijamos Justicia por Julia Chuñil

Libertad y desprocesamiento de los presos por luchar

Domingo, 07 Setembro 2025 17:59

Sra. Cobranza

El escándalo de corrupción por las coimas de Karina Milei y sus aliados Menem, sumado al descalabro económico de CosiToto, ha colocado al gobierno al borde del helicóptero. Esto ha mostrado la podredumbre de un régimen político, con carpetazos de la SIDE y acusaciones de conspiraciones de rusos, venezolanos y vaya a saber quién más. Expresa la derrota de una burguesía lumpen aliada al imperialismo que no logra estabilizar al semi Estado con un elenco dirigente que le garantice sus negocios. La burguesía parásita y sus aliados pequeñoburgueses en el gobierno son conscientes de que se están hundiendo, pero en el camino le dicen a los trabajadores y el pueblo: “soy consciente de mi debilidad, pero si yo me hundo me los llevo puesto también a ustedes”.  Ese es el discurso desesperado de una clase en peligro, que está dispuesta a todo.

En este marco se inscriben las elecciones de medio término, que no pueden solucionar nada ante el nivel de crisis, pero intentarán configurar nuevas coaliciones políticas, vía la “liga de gobernadores” para darle alguna sustentabilidad para que el gobierno llegue al 2027. Un sector del arco político seguirá apostando a contener vía el parlamento las reivindicaciones inmediatas de las masas, por ejemplo, con las leyes para los discapacitados, las jubilaciones, la salud y las universidades, intentado legalizar el descontento para que no se salga de los marcos del régimen. Ese es el plan de los que van a defender al Estado y sus instituciones y van a intentar que esta crisis política, económica y social tenga una salida reaccionaria y no revolucionaria. Los que estuvimos desde el primer día en la calle contra Milei fuimos nosotros, no los K ni los Kicillof ni menos la burocracia sindical pero ahora ellos quieren volver como los salvadores, cuando fueron los cómplices.

Es tarea de los revolucionarios intervenir en este escenario, postulándonos como dirección revolucionaria con un programa transicional de salida a la crisis. Tenemos que impulsar asambleas en los lugares de trabajo con la moción de imponer un paro general activo en el camino a una huelga general que prepare las condiciones para echar a Milei y por un gobierno obrero. Tenemos que romper la envoltura democrática que nos impone el capitalismo y sus instituciones, ya que detrás de esa envoltura se esconden la dictadura del capital y sus leyes. Sólo debemos confiar en nuestras propias fuerzas y en nuestros métodos de lucha y de esa manera nos vamos a ganar a la mayoría de la población en la necesidad de la conquista del poder. Abramos este debate en la necesidad de construir un partido revolucionario y la reconstrucción de la IV internacional.

Domingo, 07 Setembro 2025 17:54

Por el desprocesamiento de Vanina Biasi

Desde la COR nos solidarizamos con la dirigente del Partido Obrero, Vanina Biasi, procesada por denunciar en redes sociales el genocidio contra el pueblo palestino. La causa fue iniciada por el fiscal Stonelli junto a la DAIA y la periodista Romina Mangel en 2023, el proceso confirmado por el juez Rafecas y recientemente se confirmó el procesamiento en la sala 1 de la Cámara Criminal y Correccional Federal. El pretexto con el cual se persigue a Biasi es “violar la ley antidiscriminatoria 23.592” que persigue a quienes aliente “persecución u odio contra una persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas”. Increíble contrasentido al que llegan los mecanismos de represión del Estado para defender un genocidio basado en los intereses del imperialismo yanki y sus aliados sionistas en Medio Oriente. Una vez más, la burguesía empuña a las instituciones que supuestamente igualan a todos ante la ley para perseguir a luchadores, demostrando que la justicia abstracta que pregonan es la injusticia del orden social de la clase dominante.

Además, resulta de gran importancia para el imperialismo y el sionismo reprimir toda expresión de solidaridad con el pueblo Palestino ya que está atravesando un momento de enorme debilidad y el cuestionamiento a su política se extiende a todo el mundo, con importantes expresiones de solidaridad obrera mediante bloqueos de buques enviados al enclave.

A pesar de la represión, en Argentina, en conjunto con el proletariado mundial, hemos tomado la causa palestina como una instancia de lucha contra el imperialismo en todo el mundo. El proletariado de Medio Oriente y del Magreb debe enfrentar a sus gobiernos y expulsar al imperialismo de la región y destruir el enclave de Israel y así frenar el genocidio en Gaza, formando una Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente y el Magreb como forma estatal de la dictadura del proletariado internacional. El proletariado de los países imperialistas debe derrotar a sus gobiernos y frenar la guerra. El proletariado ruso y ucraniano debe luchar en conjunto para derrotar el proceso de asimilación de los ex Estados obreros y transformar esa guerra en una guerra de autodefensa revolucionaria. El proletariado chino debe entrar en escena contra el proceso de asimilación y unirse a las luchas obreras de todo el mundo. En definitiva, debemos buscar la intervención de los batallones obreros en todos los países, de forma independiente, para que, con los métodos y la organización de la clase, logremos parar la masacre de una nueva guerra mundial, a la que nos quieren llevar.

Domingo, 07 Setembro 2025 16:47

Periódico El Nuevo Curso #40

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Em 3 de setembro de 1938, com delegados de grande parte do mundo, a Quarta Internacional foi fundada. Os organizadores tiveram que superar as manobras stalinistas para impedi-la a todo custo. Um dos organizadores, Rudolf Klement, foi encontrado morto no Rio Sena pouco antes da Conferência, e muitos documentos importantes foram perdidos. A GPU também assassinou Erwin Wolf e Leon Sedov, filho de Trotsky, dois outros dirigentes proeminentes da organização. Trotsky não pôde participar porque estava exilado no México.

A criação desta nova Internacional ocorreu em um contexto em que o mundo caminhava para a Segunda Guerra Mundial, após diversas derrotas em processos revolucionários como os da Espanha e da Alemanha, nos quais o stalinismo se mostrou uma direção contrarrevolucionária. A tarefa era recuperar a continuidade teórica e política do marxismo revolucionário, tão abalada naquela época.

A Quarta Internacional tentou formar uma nova direção revolucionária com o Programa de Transição, que foi a expressão das conclusões da Revolução Russa generalizadas para toda uma etapa. Propôs as tarefas históricas do proletariado para destruir o sistema capitalista. Essa continuidade programática com a Terceira Internacional, antes de sua stalinização, demonstra a superioridade teórica e política do trotskismo no enfrentamento do sistema capitalista, na preparação para a revolução e em sua subsequente transição. Nenhuma outra corrente pode demonstrar esse objetivo às novas gerações.

Os Trotskistas diante das tarefas atuais

Nós, revolucionários, nos encontramos diante de processos históricos inéditos e sem precedentes, como a guerra aberta entre a Rússia e a Ucrânia, o genocídio em Gaza pelo enclave imperialista de Israel, crises econômicas e políticas e a ascensão de tendências bélicas em várias partes do mundo. Esse cenário global reflete a ruptura do equilíbrio instável que se desenvolveu no pós-guerra, um processo de decomposição do imperialismo e um processo de assimilação dos ex-Estados operários. Essa ruptura do equilíbrio acelerará fenômenos que estavam contidos no período anterior. Com isso, queremos dizer que no período anterior, o imperialismo foi incapaz de responder à crise econômica de 2008, não pode assimilar os ex-Estados operários e a pandemia terminou por detonar qualquer possibilidade de fortalecer esse equilíbrio do pós-guerra.

Nesse contexto, a direção do imperialismo estadunidense mostrou sinais de maior decadência e acelerou os preparativos para recuperar sua posição mundial com a receita já conhecida: o uso do aparato econômico e militar. A política belicista do imperialismo encontra-se em crise histórica. Busca reconfigurar um novo cenário diante do avanço da China como concorrente e precisa buscar um novo pacto com aliados e antigos inimigos para retomar sua hegemonia imperialista. É evidente que isso não pode ser alcançado pacificamente e que o aventureirismo prevalece.

Nós, revolucionários, nos apoiamos nas ferramentas teóricas e políticas herdadas do marxismo para propor uma saída para a crise que a humanidade enfrenta. A teoria de Marx e Engels, a teoria da revolução permanente, a teoria do imperialismo, a teoria do partido revolucionário, o programa das Internacionais em sua fase revolucionária, o programa de transição e tantas lições programáticas extraídas de processos vivos da luta de classes.

Aos oitenta e sete anos de sua formação, as tarefas históricas propostas pela Quarta Internacional permanecem intactas, mas a crise de direção revolucionária persiste, atrasando a revolução mundial e permitindo uma sobrevida ao sistema capitalista apodrecido. Devemos recuperar o programa de transição como guia de ação no contexto revolucionário, combatendo as visões centristas que, sob a influência de tendências estatistas, sindicalistas e reformistas, se adaptaram ao sistema capitalista e se degeneraram.

Reconstruir a Quarta Internacional significa buscar resolver a crise de direção revolucionária e preparar-se para a luta pelo poder, implementando a ação revolucionária diante de uma crise mundial que segue em curso. Como TRQI, continuamos a defender a necessidade de uma Conferência Internacional com as correntes que ainda defendem a ditadura do proletariado para avançar na tarefa de oferecer uma direção revolucionária aos processos de luta de classes em curso.

Aos oitenta e sete anos da fundação da Quarta Internacional, reivindicamos sua definição programática feita por Trotsky. A Quarta Internacional pode ser definida em três palavras: Pela ditadura do proletariado!

 

Segunda, 01 Setembro 2025 20:09

Venezuela. Trump sonda seu “quintal”

O governo dos EUA enviou pelo menos cinco navios militares, um submarino nuclear e um bombardeiro, juntamente com aproximadamente 4.000 fuzileiros navais, para águas caribenhas perto da costa venezuelana. Apesar do tráfico de drogas estar concentrado no Pacífico, o governo Trump, por meio do Secretário de Estado Marco Rubio, acusou Maduro de ser o chefe do chamado "Cartel dos Sóis", justificando esse envio militar.

A oposição pró-imperialista venezuelana, liderada por María Corina Machado, faz lobby junto ao governo Trump para que ele promova a queda do regime e inicie uma "transição" que os colocaria à frente do no Palácio de Miraflores. Diante dessa demonstração militarista, lançaram campanhas internacionais de apoio à ação militar, conquistando o apoio de governos como Argentina e Equador, enquanto os governos do México e da Colômbia criticaram a ameaça de guerra.

O governo Maduro cerrou fileiras, entrincheirando suas tropas militares e convocando o alistamento de 4,5 milhões de milicianos para enfrentar uma possível invasão.

Este desdobramento militar dos EUA é uma continuação da política de imposição de tarifas com a qual busca resolver a crise de hegemonia ianque, como continuidade dos questionamentos sobre a ausência de disciplinamento em seu "quintal", aumentando a pressão sobre os diversos governos bonapartistas sui generis, estreitando as margens de negociação das sub-burguesias latino-americanas, ao mesmo tempo em que busca reduzir a influência comercial, especialmente a da China, e o controle dos recursos tanto da China quanto do imperialismo europeu.

A mobilização desse número de fuzileiros navais não seria suficiente para empreender uma invasão terrestre, que seria a primeira na América do Sul, com dificuldades muito maiores do que as vivenciadas no passado em diferentes contextos históricos na América Central (Panamá 1989, Guatemala 1954, Nicarágua 1912, etc.).

As intervenções militares ianques na América do Sul foram realizadas pelas próprias Forças Armadas ou por frações da oficialidade local, com as quais planejavam golpes ou processos contrarrevolucionários como o Plano Condor no Cone Sul, na década de 1970.

O objetivo imediato, tanto da oposição quanto do governo Trump, é subjugar as Forças Armadas venezuelanas, enfraquecer qualquer apoio regional e acelerar a ruptura de parte dele, conseguindo uma mudança de regime pela força. Há também rumores de que setores dentro do Pentágono poderiam estar planejando um atentado a bomba ou assassinato (com ou sem intervenção militar limitada) contra a liderança chavista, semelhante aos recentemente perpetrados por Israel contra líderes militares, políticos e científicos iranianos. Este último cenário é duvidoso — e de desfecho incerto — e poderia acelerar as crises dos semi-Estados na região, que são em parte sustentadas pela fachada de democracias burguesas decadentes.

Ao mesmo tempo, Trump, posando como um negociador sob pressão,  acordoucom o regime de Maduro há pouco mais de um mês em libertar venezuelanos deportados sem acusação ou julgamento das prisões de El Salvador e em reativar as licenças de produção da Chevron. Este é um objetivo fundamental do imperialismo americano e seus planos para manter a inflação sob controle, o que suas próprias políticas poderiam provocar, com abundantes suprimentos de petróleo e controle de rotas comerciais como o Canal do Panamá.

Embora a participação no alistamento da milícia venezuelana tenha sido massiva, está longe do apoio popular que Chávez obteve em 2002, que frustrou a tentativa de golpe de uma facção militar. A mesma decadência deste governo bonapartista, que buscou recorrer às massas para barganhar com o imperialismo, devido às ações corruptas do aparato burocrático militar, está severamente pressionada. Por outro lado, uma invasão terrestre estaria longe do tipo de louvor popular com bandeirinhas norte-americanas que um segmento significativo dos líderes da diáspora venezuelana almeja.

Embora a economia venezuelana tenha tido uma recuperação econômica modesta (em comparação com a crise de 2018-19), ela se baseou principalmente na entrada de dólares do mercado negro e na reativação da atividade petrolífera, sempre vinculada aos ditames da economia ianque, apesar do crescimento dos interesses e negócios com as protoburguesias russa e chinesa. Os níveis de pobreza, a queda dos salários, o aumento da inflação e o alto custo de vida e a recuperação de alguns setores, ainda que com salários pífios, apontam para a continuação da crise que a população atravessa.

Diante da agressão e ofensiva imperialista ianque, nós, revolucionários, devemos nos opor fervorosamente com a força de nossa classe, sem que isso signifique qualquer disciplina ao chavismo e à fração burguesa que ele representa. Devemos preparar a classe trabalhadora da região para resistir e derrotar qualquer tentativa ofensiva ou militar, bem como lutar pela expulsão do imperialismo, confrontando os governos da região que garantem seu domínio. Diante de uma tentativa militar, devemos recorrer à resistência armada, à formação de milícias operárias e à ocupação de todas as fábricas e centros de produção, impondo o controle operário sobre o petróleo e outros recursos.

A unidade da classe trabalhadora latino-americana será fundamental, assim como a ligação com a classe trabalhadora norte-americana que enfrenta as políticas de Trump, para boicotar a máquina de guerra e desafiar a burguesia pelo poder, no caminho para estabelecer governos operários e impor o poder dos trabalhadores por meio de uma federação de repúblicas socialistas nas Américas.

 

Em seus últimos anos, o grande revolucionário Leon Trotsky trabalhou para lançar as bases de uma nova Internacional para a revolução socialista mundial, a IV Internacional, em seu enfrentamento à contrarrevolução de Stalin e a decadência da III Internacional. Ocupado nessa tarefa, foi encontrado, em 20 de agosto de 1940, pelo agente do stalinismo que lhe desferiu o golpe fatal. No entanto, a história não é obra de indivíduos isolados, sejam heróis ou vilões, e por isso a luta de classes —  ou seja, a luta pela revolução socialista mundial — não foi detida, e a tarefa que ele deixou inacabada permaneceu como ponto de partida para as gerações subsequentes de revolucionários.

Desde então, a incipiente IV Internacional teve que enfrentar enormes dificuldades, submetida às enormes pressões de uma situação mundial pós-guerra altamente inédita e contraditória, após a eclosão da Revolução Russa e do Estado Operário; eventos que mudaram o curso da história para sempre. O processo de adaptação às instituições da democracia burguesa e às concepções oportunistas de muitas correntes que se reivindicam trotskistas internacionalmente tornou-se um obstáculo à perspectiva revolucionária.

Há 85 anos do desaparecimento físico de nosso principal dirigente, a crise do sistema capitalista se aprofunda cada vez mais. É tarefa dos revolucionários do século XXI recuperar o método que Trotsky nos legou e, a partir da sistematização de sua experiência revolucionária, continuar a luta pelo comunismo, combatendo nossos inimigos de classe. Nosso desafio hoje se apresenta com enorme clareza: resolver a crise histórica da humanidade, que é a crise da direção revolucionária do proletariado.

Pela refundação da IV Internacional

Em nosso recente Congresso, a TRQI discutiu a necessidade de dar passos concretos nessa direção e buscou aportar a partir da compreensão desta complexa situação de decadência imperialista, marcada por um processo de recessão da economia mundial; a guerra entre Rússia e Ucrânia, dois ex-Estados Operários; o avanço da China na economia mundial, outro ex-Estado Operário, e o desenvolvimento de um genocídio na Palestina. As tendências para uma guerra generalizada tornam-se mais agudas, porém esta guerra não possuirá as características das duas guerras mundiais anteriores. Neste caso, seria uma guerra mundial em uma fase de decomposição imperialista e de pilhagem para definir como se integram os ex-Estados Operários em processo de assimilação. A situação está marcada por uma ruptura do equilíbrio instável, na qual processos de luta de classes mais acirrados certamente se abrirão. Devemos intervir nas fileiras do proletariado com um programa transicional que apresente uma saída revolucionária ao massacre ao qual pretendem nos arrastar o imperialismo e seus aliados.

É fundamental discutir de frente com as tendências que reivindicam a ditadura do proletariado para avançar na reconstrução da IV Internacional. É necessário desenvolver uma minoria revolucionária organizada dentro do movimento operário para levar adiante a tarefa da luta programática pela revolução socialista. Da TRQI, reivindicamos que é a partir do programa da IV Internacional, da sistematização e generalização da experiência da Revolução Russa que Trotsky nos deixou, para seguir desenvolvendo a luta pela revolução mundial na época imperialista.

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