
TRCI-web
Sra. Cobranza
El escándalo de corrupción por las coimas de Karina Milei y sus aliados Menem, sumado al descalabro económico de CosiToto, ha colocado al gobierno al borde del helicóptero. Esto ha mostrado la podredumbre de un régimen político, con carpetazos de la SIDE y acusaciones de conspiraciones de rusos, venezolanos y vaya a saber quién más. Expresa la derrota de una burguesía lumpen aliada al imperialismo que no logra estabilizar al semi Estado con un elenco dirigente que le garantice sus negocios. La burguesía parásita y sus aliados pequeñoburgueses en el gobierno son conscientes de que se están hundiendo, pero en el camino le dicen a los trabajadores y el pueblo: “soy consciente de mi debilidad, pero si yo me hundo me los llevo puesto también a ustedes”. Ese es el discurso desesperado de una clase en peligro, que está dispuesta a todo.
En este marco se inscriben las elecciones de medio término, que no pueden solucionar nada ante el nivel de crisis, pero intentarán configurar nuevas coaliciones políticas, vía la “liga de gobernadores” para darle alguna sustentabilidad para que el gobierno llegue al 2027. Un sector del arco político seguirá apostando a contener vía el parlamento las reivindicaciones inmediatas de las masas, por ejemplo, con las leyes para los discapacitados, las jubilaciones, la salud y las universidades, intentado legalizar el descontento para que no se salga de los marcos del régimen. Ese es el plan de los que van a defender al Estado y sus instituciones y van a intentar que esta crisis política, económica y social tenga una salida reaccionaria y no revolucionaria. Los que estuvimos desde el primer día en la calle contra Milei fuimos nosotros, no los K ni los Kicillof ni menos la burocracia sindical pero ahora ellos quieren volver como los salvadores, cuando fueron los cómplices.
Es tarea de los revolucionarios intervenir en este escenario, postulándonos como dirección revolucionaria con un programa transicional de salida a la crisis. Tenemos que impulsar asambleas en los lugares de trabajo con la moción de imponer un paro general activo en el camino a una huelga general que prepare las condiciones para echar a Milei y por un gobierno obrero. Tenemos que romper la envoltura democrática que nos impone el capitalismo y sus instituciones, ya que detrás de esa envoltura se esconden la dictadura del capital y sus leyes. Sólo debemos confiar en nuestras propias fuerzas y en nuestros métodos de lucha y de esa manera nos vamos a ganar a la mayoría de la población en la necesidad de la conquista del poder. Abramos este debate en la necesidad de construir un partido revolucionario y la reconstrucción de la IV internacional.
Por el desprocesamiento de Vanina Biasi
Desde la COR nos solidarizamos con la dirigente del Partido Obrero, Vanina Biasi, procesada por denunciar en redes sociales el genocidio contra el pueblo palestino. La causa fue iniciada por el fiscal Stonelli junto a la DAIA y la periodista Romina Mangel en 2023, el proceso confirmado por el juez Rafecas y recientemente se confirmó el procesamiento en la sala 1 de la Cámara Criminal y Correccional Federal. El pretexto con el cual se persigue a Biasi es “violar la ley antidiscriminatoria 23.592” que persigue a quienes aliente “persecución u odio contra una persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas”. Increíble contrasentido al que llegan los mecanismos de represión del Estado para defender un genocidio basado en los intereses del imperialismo yanki y sus aliados sionistas en Medio Oriente. Una vez más, la burguesía empuña a las instituciones que supuestamente igualan a todos ante la ley para perseguir a luchadores, demostrando que la justicia abstracta que pregonan es la injusticia del orden social de la clase dominante.
Además, resulta de gran importancia para el imperialismo y el sionismo reprimir toda expresión de solidaridad con el pueblo Palestino ya que está atravesando un momento de enorme debilidad y el cuestionamiento a su política se extiende a todo el mundo, con importantes expresiones de solidaridad obrera mediante bloqueos de buques enviados al enclave.
A pesar de la represión, en Argentina, en conjunto con el proletariado mundial, hemos tomado la causa palestina como una instancia de lucha contra el imperialismo en todo el mundo. El proletariado de Medio Oriente y del Magreb debe enfrentar a sus gobiernos y expulsar al imperialismo de la región y destruir el enclave de Israel y así frenar el genocidio en Gaza, formando una Federación de Repúblicas Socialistas de Medio Oriente y el Magreb como forma estatal de la dictadura del proletariado internacional. El proletariado de los países imperialistas debe derrotar a sus gobiernos y frenar la guerra. El proletariado ruso y ucraniano debe luchar en conjunto para derrotar el proceso de asimilación de los ex Estados obreros y transformar esa guerra en una guerra de autodefensa revolucionaria. El proletariado chino debe entrar en escena contra el proceso de asimilación y unirse a las luchas obreras de todo el mundo. En definitiva, debemos buscar la intervención de los batallones obreros en todos los países, de forma independiente, para que, con los métodos y la organización de la clase, logremos parar la masacre de una nueva guerra mundial, a la que nos quieren llevar.
Periódico El Nuevo Curso #40
FRENTE AO TARIFAÇO, BRASIL SEGUE COMO TESTA DE FERRO DO IMPERIALISMO
A relação econômica e política entre os Estados Unidos e o Brasil entrou, em 2025, em uma fase de turbulência sem precedentes, marcada por uma agressiva imposição de tarifas americanas sobre produtos brasileiros. Em 9 de julho de 2025, Donald Trump anunciou a intenção de aplicar tarifas abrangentes de 50% sobre "todos e quaisquer produtos brasileiros" importados para os EUA, com entrada em vigor em 6 de agosto.
Esta medida representa não apenas é uma escalada drástica em relação a tarifas anteriores, mas, um passo concreto no avanço da política econômica dos EUA baseada em um forte protecionismo, para uma recuperação da sua hegemonia na América Latina, sob o argumento de conter toda escalada do discurso da desdolarização das transações comerciais, sobretudo entre os países que integram os BRICS e num momento de ampliação da presença chinesa na região.
A ascensão do bloco BRICS (Brasil, Rússia, Índia, China, África do Sul) é percebida como um problema à hegemonia imperialista liderada pelos EUA. Os BRICs buscam, ao menos em discursos, reformar as instituições financeiras internacionais e construir novas alianças para um “mundo multipolar”. Uma das suas iniciativas centrais é a redução da dependência do dólar e a criação de mecanismos de comércio e crédito em moedas locais, uma “ameaça direta” ao poder do capital dos EUA. A 17ª Cúpula do BRICS (Rio de Janeiro, julho de 2025) reafirmou o compromisso com o multilateralismo e a soberania digital, defendendo uma governança da IA centrada na ONU, com participação do Sul Global. As tarifas dos EUA contra o Brasil podem ser interpretadas, dessa forma, como uma resposta punitiva à tentativa de protagonismo do Brasil nessa agenda dos BRICS.
Contudo, para se compreender os desdobramentos das sobretaxas dos EUA, é fundamental recorrer à Trotsky e a sua análise acerca da forma de dominação que caracteriza as semicolônias Latino-americanas, ou seja, não há como avançar na análise do tarifaço contra o Brasil sem levar em consideração o que Trotsky denominou de Bonapartismo suigeneris, isto é, uma forma especial de poder estatal, ou seja, uma forma particular de dominação dentro das relações interestatais, marcando, na fase imperialista do sistema capitalista, a preponderância do capital estrangeiro nas semicolônias.
O bonapartismo sui generis na América Latina, portanto, expressa uma relação específica entre o imperialismo norte-americano e sua política concreta na região, a relativamente débil burguesia nativa e o relativamente poderoso proletariado e suas organizações. Este método permite compreender desde o começo as particularidades de cada processo e é dessa forma que se delineia o caráter de testa de ferro do imperialismo dos governos no Brasil e a Frente Ampla burguesa não escapa à norma. Justamente por esse caráter, que torna possível ao imperialismo impor as maiores taxas até o presente momento, em relação a qualquer outro país, e avançar no seu disciplinamento na região, inclusive dando a elas um propósito político ao defender Bolsonaro, interferindo diretamente no processo judicial e no debate das próximas eleições. Todavia, numa perspectiva mais ampla a guerra tarifária de Trump expressa-se também como a mola propulsora da aceleração da decomposição imperialista, somando-se às tendências bélicas em curso. Se não se considera esses elementos, envereda-se por perigoso atalho, isto é, localizarmos o debate no campo da uma crise da soberania, logo de uma luta anti-imperialista em defesa do Estado burguês, sem o corte de classe e um programa de defesa dos trabalhadores e é exatamente isso que fazem as correntes reformista e centrista de plantão.
Para justificar o avanço dessa política, Trump reforça o uso de retórica em defesa da “liberdade de expressão” para proteger suas Bigtechs. Os EUA tentam impedir que o Brasil estabeleça marcos regulatórios que seriam uma cunha no poder de controle e de acumulação das gigantes do setor. A administração dos EUA acusa "ataques do Brasil às empresas americanas de mídia social" e decisões do Supremo Tribunal Federal brasileiro que desfavorecem as plataformas norte-americanas, enquadrando-as como minando os "direitos fundamentais de liberdade de expressão". Isso se alinha com uma política mais ampla dos EUA de resistir e proteger os interesses de acumulação de capital no domínio digital. Cabe não esquecer que o próprio Trump é dono de uma dessas empresas, a Truth social. A investigação da Seção 301 do USTR (Escritório do Representante Comercial dos Estados Unidos) contra o Brasil abrange desde tarifas preferenciais injustas e aplicação anticorrupção até a proteção da propriedade intelectual, acesso ao mercado de etanol e desmatamento ilegal, revelando uma profunda politização da política comercial dos EUA, que transcende as preocupações meramente comerciais.
Com a tática da guerra comercial, o governo de Trump, busca reafirmar, portanto, o controle dos EUA sobre sua histórica zona de influência, a América Latina, e pôr um freio nos arroubos da política externa de Lula, para que assim não se desgarre de sua subserviência histórica e caia no colo de Xi Jinping. Isso somado às sanções Magnitsky ao Judiciário brasileiro, centradas na figura do ministro do supremo Alexandre de Moraes, aponta para além da tentativa de proteger os interesses das Bigtechs, erguer as garras sobre outros focos de negociação, ou seja, o forte interesse do imperialismo na segunda maior reserva global de terra raras, e no potencial hídrico e energético para a instalação de mega processadores para o funcionamento e expansão das IAs, elementos centrais na disputa com Pequim.
A política comercial do "American First" de Trump condensa um desvio acentuado de décadas de liberalização do comércio global e acordos multilaterais. O plano arriscado de Trump tenta de forma escancarada enfrentar as crises do equilíbrio instável do capitalismo do pós-guerra, "organizando" essa destruição a partir do peso, econômico e político-militar, do imperialismo norte-americano, todavia em sua fase decadente. Busca reconfigurar os monopólios para seus objetivos imperialistas, uma questão que é complicada pela transnacionalização do capital. Como afirmado por Clausewitz, a guerra é a política por outros meios, e, embora não seja ainda um conflito militar deflagrado, esta "guerra tarifária" indica consequências devastadoras para a classe trabalhadora. A elevação das tarifas em níveis não vistos desde a década de 1930 não é um evento isolado, mas um sintoma do aprofundamento de tendências abertas desde a crise econômica a partir de 2008.
Caracterizada; por uma abordagem protecionista agressiva e unilateral, com a taxa média de tarifas efetivas nos EUA atingindo 18,2%, o nível mais alto em quase um século; a retórica do MAGA prometia uma "pequena perturbação" centrada na recuperação da indústria norte-americana, mas a realidade se mostrou muito mais complexa e disruptiva. Os EUA expressam visivelmente a decomposição mais geral do sistema capitalista e suas formas de dominação, que entraram em crise em 2008 e foram exacerbadas pela pandemia. O imperialismo ianque não pode resolver o declínio hegemônico mundial com seu belicismo e agora política comercial. Os analistas burgueses estão começando a se perguntar com mais insistência se os EUA estão enfrentando as medidas do governo Trump diante de um avanço ou de um retrocesso extraordinário.
A economia dos EUA demonstra sinais claros de desaceleração, com lucros de diversos setores em declínio e o mercado de trabalho deteriorado, com ampla precarização e salários estagnados. O crescimento do PIB real de 3,0% no segundo trimestre de 2025 é considerado enganoso, atribuído principalmente a uma forte queda de 30% nas importações (um artefato estatístico), e não a uma força econômica genuína. Dados mostram uma desaceleração significativa no consumo e um acentuado declínio no investimento no setor privado.
Além disso, o mercado de trabalho dos EUA apresenta atualmente o pior cenário desde a crise pandêmica, com o crescimento de empregos caindo para 73.000 em julho e demissões em alta. O setor produtivo, em particular, perdeu 116.000 empregos no último ano. A inflação permanece persistentemente próxima de 3%, acima da meta do Federal Reserve, e os salários reais estão estagnados, corroendo a condição objetiva de vida dos trabalhadores. Essa combinação de crescimento lento, inflação persistente e um mercado de trabalho enfraquecido aponta para a estagflação. O boom do mercado impulsionado pela IA é visto como insustentável e financiado por empréstimos não regulamentados, adicionando uma camada de risco sistêmico à economia. As tarifas, portanto, são uma política para exportar as contradições internas do capital nos EUA. Esta conjuntura intensifica a luta de classes e as tendências de agudização das disputas interburguesas e das tensões no imperialismo e as semicolônias.
As tarifas sobre as exportações brasileiras entrelaçam, portanto, as contradições internas da dinâmica da economia estadunidense e com a crise política interna no Brasil, especialmente os desdobramentos políticos relativos à tentativa de golpe, uma ação reacionária da pequena burguesia, envolvendo Jair Bolsonaro. As justificativas oficiais para essa ofensiva são variadas, como já dito, mesclando preocupações comerciais com motivações políticas explícitas. O governo ianque alegou uma "relação comercial muito injusta" com o Brasil e a necessidade de "tratamento recíproco". No entanto, essa premissa econômica é diretamente contraditada por dados oficiais e pelo governo Lula: os Estados Unidos têm historicamente e consistentemente mantido um superávit comercial significativo com o Brasil, totalizando cerca de US$ 410 bilhões nos últimos 15 anos em bens e serviços, e US$ 7,4 bilhões apenas em 2024. Essa contradição fundamental sugere que a justificativa econômica é um pretexto mal disfarçado para motivos políticos mais profundos.
Trump vinculou explicitamente a imposição da tarifa ao processo judicial contra seu aliado, o ex-Presidente Jair Bolsonaro; motivado pela atuação direta e em loco de Eduardo Bolsonaro, com trânsito livre entre os setores Trumpistas e o MAGA de Steve Bannon; descrevendo-o como uma "caça às bruxas" e exigindo seu fim imediato. Bannon, ao se reaproximar de Trump, declarou abertamente a condição: "Se você encerrar o processo e retirar as acusações, as tarifas desaparecem". Isso representa um uso exclusivo na dinâmica da Guerra comercial e de sanções comerciais como ferramenta de coerção política direta, sob o pretexto de defender um aliado no exterior.
As projeções econômicas para o Brasil podem ser severas. Economistas estimam que as tarifas de 50% poderiam reduzir o Produto Interno Bruto (PIB) do Brasil entre 0,3% e 0,8% em 2025, com perdas anuais de exportação variando de US$12 bilhões a US$17 bilhões. A Confederação Nacional da Indústria (CNI) estimou uma queda de R$ 52 bilhões nas exportações e a perda de 110.000 empregos no curto prazo, enquanto a Fiemg projeta uma perda de R$ 175 bilhões e a perda de 1,3 milhão de empregos no longo prazo, que pode chegar a quase 2 milhões de vagas, caso o Brasil retalie. Setores estratégicos como aço e alumínio, café e carne bovina (com taxas de 50% confirmadas) serão duramente atingidos. O setor de calçados pode perder 8 mil empregos diretos, e o de pescados enfrenta uma "onda de falências". O setor aeroespacial, com a Embraer, também é altamente vulnerável, com 45% a 70% de suas exportações para os EUA.
A "inviabilidade" de vender para os EUA forçará indústrias dependentes de mão de obra barata ao colapso, intensificando a superexploração do trabalho e empurrando mais trabalhadores para a informalidade e a precarização, resultando em queda dos salários, endividamento e um aumento da pobreza e insegurança alimentar, em meio ao alarido pela retirada do Brasil do mapa da fome. As tarifas, portanto, não são apenas um choque externo, mas um ato deliberado que será utilizado pela burguesia nacional e pelo governo para desmantelar ainda mais direitos e condições objetivas de vida dos trabalhadores.
As tarifas, no entanto, são uma "faca de dois gumes" e nos EUA, os trabalhadores podem esperar custos aumentados para produtos básicos como café, suco de laranja e carne bovina, com aumentos potenciais de 20-30%. Indústrias americanas que dependem de celulose, ferro-gusa e outros insumos brasileiros também enfrentarão escassez e custos mais altos. O Yale Budget Lab (Laboratório de orçamento de Yale) estimou um aumento de 2,1% nos preços ao consumidor no curto prazo, resultando em uma perda média de renda familiar de US$2.800 em 2025. As famílias de baixa renda seriam desproporcionalmente afetadas. Analistas confirmam que são "as empresas e consumidores dos EUA que estão financiando essa fonte de receita" das tarifas, refutando diretamente a afirmação de Trump de que países estrangeiros as pagam.
A resposta do Brasil tem sido uma busca de abertura de diálogo capitaneado por Geraldo Alckmin, que internamente abre conversa com os mais variados setores da burguesia nacional. O governo avança com a preparação para contramedidas, inclusive de socorro, pela manutenção dos lucros, para os setores burgueses afetados. O governo Lula classificou as medidas como "chantagem inaceitável" e "grave ataque à soberania brasileira". O país promulgou e regulamentou a Lei de Reciprocidade Econômica, que permite a suspensão de concessões comerciais, investimentos e obrigações de propriedade intelectual em resposta a medidas unilaterais, o que ainda não se efetivou. Fato é que as negociações seguem estagnadas, mas enquanto a subida de tom se escala em ambos os lados, Trump enuncia um recuo, voltando atrás e zerando as taxas de mais de 700 produtos, aos quais dependem quase que exclusivamente do fornecimento brasileiro, muito em função da pressão de setores da burguesia norte-americana atingidos. O que revela o centro político do tarifaço em relação à economia.
Além disso, o Brasil também recorre à Organização Mundial do Comércio (OMC), argumentando que tarifas arbitrárias violam os princípios centrais da organização e constituem uma "mudança extremamente perigosa para o uso de tarifas como ferramenta para interferir nos assuntos internos de terceiros países". No entanto, o mecanismo de solução de controvérsias da OMC está ineficaz desde 2017 devido ao veto dos EUA à nomeação de juízes para o Órgão de Apelação, essencialmente "blindando os EUA da responsabilização internacional". Esta paralisia não é acidental, mas uma escolha deliberada dos EUA que mina a ordem baseada em regras multilaterais, quando ela não serve aos seus interesses. Evidencia a falência dos órgãos e organismos internacionais da burguesia que sustentaram a ordem econômica edificada pelo próprio imperialismo no pós-guerra.
Esse cenário amplifica a crise política da Frente Ampla burguesa Lula/Alckmin. Efetivamente, são os EUA disciplinando uma semicolônia em seu pátio traseiro, reafirmando a velha doutrina Monroe, sentenciada como extinta por John Kerry, em 2013, quando secretário de estado do governo de Obama. Esse conflito condensa-se com o teatro das eleições, em que o governo brasileiro busca consolidar sua imagem de defensor da soberania nacional, um discurso historicamente caro à esquerda e à sua base eleitoral. Tal situação serviu para politicamente tirar Lula das cordas, desde o início do ano, nos embates com o centrão acumulou derrotas e reveses caros à sua estratégia para um quarto mandato.
Ao classificar a ação como uma "agressão" à soberania e uma "ingerência" sobre os poderes brasileiros, especialmente após a suspensão de vistos de ministros do STF, o governo reforça uma retórica nacionalista. Lula, em pronunciamentos públicos, têm reforçado que "o Brasil tem um único dono: o povo brasileiro", contrastando com o bolsonarismo, que tem atuado em território americano, a favor dos interesses americanos. Essa narrativa agudiza a polarização entre o governo e a oposição, especialmente as alas bolsonaristas, que são vistas como alinhadas a Trump e, portanto, como "traidores da pátria".
Para Lula e o PT, essa crise é uma oportunidade única para reverter a tendência de baixa popularidade. Um embate com uma figura como Trump permite que o governo se posicione como protetor dos empregos e da economia nacional, que objetivamente significa defender setores do agro e indústrias impactadas. Paralelamente, o discurso de soberania é habilmente conectado à proteção de elementos estratégicos como o PIX e às reservas de terras raras, reforçando a ideia de que o Brasil precisa de autonomia tecnológica e econômica. O que cai por terra, pois frente a pressão das várias frações burguesas por negociação, já se considera renunciar aos minerais críticos.
Essa estratégia tem funcionado, com pesquisas indicando uma recuperação na popularidade de Lula, embora a desaprovação de seu governo ainda seja significativa. O fato é que as eleições de 2026 já estão postas e a aposta do Planalto é que a crise se arraste, mantendo o tema de soberania em pauta até as eleições de 2026, solidificando a imagem de Lula como um líder capaz de defender o país de ameaças externas.
Frente a esse momento, mais uma vez as direções políticas e sindicais dos trabalhadores, cumprem o papel de blindagem e da política do governo, adotando o discurso de Lula em nome da “defesa da soberania”. Está mais do que claro que todo movimento é orquestrado visando a disputa eleitoral do ano que vem. Fato é que a Frente Ampla governa para a burguesia e defende seus interesses e não é de agora que o Brasil reza a cartilha do imperialismo. Em última instância, o centro da análise se impõe, e não há como avançar sem corte de classe. Apesar de se apresentar como guardião dos interesses nacionais, o governo trabalha única e exclusivamente para construir saídas às empresas, em sua maioria dirigidas pelo capital de multinacionais, o que concretamente revela o grande teatro que se levanta junto ao tarifaço.
Portanto, ante o cenário recessivo, inflacionário e de aprofundamento das crises decorrente dessa conjuntura, os limites das lutas dos trabalhadores esbarram na crise de direção revolucionária que se acentua na condução das direções reformistas e burocráticas agindo como muro de contenção das lutas políticas contra o capital e seus agentes. A tarefa que apresentam ao conjunto da classe, mais uma vez, é derrotar o bolsonarismo e obviamente nas urnas. Novamente, a realidade expõe o limite da Frente Ampla burguesa Lula/Alckmin, ao pactuar com o agronegócio, com as Federações industriais (Fiesp, Firjan e Fiemg) e o capital financeiro. Na sua relação com o imperialismo, o Brasil seguirá refém de uma ordem global que avança nas tendências bélicas. A pergunta que permanece é até quando o movimento de massa seguirá sem enfrentar essa Frente Ampla.
Diante da política imperialista do tarifaço sobre os bonapartismos sui generis, defender a soberania nacional nos marcos do capitalismo, é defender o Estado burguês e suas formas de dominação. Para além da luta anti-imperialista como retórica centrista vinculada às exigências ao Estado Burguês, é fundamental encampar uma batalha em cada organização de classe com base nas premissas do Internacionalismo. Os trabalhadores norte-americanos devem erguer o enfrentamento ao governo Trump e à sua reação imperialista e sua guerra tarifária, porque isso significará um redesenho da relação capital-trabalho, traduzindo-se em uma maior exploração da força de trabalho.
Em unidade ao proletariado dos EUA, se faz primordial a batalha nos sindicatos por um programa operário, com a realização de assembleias que exijam das centrais sindicais a realização de um congresso de delegados eleitos pela base para a construção de um plano de lutas dos trabalhadores para a construção da Greve Geral, como combater e enfrentar para a crise econômica e contra as políticas de turno sejam imperialistas e nos bonapartismos sui generis. Avançando com independência de classe e com os métodos historicamente experimentados.
Para pôr em ação essa tarefa, é primordial forjarmos uma liderança revolucionária, uma vanguarda da classe trabalhadora. Para tanto, se faz necessário convocarmos uma conferência internacional das correntes trotskistas que ainda defendem a ditadura do proletariado para avançar com as tarefas diante da situação mundial.
Libertad a los Presos por Luchar
Prisión Política en Chile.
Por Carlos Reyes
Desde la existencia de la sociedad de clases, los sectores dominantes han utilizado la prisión como instrumento de escarmiento para quienes transgreden las normas de su ordenamiento legal, el que siempre se ha impuesto a punta de sangre y fuego.
Pero sin duda los opresores se han esforzado mucho más en la coerción cuando la alteración de su orden viene desde los oprimidos y con un contenido político en su contra.
Así ha sido desde la antigüedad, y en la actualidad, en que corren tiempos de descomposición avanzada del imperialismo, es evidentemente mayor.
De esta realidad no escapa nadie quien esté bajo un régimen burgués, que es el que rige o condiciona en todas las naciones del mundo. Sin excepción, aunque sus gobiernos se muestren con ropajes de “izquierda” o que por cuidar sus privilegios discrepen con las potencias mundiales.
Acá en Chile con el regreso de la democracia burguesa, tras el pacto entre la extinta Concertación (padres políticos de quienes gobiernan hoy) y la dictadura genocida de Pinochet, la situación de la prisión política se ha sostenido con mucha fuerza, por más que desde el Estado y sus aparatos se esmeren en ocultarla y darle un carácter exclusivamente “jurídico” a las sanciones.
Desde los 90’ miles de luchadores sociales, desde conflictos sindicales, movilizaciones estudiantiles, espacios políticos en poblaciones y comunidades Mapuches en resistencia, entre otros, se han visto enfrentadas a la justicia patronal chilena. Hostigamientos cotidianos, allanamientos abusivos, juicios eternos, prisiones preventivas extensas y condenas desproporcionadamente largas son la norma en este régimen.
Boric, al igual como hizo el 15 de noviembre del 19’, se esfuerza con su coalición de gobierno por sostener el régimen tal cual como lo impuso “la transición”, es decir, atado a los designios del imperialismo económico, a la (sub) burguesía nacional y a los contextos parlamentarios. Y en esa línea también mantener y reforzar los aparatos represivos contra quienes luchan por fuera de sus márgenes institucionales.
Dentro de ese panorama nacional, la prisión política es una de las armas más letales del (semi) estado burgués chileno que mantiene este instrumento de represión con similar carácter que el de la dictadura.
Mauricio Norambuena, ex combatiente contra Pinochet y quien además venció la prisión política en su fuga junto a sus compañeros desde la cárcel de alta seguridad el año 95´, está recluido con un estricto y absurdo régimen, a pesar de estar en una grave condición de salud. Héctor Llaitul, constantemente encarcelado por combatir desde las comunidades Mapuche en resistencia a las forestales y gobiernos racistas, ha sufrido irregulares juicios y, por lo mismo, ha sido condenado a más de 20 años, al igual que su hijo Pelentaro, joven luchador que arriesga el resto de su vida en prisión.
Y así son cientos de casos en la actualidad y todos merecen de nuestro respeto y solidaridad activa, aunque provengamos de otros espacios políticos de la izquierda revolucionaria, porque si bien podremos tener alejadas tácticas y estrategias ellos son víctimas de nuestro mismo enemigo, el capital y su estado.
Es necesario visualizar aún más su situación y pensar la perspectiva de organizar una movilización general para luchar por su liberación.
Los sindicatos, centros de estudiantes y todos los espacios de lucha contra el capital deben levantar la demanda de la libertad incondicional de todos los presos políticos porque solamente desde ahí y con independencia de clase podremos arrancar a los compañeros y compañeras de las cárceles.
Desprocesamiento de todos formalizados por luchar.
Libertad inmediata e incondicional de todos los presos políticos.
Por una movilización general desde los sindicatos, centros de estudiantes y organizaciones en lucha para conseguir la libertad de todos los presos políticos.
Muerte, subcontratación y negligencia en Codelco
Ni Un Muerto Más. Impongamos nuestras condiciones de seguridad
Durante la jornada de la tarde del jueves en la mina el Teniente de Codelco, en el sector del “proyecto Andesita”, se produjo un colapso producto de un “sismo” de mediana intensidad dejando un trabajador fallecido, varios heridos y 5 trabajadores desaparecidos, encontrando uno de ellos fallecido hasta el momento.
Todos pertenecientes a empresas subcontratistas. Paulo Marín, el trabajador fallecido, pertenecía a Salfa Constructora y el resto a la empresa Gardilic.
Según lo trascendido el “sismo” sería de origen NO natural, producto de actividades de perforación de la minera.
Lo cierto es que Codelco reunió a su directorio suspendiendo el informe de resultados de la cuprífera, donde iba a exponer los “éxitos” del aumento de un 33% del volumen de producción del Teniente, y tuvo que dedicarse a convocar equipos de rescate.
En la última década el Teniente registra 6 muertes obreras, una de las cuales fue de la misma Salfa. En lo que va del año en la minería se cuentan 11 las muertes obreras en distintas faenas.
El 70% de los trabajadores de Codelco se encuentran en condiciones de subcontratación. Esto significa no solo peores salarios, sino condiciones laborales y en particular de seguridad paupérrimas.
Codelco, por medio de sus ejecutivos impone el standart de explotación de la minería, lo que incluye sus programas de reducción de costos y de expansión en momentos en que se intensifica la pelea por recursos a nivel internacional.
Ese mismo directorio con Máximo Pacheco a la cabeza, que hoy sale a rasgarse las vestiduras de poner todos los recursos a disposición, es el que ha presionado por expandir los proyectos mineros y reducir los costos, a costa de la seguridad y finalmente la vida de los trabajadores.
De la misma forma se persigue y se despide a los trabajadores subcontratados que intentan levantar sindicatos o se los deja en la irrelevancia.
Los trabadores subcontratistas de Codelco supieron dar importantes luchas en décadas recientes por mejores condiciones y por el fin de la subcontratación. El pasado 24 de julio conmemoramos el décimo año del asesinato del trabajador Nelson Quichillao por parte de carabineros contra un piquete de huelga, enviado a reprimir por entonces gobierno de Bachelet, asesinato que sigue en la impunidad.
Ante esta negligencia patronal, es necesario colocar todos los recursos disponibles para el rescate con vida de los mineros desaparecidos. También necesitamos levantar una comisión investigadora independiente de la patronal. NO podemos dejar en manos de fiscales del mismo estado y de los directivos que maquillan constantemente las cifras de accidentabilidad la búsqueda de la verdad de los hechos.
Necesitamos elegir delegados inspectores obreros de seguridad en cada faena y lugar de trabajo. Imponer organizaciones sindicales y poner a la cabeza a trabajadores decididos a poner fin a la subcontratación junto a la imposición de las medidas de seguridad necesaria paralizando todas las faenas, imponiendo el control obrero de toda la producción minera.
Codelco es el responsable, el Estado es el responsable, los directivos son los responsables
III Congress of the TRFI
LOS METODOS DE LUCHA PROLETARIOS SON EL CAMINO PARA TERMINAR CON EL GENOCIDIO Y LA GUERRA
El día sábado 28 de junio se realizaron en Valparaíso una serie de actividades de solidaridad con el pueblo Palestino y contra del genocidio que lleva adelante el enclave israelí.
La convocatoria estuvo a cargo de la coordinadora por Palestina, y comenzó con un mitin en el muelle Prats, donde concurrimos junto a organizaciones que solidarizan con la causa Palestina, organizaciones de izquierda, y trabajadores portuarios, para continuar con una funa a la embarcación de la empresa naviera MSC que traslada contenedores con insumos para la maquinaria de guerra de Israel, posteriormente las actividades concluyeron con un acto político cultural.
Acá como a nivel mundial se han dado manifestaciones de solidaridad con el pueblo palestino y su resistencia contra la agresión genocida de Israel y el imperialismo que busca el exterminio total o la expulsión de los palestinos en Gaza. Las tendencia guerreristas del imperialismo, donde el imperialismo norteamericano pretende fortalecer su debilitada hegemonía mundial, busca disciplinar a las burguesías de los países semicoloniales, así como a la protoburguesía y burocracia de los exestados obreros en proceso de asimilación.
Es importante frenar la maquinaria bélica del enclave y del imperialismo con los métodos de la clase obrera, con la paralización de los puertos, impidiendo la carga y descarga, en definitiva el zarpe los buques con insumos para el enclave israelí. Buenos ejemplos han dado los trabajadores portuarios de Iquique agrupados en Federación de Sindicatos Marítimos Portuarios (Fetrapi) con sus llamados a la solidaridad con métodos obreros, planteando el boicot, bloqueos de puertos y la paralización como lo han hecho los obreros portuarios en distintas partes del mundo como Estados Unidos, Francia, Italia, etc.
Se hace necesario impulsar y redoblar la campaña con acciones más contundentes en contra del genocidio en Palestina mediante métodos de la clase obrera, la única clase que puede darle una salida progresiva para las masas trabajadores del mundo, ante la situación mundial de un capitalismo en descomposición.
Por la solidaridad del proletariado mundial con las masas palestinas y del medio oriente
Viva la resistencia Palestina
Por la destrucción del enclave de Israel
Por una Federación de Repúblicas Socialistas del Medio Oriente y el Magreb
Por la revolución socialista mundial
For the defeat of imperialism and the enclave of Israel
On Saturday, June 21, the US became directly involved in the war that Israel had declared on June 13/6 on Iran by attacking military targets, nuclear and oil transport logistics sites, in addition to the assassination of several military and political leaders. With the so-called “midnight hammer” operation, the US bombed nuclear facilities at Fordow, Natanz and Isfahan. Two days later, at the time this article was going to press, the Trump administration announced an alleged ceasefire, which has not yet been confirmed by either Israel or Iran.
The Iranian parliament recommended closing the Strait of Hormuz, a decision ultimately taken by the regime's supreme leader, Ayatollah Ali Khamenei. Twenty percent of the world's daily oil consumption passes through this strait, a key place for international trade, especially for Europe, the United States and also for China. Therefore, if the conflict extends over time, the economic consequences at world level will be very important, since this tends to produce an increase in the price of oil, which makes freight rates more expensive, leading to an increase in general prices which lead to an increasing inflationary pressure in the midst of a world recession.
Some Iranian regime officials will meet with Putin seeking to strengthen alliances. Iranian missile attacks on Israel continue, which is causing an acceleration of a political crisis within the enclave and doubts about where Netanyahu's policies are leading them.
By intervening, the US is trying to save its partner Israel and reconfigure the Middle East, plunged into a situation of decomposition of US imperialism and the desperation of the imperialist enclave of Israel, which is experimenting the weakening of its power in the region. In this world situation, these military attacks express that imperialism cannot keep up its rule by means of the institutions created in the post-war period and must appeal to military power to achieve tactical triumphs, but which create scenarios of greater world upheaval. Even some of Trump's advisors recommended him not to get involved, since they have a greater threat within their own borders, namely the conflicts triggered by the anti-immigration policy.
We are witnessing a trend towards generalized war, in which American imperialism in decline intends to maintain its world hegemony without having managed to close the development of an open world crisis since 2008. In addition, the processes of assimilation of the former workers' states into the capitalist system, as the situation shows, are becoming more and more catastrophic. The bursting of the unstable equilibrium opens an endless number of political and social processes that imperialism tries to settle with warlike preparations and attacks on the masses and to which we must respond with the preparation of revolutionary processes, to stop the warmongering tendencies and come up with a working class and socialist solution by defeating imperialism and its national agents. We must develop an international struggle to involve a large part of the proletariat in the debate of the international problems and the tasks that arise from them.
We are for the military triumph of Iran against imperialism and the enclave of Israel, but we do not defend the Iranian regime; we appeal to the independent organization of the proletariat, which is the only class interested in defeating its executioners. It is a central task to reclaim the anti-imperialist slogans and confront the sui generis Bonapartist regimes of the Middle East; these puppet bourgeoisies of imperialism are traitors to the Palestinian cause. They are traitors to any idea of national liberation, even of their own countries, leading with their bourgeois nationalist experiments, whether nationalist or Islamic, to the total prostration to imperialism, to the violent repression of the workers and the poor people and to the territorial decomposition of the artificial semi-states created in the post-war period, as we see today in Libya, Syria, Lebanon or Iraq.
The proletariat of the Middle East and the Maghreb must confront their governments and expel imperialism from the region, and destroy the enclave of Israel and thus stop the genocide in Gaza, forming a Federation of Socialist Republics of the Middle East and the Maghreb as a state form of the international dictatorship of the proletariat. The proletariat of the imperialist countries must defeat their governments and stop the war. The Russian and Ukrainian proletariat must fight together to defeat the process of assimilation of the former workers states and transform this war into a war of revolutionary self-defense. The Chinese proletariat must enter the scene against the process of assimilation and join the workers' struggles all over the world. In short, we must seek the intervention of the workers' battalions in all countries, independently, so that, with the methods and organization of the class, we manage to stop the massacre of a new world war, to which they want to lead us.
For an International Conference for the reconstruction of the IV International
Given the magnitude of the crisis, the acceleration of the war preparations and the consequences that this will have for our class, it becomes urgent to call for an International Conference with the currents that still advance the dictatorship of the proletariat. We make this call from the need to make steps forwards in the opening of a debate within the Trotskyist currents; to regroup the vanguard behind a revolutionary program and to be able to intervene in the international situation as a revolutionary leadership that aims to the rise of a new generation that takes up the historic tasks of building the world party of the revolution which in this epoch is the reconstruction of the Fourth International.
COR Chile – LOI Brasil – COR Argentina
A redoblar la solidaridad con el Pueblo Palestino. Por la intervención del proletariado para detener el genocidio
Se mantiene el asedio genocida del enclave de Israel sobre el pueblo Palestino. A dos meses que el enclave sionista rompiera el cese al fuego limitado, retomando sin cesar las masacres, Netanyahu anuncia los planes para invadir y vaciar Gaza de gazatíes con la intención de expulsarlos o aniquilarlos, propagandiza insertar asentamientos de colonos y ejercer el control político y militar directo de la franja de la mano del imperialismo. Enconado en este objetivo, no permite el ingreso de alimentos y medicinas a la franja, lo que ya está provocando la muerte por inanición de niños y cientos de víctimas que no pueden ser asistidas, además de continuar con el ataque a hospitales, e infraestructura, y suma a diario más y más muertes de palestinos.
Esto se da en el marco de una orientación del imperialismo norteamericano de retomar su debilitada hegemonía mundial, buscando pactos regionales con las descompuestas burguesías y lumpenburguesías como la de Arabia Saudita, la de Siria o la del Líbano, etc, quienes intentan restablecer un nuevo equilibrio ya que el que estableció la postguerra mediante el nakba y la misma creación del enclave de ocupación imperialista, se encuentra hecha añicos. Ruptura del equilibrio que fuerza al imperialismo también a buscar imponer condiciones a los ex estados obreros para semicolonizarlos como en Ucrania, o la guerra arancelaria para disputarle el comercio mundial a China.
En el plano interno el gobierno de Trump viene teniendo una línea de persecución y represión ante las manifestaciones en apoyo a Palestina, chocando abiertamente con amplios sectores de la juventud norteamericana e inmigrante, con epicentro en las universidades. Y es que esta crisis de hegemonía del amo yanqui provoca la absorción de las contradicciones mundiales en su seno abriendo procesos de lucha de clases donde la poderosa clase obrera norteamericana puede desempeñar un papel primordial para detener la maquinaria de guerra con los métodos obreros.
También se verifica que las instituciones de posguerra como la ONU se encuentran en la total decadencia al no poder dar una salida reaccionaria como la de dos estados entre Israel y Palestina, mientras caen asesinados decenas de médicos y rescatistas vinculados a organismos internacionales, con el aval silencioso o cínico de los representantes del imperialismo europeo, que aparece como “un actor de reparto” ante la orientación de la administración Trump.
Trump ha llevado una línea agresiva para imponer nuevas condiciones en el reparto mundial, en la búsqueda de asimilar a los ex estados obreros al sistema capitalista, además de una nueva relación capital trabajo.
Las burguesías árabes y del medio oriente han mostrado su rol pérfido en el conflicto, incluidas las direcciones palestinas como las de la ANP, las que buscan poner paños fríos y evitar que escale la solidaridad con el pueblo Palestino.
Además de su propia descomposición interna Israel se enfrenta a la resistencia palestina y de las masas árabes aisladas o contenidas por sus direcciones burguesas. Es el proletariado mundial con sus métodos debe encabezar la solidaridad con la resistencia y el pueblo palestino, en especial en los países imperialistas que deben detener la máquina de guerra.
¡Viva la resistencia palestina!
¡Por la destrucción del estado de Israel!
¡Por una federación de republicas socialistas de medio oriente y el Magreb!