La burguesía aceita su aparato represivo
Se promulgo la ley Nain Retamal, que busca fortalecer el aparato represivo del estado burgués, garantizando mayor impunidad a policías, militares y servicios de inteligencia, con la figura de “legítima defensa privilegiada”. La ley fue rápidamente aprobada por las cámaras del congreso, lo que luego termino en su promulgación por parte del Boric.
Con la muerte del Policía pudimos ver como se montó todo un funeral del estado donde acudieron prácticamente todos los representantes de los “poderes” del estado burgués. Todos los sectores políticos de la burguesía pidiendo más y más represión, y un lavado de imagen de políticos verdugos del pueblo, etc, presentando a los pacos como víctimas, si hasta el criminal Claudio Crespo que cegó a Gustavo Gatica y atacó a tantos otros llegó a hablar en el televisado funeral.
Con la excusa de combatir el narcotráfico, que el mismo imperialismo y que los estados semicoloniales regentean como “parte de su economía no formal”, en connivencia y protección de los descompuestos aparatos represivos, lo que subyace en la discusión del fortalecimiento de la policía y la optimización de la función represiva del estado, es que la burguesía se prepara para tener una máquina más aceitada para cuando se agudice la lucha de clases. Por eso la militarización de la Araucanía y en las fronteras, y es que quieren anticiparse para evitar cualquier cuestionamiento por “violación de derechos humanos”, de eventuales procesamiento a represores, una suerte de amnistía anticipada por parte de ésta “ley del gatillo fácil”.
Debemos tener claro que conscientemente la burguesía sintió la fuerza de la clase obrera durante la semi-insurrección del Octubre del 19, donde acciones de paralización parcial de la producción, y la intervención de amplios sectores de masas que de forma espontánea, con los límites que imponen la falta de conciencia y organización, se enfrentaron a la maquinaria represiva estatal, que no dudó en asesinar, mutilar, encarcelar y torturar a los que luchan, masificó una experiencia de masas y de las nuevas generaciones en el enfrentamiento al aparato de estado.
Ésta experiencia intentó ser truncada por una batería de elecciones y procesos de reforma al descompuesto anadamiaje jurídico del semi-estado, en un desvío que no cuajó. En el mismo proceso, la cooptación de amplios sectores del activismo en lucha y de la pequeñaburguesía, acompañaron la farsa de apoyar a Boric y el fantoche constituyente en una supuesta lucha contra “el fascismo”. El coro histriónico “antifascista” provenía centralmente de las alas izquierdas de la democracia burguesa, como el PC o Convergencia Social, etc. Lo que motiva a éstos militantes “sociales”, además de las prebendas y repartijas de cargos estatales, es su norte por instrumentar, en medio de una acelerada descomposición mundial del capitalismo, la conciliación de clases, entre la burguesía y el proletariado, subsumiendo éste a la ofensiva patronal e imperialista, conciliación base reaccionaria del bonapartismo pequeñoburgués. Hoy de forma disciplinada se alinean tras esta cobertura de impunidad para fortalecer a la policía, a la que se suman leyes como la de “infraestructura crítica” para solicitar la intervención militar en caso de huelgas obreras y con ello aceitar el aparato represivo, haciéndolo más eficiente para la lucha de clases.
El pueblo trabajador debe reivindicar a sus propios y genuinos mártires, y no tener ninguna muestra de conmiseración ante los Pacos y policías en general, lúmpenes que organiza el estado burgués, que desde su génesis la burguesía los organizó como “brazo” de la represión estatal contra la clase trabajadora y el pueblo para defensa de la propiedad privada capitalista.
Las atrocidades cometidas por las policías contra la clase obrera son innumerables, habría que recordar cómo fueron parte de la eliminación de compañeros durante la dictadura militar y las cometidas durante el levantamiento de octubre; como decía León Trotsky, un policía es burgués al servicio del estado capitalista. La clase obrera debe organizarse incluso en el plano militar para enfrentar a la policía que es parte de sus enemigos de clase y de su estado.
Se conmemora un nuevo 29 de marzo del joven combatiente, donde reivindicamos el arrojo de esa juventud que se enfrentó a la represión estatal de Pinochet, debiendo sortear persecuciones, cárcel, tortura, asesinatos, etc. Asimismo reivindicamos a la juventud que ha salido a luchar el 2006 y 2011, así como en el 18O, y la viene protagonizando luchas en Perú contra la represión Boluarte, y la juventud que interviene en las luchas de la clase obrera en Francia.
El gobierno de Boric ha sido continuidad en la represión hacia el pueblo y a la clase obrera, ha salido recientemente a dar un “espaldarazo” a esa institución lumpen como son los Carabineros y la Policía, ha acelerado la agenda de “seguridad” y pretenden desde la UDI al PC darle manga ancha a la policía para reprimir mediante leyes que les aseguren mayor impunidad. Si ya las mutilaciones, asesinatos y atrocidades cometidas por esta institución podrida durante el levantamiento de octubre y posteriormente había quedado casi sin sanción, ahora el margen para dar rienda a la represión será mayor contra la juventud y los trabajadores. Ya lo vemos con la represión constante contra las movilizaciones estudiantiles, la implementación de medidas de expulsión de alumnos, y los ataques a las organizaciones estudiantiles.
Una nueva generación de jóvenes comienza a salir luchar y organizarse, enfrentando las consecuencias de la descomposición capitalista y la ofensiva de la dominación imperialista.
Es necesario que en esta nueva generación se forjen la militancia revolucionaria e internacionalista, que impulsando las luchas de la juventud como fuerza auxiliar de las luchas de la clase obrera, salga a luchar para enfrentar la crisis del capitalismo en descomposición, como lo viene haciendo en Francia, por ejemplo, como ya lo ha hecho en el pasado.
Luchemos por construir la organización de la juventud revolucionaria, levantemos las banderas de la juventud cuarta internacionalista.
¡Abran paso a la juventud!
¡Abran paso a los hijos de la clase obrera!
Publié dans l’édition #84 de El Impreso de la COR
Avec 201 voix pour et 115 contre, le Sénat français a approuvé mercredi 8 la réforme des retraites de Macron, qui propose essentiellement d'augmenter l'âge de la retraite en deux ans - de 62 à 64 ans - et, à partir de 2027, de porter à 43 le nombre d'années de cotisation nécessaires pour obtenir une retraite sans décote. Alors que les jours de grève et de manifestations se multiplient, le gouvernement fait le pari que le parlement approuvera finalement la réforme dans les 20 prochains jours. Dans le cas contraire, il pourrait faire appel à l'article 49.3 de la Constitution, suspendant ainsi le débat parlementaire et exacerbant les contradictions et la crise politique du bonapartisme sénile français.
Le Sénat vote la réforme au lendemain d'une nouvelle journée de lutte. Le 7 mars, les travailleurs ont organisé une nouvelle grève générale et des mobilisations de masse à l'appel des centrales syndicales. Bien qu'il s'agisse de la quatrième mesure appelée par les centrales depuis que Macron a fait passer la loi au Congrès en janvier, la bureaucratie a déjà révélé son rôle ouvertement perfide dans la lutte. Elle tente désespérément d'empêcher le processus d'échapper à tout contrôle, afin de pouvoir, à la première occasion, lui tordre le cou : l'Intersyndicale mise encore et toujours sur le "dialogue " et les réunions avec le gouvernement, à la recherche d'une solution convenue dans le cadre du régime bourgeois.
Face à l'offensive déterminée du gouvernement et à la trahison de la bureaucratie, l'avant-garde discute comment surmonter les limites imposées par les directions des organisations de masse. Les cheminots, les raffineries, le secteur de l'énergie, ainsi que les travailleurs de l'éducation dans leurs villes et régions promeuvent les assemblées et les différentes formes de grèves. À l'heure d’écrire cet article, samedi 11 mars, les mobilisations s'étendent à tout le pays.
Il faut préparer la grève générale
Il est évident que des journées de lutte isolées ne suffisent pas pour gagner. Cependant, bien que les conditions préalables à la grève générale soient établies, sa préparation ne se limite pas à une discussion méthodologique. Il s'agit de programme, d'organisation, d'agitation et de propagande. Il faut mettre en place des comités d'action, liés à l'unité de production, où on élit de nouveaux délégués et où on repousse la bureaucratie syndicale. C'est dans le feu de la lutte qu’il doit se forger une nouvelle direction. En ce sens, la politique des révolutionnaires à l'égard des syndicats doit être claire, car elle détermine la relation entre l'élément conscient et les masses laborieuses. En raison de leurs liens avec l'État, les syndicats et les centrales syndicales ont tendance à se dégrader, et le processus actuel montre une fois de plus que ces institutions continuent à abriter les secteurs les plus concentrés de l'économie, avec la pleine capacité de frapper la bourgeoisie là où elle détient son pouvoir, c'est-à-dire dans la production.
Il est nécessaire de reprendre les syndicats et, en élargissant leurs fonctions, d'en faire des outils révolutionnaires de lutte contre le capital. Il faut un congrès de délégués venus de tout le pays pour préparer la grève générale et voter un programme.
Une lutte internationaliste
L'intervention du prolétariat avec ses méthodes et son programme ne peut se limiter à l'arrêt de la réforme et à l'obtention d'une augmentation des salaires, plus quelques revendications. Une conception qui se trouve derrière du syndicalisme révolutionnaire français, qui incluait dans son programme la dictature du prolétariat, mais niait à tort le rôle irremplaçable du parti révolutionnaire.
Bien que Macron, comme on l'avait souligné dans des notes précédentes, joue avec une idée redistributive, la réforme des retraites fait partie d'un ensemble de réformes capitalistes qui, face à la crise impérialiste et à la décomposition, cherchent à établir un nouveau pacte entre le capital et le travail. Un nouveau rapport de forces entre les classes du monde entier pour produire plus de plus-value.
Face aux attaques successives, à l'inflation croissante et à la perte du pouvoir d'achat, une vague de grèves se propage en Europe : Portugal, Grèce, Italie, Grande-Bretagne, etc.
Les révolutionnaires doivent intervenir avec un programme de transition, en prenant des mesures pour unifier le prolétariat européen avec celui de ses semi-colonies, pour déclarer la guerre à l'offensive de l'OTAN et à l'intervention de Poutine, pour désorganiser la bourgeoisie et pour lutter pour la destruction de l'État bourgeois.
Dans cette perspective, une Conférence internationale avec toutes les organisations qui luttent pour la dictature du prolétariat et pour la reconstruction de la IVe Internationale est nécessaire et urgente.
"Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres" [Rosa Luxemburgo]
El 8 M conmemoramos el día internacional de la mujer trabajadora, fecha instaurada a partir de una gesta obrera de fines del siglo XIX en el corazón de EEUU que puso a las mujer trabajadora en primera fila contra la desigualdad salarial, por la disminución de la jornada de trabajo, el acoso y vejación de patrones y las condiciones laborales paupérrimas. Esa gran lucha fue respondida con el incendio de una fábrica textil donde murieron más de 120 trabajadoras, encerradas con llave por sus patrones para ser consumidas por las llamas, en un acto más de brutalidad de la esclavitud asalariada. Aunque el 8M fue fijado por el inicio de la Revolución Rusa en Febrero (8 de marzo según nuevo calendario) donde el impulso de la conquista del primer Estado Obrero fue dado por las mujeres trabajadoras rusas derrocando al zar.
Cientos de luchas revolucionarias protagonizadas por la clase obrera y el pueblo, teniendo como protagonista decidido y abnegado a la mujer trabajadora, lograron arrancar a la burguesía algunas concesiones mínimas como el derecho al voto, la incorporación al trabajo o los derechos de descanso pre y posnatal entre otros.
Sin embargo, la sociedad capitalista en descomposición torna cualquier reforma en ilusoria volviendo a relegar a la mujer trabajadora a labores domésticas continuamente, siendo parte del ejército de reserva, utilizada su fuerza de trabajo para bajar los salarios y precarizar las condiciones de vida de las familias obreras.
La farsa del feminismo burgués y pequeñoburgués de colocar paridad o cupos de mujeres en cargos políticos, de dirección de empresas o en las instituciones represivas, puede haber aumentado la presencia mujeres en los cargos de administración de los negocios de la burguesía, mientras las condiciones de explotación de nuestra clase y de la mujer trabajadora en particular siguen empeorando. La política de “no discriminación” por género hecha ley, sólo aplica para cargos iguales, no para las concentraciones obreras como la industria alimenticia, supermercado o las empresas de limpieza donde la mayoría son mujeres trabajadoras que apenas ganan un poco más que el salario mínimo. La crisis que acentuó la pandemia aumentó la desocupación de la mujer trabajadora en mayor medida sin considerar el impacto en el sistema de salud, lo que agrava las deplorables condiciones de la salud reproductiva, las labores de cuidados, etc.
El 8 M fue puesto en el centro por las mujeres socialistas a principios del siglo XX. Ellas se delimitaban claramente del feminismo “las feministas burguesas aspiran a conseguir las reformas en favor del sexo femenino en el marco de la sociedad burguesa, a través de una lucha entre los sexos y en contraste con los hombres de su propia clase, no cuestionan la existencia misma de dicha sociedad. Las mujeres proletarias, en cambio, se esfuerzan a través de una lucha de clase contra clase, en estrecha comunión de ideas y de armas con los hombres de su clase – los cuales reconocen plenamente su igualdad – por la eliminación de la sociedad burguesa en beneficio de todo el proletariado.” [Clara Zetkin]
Las actuales marchas del 8M han tomado un carácter reaccionario al expulsar de su participación y lucha a trabajadores, jóvenes y militantes que levantan la liberación de la mujer de toda forma de opresión. Central responsabilidad la tienen las direcciones de la izquierda centrista quienes de forma oportunista se han hecho eco del feminismo burgués y pequeñoburgués llegando a modificar sus programas, suplantando la necesidad que los militantes se levanten contra toda injusticia y forma de opresión, por exigencias de reformas de inclusión al aparato estatal burgués o institucional. Del mismo modo han obrado con las “posmodernas” políticas burguesas “identitarias” relegando la lucha de clases y fragmentando a nuestra clase en disputas de géneros e individualidades.
Es prioritario recuperar el 8M como un día de lucha, organización y combate de nuestra clase, con la mujer trabajadora en la primera fila, por la liberación de la mujer de toda forma de opresión que inscribirá la clase obrera en la tumba del capitalismo.
“El grado de emancipación de la mujer es la medida natural de la emancipación general” [Marx]
Paso a la Mujer Trabajadora
Conmemoramos 10 años del asesinato del dirigente sindical Juan Pablo Jiménez, cuando se encontraba dando lucha contra la patronal Azeta, contratista de Chilectra e impulsaba la organización de los trabajadores subcontratados.
Su asesinato ha quedado impune a manos de la justicia burguesa, donde salieron ridículas teorías como lo de “la bala loca” que habría matado a Juan Pablo. En su momento nuestra corriente señaló la necesidad de que, al mismo tiempo que exigíamos verdad y justicia, no depositáramos un ápice de confianza en el Estado y sus descompuestas instituciones como la PDI y sus peritajes.
La lucha de Juan Pablo y de cientos de luchadores contra el subcontrato es fundamental. Con el subcontrato la burguesía asestó un golpe a la organización sindical, fragmentando y atomizando a la clase obrera, así como redoblaron la explotación para maximizar sus ganancias.
No fue sólo mediante contratos, tercerizaciones y precarización, sino que impulsaron ataques a los intentos de lucha y organización que incluyeron asesinatos obreros, como el del trabajador forestal Rodrigo Cisternas o del obrero minero Nelson Quichillao, donde -bajo la dirección del PS y el PC, la CUT entregó la lucha de los subcontratistas durante los gobiernos concertacionistas.
Nuevamente la burocracia sindical vuelve a jugar un rol pérfido de colaborador con el gobierno “progre de turno” pactado un miserable reajuste que pulveriza el salario. Así como la burguesía impuso la subcontratación para “regular” la responsabilidad de las empresas mandantes, o mediante la reforma laboral del 2016, donde acabo la huelga de los trabajadores del subcontrato; ahora lo hará con el proyecto de ley de 40 horas, donde la burguesía ya empezó a desplegar la flexibilidad laborar y los aumento de los ritmos de producción en las empresas para mantener las tasas de explotación y plusvalía, incluso a incrementarla.
La lucha de las organizaciones sindicales debe tomar las banderas de lucha de Juan Pablo, es necesario organizar a los trabajadores y cuestionar la subcontratación de raíz. El actual gobierno inició su mandato reprimiendo la lucha de los trabajadores subcontratistas de Enap que exigían condiciones de trabajo equivalentes a las de los trabajadores de planta.
Es necesario organizar a nuestra clase y golpear a la burguesía en el plano de la producción imponiendo el control obrero y establecer escala móvil de salario y horas de trabajo.
Levantemos bien alto la bandera la lucha contra la impunidad del asesinato de Juan Pablo y de todos nuestros caídos.
texte original publié dans COR Argentina
Mardi 10 janvier, le gouvernement français a annoncé un projet visant à faire passer l'âge de la retraite de 62 à 64 ans et à exiger 43 années de cotisation à partir de 2027. La colère a explosé dans les rues, avec trois jours massifs de protestation, qui vont se poursuivre.
Le redistributionnisme impérialiste : prendre aux travailleurs pour soutenir les capitalistes
Emmanuel Macron était conscient de l'antipathie que susciterait ce que l'on a appelé en France "la mère de toutes les réformes" et c'est pourquoi il a retardé l'annonce qui était préparée pour décembre. Il tente à tout prix de montrer que cette réforme est dans l'esprit de la justice sociale, en arguant que le système redistributif doit être "équilibré", en faisant cotiser les actifs plus d'années et plus longtemps au cours de leur vie. L'idée n'est pas nouvelle, en 2014 le "socialiste" François Hollande avait déjà fait voter une loi pour augmenter les années de cotisations à partir de 2030, que Macron propose maintenant d'avancer à 2027. Nous avons déjà entendu le FMI appeler à une baisse des pensions en raison du "risque que les gens vivent plus longtemps que prévu" (GFSR 2012).
Le gouvernement défend le projet en affirmant que l'âge de la retraite en France est l'un des plus bas d'Europe. Les mensonges capitalistes ne peuvent plus cacher le soleil avec une main. La vérité est que l'impérialisme français n'échappe pas à la tendance générale de la décadence capitaliste et, plongé dans plus d'une décennie de crise économique, sociale et d’échafaudage institutionnel national et supranational (UE), ajoutée aux conséquences économiques de la pandémie et de la guerre en Ukraine, il met à nu son véritable caractère réactionnaire. Si l'État-providence et la redistribution des richesses en vue de l'équité sociale ont été, dans l'après-guerre, la bannière de cet impérialisme pour dominer, sur l'exploitation des travailleurs de la métropole, des semi-colonies et des colonies, il n'y a maintenant aucun moyen de le maintenir. Macron prétend défendre la redistribution, en s'attaquant aux travailleurs et à leurs conditions de vie, afin de soutenir les capitalistes et sauver leurs profits de la crise. La réponse des travailleurs ne s'est pas fait attendre et les syndicats réagissent en préparant "la mère de toutes les batailles".
19 et 31 janvier, 7 février, les protestations se poursuivent
Macron fait le pari que la réforme des retraites sera adoptée rapidement, mais, pour la faire passer au parlement, il a besoin d'alliances faibles pour l'instant et d'au moins six semaines pour la faire passer. Sinon, il peut prendre un décret, ce qui aggraverait la crise politique au milieu d'un processus de masses, et confrontant la classe ouvrière et le prolétariat industriel. Ces trois premières journées de mobilisations ont dépassé les deux millions de manifestants dans tout le pays, dans ce qui a été jusqu'à présent la journée de pointe du 31 janvier. Mais ce ne sont pas les premières mobilisations de masse auxquelles Macron est confronté ; lors de son précédent mandat, les gilets jaunes ont déclenché un raz-de-marée de manifestations de rue. Ce qui est distinctif cette fois-ci, c'est que le mouvement ouvrier est à nouveau au centre de la scène.
Face à ce phénomène, qui en est venu à être comparé aux luttes historiques de 1995 contre le "plan Juppé" de privatisations, un important processus de politisation et de délibération a lieu au sein de la classe ouvrière. Même si la question de la retraite est loin, une nouvelle génération de travailleurs fait la grève et manifeste parce que le coût de la vie frappe de plus en plus fort dans une puissance impérialiste en déclin. Et il n'y a pas d'amélioration immédiate en vue, bien au contraire. Ce mois-ci, il y aura des augmentations des tarifs du gaz et de l'électricité.
Il est clair que la bureaucratie syndicale qui appelle à l'"unité" lors des journées de protestation et qui dirige les principales centrales syndicales cherchera une issue au sein de l'ordre bourgeois. Toutefois, il n'est pas exclu qu'ils soient débordés. Depuis l'été (en Europe), on assiste à d'importants processus de lutte, notamment dans l'industrie pétrolière et les services de transport. Mais les récentes mobilisations dans l'industrie automobile ont également eu un soutien important, aussi que chez les enseignants et des étudiants de différents niveaux d'enseignement, etc. Cela met à l'ordre du jour la tâche de récupérer les syndicats et d'élargir leurs fonctions, avec un programme de transition qui attaque les bases de l'ordre bourgeois. C'est une perspective à proposer aux centaines de délégués et de militants d'avant-garde qui émergent dans le feu de ces luttes. On doit pousser des Comités d'action dans chaque région, avec des délégués votés dans leurs unités de production, afin de préparer une véritable grève générale, en appelant à la solidarité avec tous les travailleurs de l'UE, des colonies françaises et du prolétariat britannique, qui vient de faire de grandes grèves. Notre objectif ne doit pas s'arrêter à l'arrêt de la réforme de Macron, mais à l'intervention indépendante du prolétariat européen dans la guerre en Ukraine, pour arrêter l'offensive impérialiste de l'OTAN et vaincre la restauration de Poutine.
Pour une direction révolutionnaire
C'est dans ce scénario brûlant que se pose l'urgence de régler la question de la crise de la direction révolutionnaire du prolétariat, non plus pour proposer une issue à la France, mais pour ouvrir une perspective mondiale de renversement du capitalisme décadent.
La gauche française - et par là on veut dire les courants qui n'ont pas été assimilés au régime impérialiste, comme l'ont été le PS et le PC - a traversé crise après crise et en affronte maintenant une autre. Le NPA, un parti "anticapitaliste" qui a été fondé sur la base de différents courants issus du trotskysme centriste de l'après-guerre pour constituer une organisation "large" avec un programme suffisamment lâche pour accueillir diverses lignes politiques en son sein (rappelons qu'à sa fondation, ils ont éliminé la dictature du prolétariat du programme), vient de subir une nouvelle rupture par un secteur disposé à rejoindre la France Insoumise, de l'ancien militant du Parti socialiste et fondateur du Parti de gauche, Jean-Luc Mélenchon, qui s'est positionné comme une figure publique électorale de la gauche parlementaire. Malgré cela, diverses tendances, internes ou externes au NPA, envisagent de discuter de la nécessité de créer un parti révolutionnaire.
Sans aucun doute, la question de la direction est essentielle pour que la situation évolue de manière révolutionnaire. C'est pourquoi il est fondamental d'ouvrir une discussion programmatique face à l'ensemble de l'avant-garde ouvrière afin de développer cette perspective. Parmi les débats qui surgissent ces journées-ci, il y a : "comment continuer ? comment gagner ? comment imposer une stratégie ?".
De notre côté, le COR, on veut apporter notre vision. La classe ouvrière ne peut pas attendre que les colonnes capitalistes tombent de leur propre poids, et encore moins les remplacer par de "nouvelles" institutions bourgeoises "démocratiques". Le défi pour le prolétariat et son avant-garde est de mettre en place ses propres institutions pour briser la domination capitaliste. Il est nécessaire de devancer les plans impérialistes - qui, face à l'impossibilité de coopter économiquement, tenteront de le faire politiquement en générant de nouvelles médiations - en brisant la volonté de l'ennemi et, sur cette base, de construire la direction révolutionnaire internationale. Les courants de gauche persistent à considérer le Programme de transition comme un moyen de faire pression sur l'État ou de formuler des exigences à son égard. De cette façon, ils ne pourront pas sortir du fétichisme démocratique et éloigneront l'avant-garde des tâches de préparation des étapes de la dictature du prolétariat. C'est pourquoi le Programme de transition ne vise pas à "désorganiser la bourgeoisie" sur le terrain du régime politique - même s'il intègre des revendications démocratiques - comme le croient les centristes, mais la conception de la désorganisation est dans la production et, à partir de là, se formera une nouvelle direction ouvrière qui pourra prendre en main la tâche de détruire l'État bourgeois et d'instaurer un État de transition avec une économie planifiée.
Notre courant accepte le défi proposé par Trotski : compléter le programme et le mettre en action. Cela implique de collaborer, de récupérer et de complexifier la méthode d'analyse des tendances impérialistes et les tâches des révolutionnaires, pour surmonter la crise de la direction révolutionnaire mondiale et la reconstruction de la Quatrième Internationale. Le Programme de transition est le programme d'action de l'ingérence de l'État ouvrier dans la société capitaliste. Dans cette transition s'inscrit la révolution mondiale et la dictature du prolétariat mondial.
De notre courant, le COR, et le courant international dont ont fait partie, le TRCI, nous réitérons notre appel à tous les courants qui revendiquent la lutte pour la dictature du prolétariat et la refondation de la Quatrième Internationale à préparer une Conférence Internationale pour discuter et mettre en œuvre les tâches que cette période nous impose.
Los incendios de enorme magnitud asola el sur del país, afectando a miles de familias, más de 1200 casas quemadas, ciudades y pueblos, con más de 25 muertos, enormes hectáreas arrasadas completas por la voracidad de las llamas.
El gobierno, reaccionando tarde al naturalizar una “época de incendios”, ha salido a plantear la “alianza público y privada” que otorga manga ancha para que las forestales e inmobiliarias hagan jugosos negocios en las zonas afectadas, lo que muestra una vez más el carácter depredador y anárquico del capitalismo.
Las patronales forestales son las responsables directas o indirectas, por la resequedad del suelo, la expansión de las plantaciones, las medidas de eliminación de plagas, la falta absoluta de medidas de prevención, contención y eliminación de focos de incendio. Sobre las cenizas y los cadáveres volverán a expandir su dominio y a llenar sus suculentas arcas como lo vienen haciendo en las zonas de la V región, ya lo vienen haciendo todos los años en las regiones del sur.
La catástrofe afecta a miles de hogares obreros y de campesinos pobres que se traduce en las pérdidas de sus precarias casas y enseres. La solidaridad obrera mostrada por la población en este tipo de sucesos debe ser el impulso para que los sindicatos planteen un Plan Obrero de Emergencia, que junto con exigir y disponer de todos los recurso para el combate a los incendios y ayuda a los damnificados, contemple un plan de construcción de viviendas (no de cajas de emergencia), la confiscación de los materiales de construcción y la expropiación de los grandes terrenos en manos de privados. Es necesario luchar por un salario de emergencia igual a la canasta familiar de todos los trabajadores ocupados y desocupados. Los sindicatos de la construcción pueden movilizarse para exigir este plan de construcción disponiendo su fuerza de trabajo, asimismo ante la desidia de la patronal forestal, debe impulsarse por los sindicatos de las empresas forestales brigadas de seguridad que impulsen el control obrero de CONAF y de todos los recursos para la prevención y el combate a los incendios.
El gobierno balbucea sobre que esto es producto ora del cambio climático, ora de individuos aislados que hacen un asado en medio del bosque, sobre los que dejarán caer “todo el peso de la ley”. Maniobras distractivas para sacar del foco a las patronales forestales e impulsar la expansión de sus negocios; muestra de ello es el llamado a los ex funcionarios experimentados, experimentados en la prestación de servicios a la burguesía como los ministros de Piñera y Bachelet.
El control obrero de la industria forestal se vuelve de vital importancia para imponer la planificación consciente de la producción, imponiendo como, cuanto, que, donde y para quien se produce.
The CELAC summit took place last Tuesday, January 24 in Buenos Aires. It was a summit marked by the crisis of the governments of the countries members of the forum, several political crises against the background of the world crisis, the shadow of economic stagnation and the resurgence of militaristic tendencies as a result of the war in Eastern Europe.
First of all, the summit took a position of complicity with the savage repression of the Boluarte government in Peru, which has already claimed more than 60 fatal victims. Only the Chilean Boric (after having been the first to align himself with Boluarte and US policy) made a very warm condemnation and the Mexican representation sent by AMLO, with equal cynicism, proposed a resolution to free Castillo and put an end to the repression that he knew beforehand was not going to be approved. Meanwhile, the rest of the leaders aligned themselves without protest to the imperialist orientation that tries to close the crisis through the defeat of the spontaneous insurrection, led by the working class and peasant population, through the mechanisms of the established institutions of the Peruvian semi-state. The presence at the Summit of the Peruvian Minister of Foreign Affairs, Ana Maria Gervasi, was repudiated by self-convened Peruvian residents and by the left in an act in which we participated. But to limit oneself to this makes the tree cover the forest: it is only the most brutal and stark expression of a general orientation towards the arms of imperialism on the part of the governments of the region.
Another notable point was the active policy of the Brazilian government, with Lula at its head, to position itself as the leader of a regional order, which would allow it to negotiate with Europe and the US the price of such alignment. For this purpose, CELAC itself is too broad and diffuse an organization, so it first sought the support of the Argentine government in the need to revive UNASUR by rescuing the moribund MERCOSUR. This would make it possible to leave aside the (for these sepoys) uncomfortable Caribbean countries, including Ortega, focusing on the South American "sub-region". The "order and progress" motto has a content: to lean on the US and support Biden's militarist foreign policy. Not for nothing, two of the main discussions of the forum, the alleged single currency SUR and Lacalle Pou's rants, dealt with the problem of China's influence in the region. The other major issue, that of human rights and democracy, aims at using Venezuela as a bargaining chip now that Biden and the White House have been forced to negotiate with Maduro under the pressure of an international energy market strained by the war between Russia and Ukraine.
In a finer detail, the Brazilian Minister of Economy Haddad clearly explained that for the time being the only agreement between Argentina and Brazil that exists is a 365-day financing by official banks to companies of each country for bilateral foreign trade operations. And he was explicit: this will allow Brazilian companies to enter the gas pipeline business, from which, otherwise, they would be inevitably left out by Chinese competition. Massa, his Argentine counterpart, indicated that this mechanism will prevent a further drain on the Central Bank's reserves for a year, probably with the elections in mind. Of course, this is not an integration of abstract "nations", but rather the viability of certain businesses for a handful of Brazilian and Argentine monopolies, associated with the Yankees and the EU.
Lacalle Pou's bravado, based on the defense of democracy and human rights (although not for Peru), does not end up hiding the defense of the Uruguay-China FTA, which is a stone in the shoe of Lula's line. For this reason, Lula readily crossed the Rio de la Plata to try to negotiate the organization of a broader agreement between MERCOSUR as a whole and China. He set the condition of signing beforehand the agreement with the EU, showing not a "Eurocentric" sympathy but to the bourgeois business to which his government responds.
The invitation to the summit to the US government leaves no doubt that this attempt (because for now it is no more than that) of Brazil to place itself as a privileged interlocutor in the negotiation of the regional sub-bourgeoisies with the imperialist master has the support of Biden. The Yankees know what they want, as revealed by the scandalous declarations of the head of the Southern Command, Laura Richardson, on the strategic resources of the region such as lithium, rare earths in general, gold, oil, gas and aquifers. The bilateral negotiations (country by country, not by blocs) that Trump had promoted in his turn not only opened gaps for China to integrate several countries of the region to the Silk Road, but also generated a multiplicity of conflicts and processes of institutional disorder that also impact on the rotten imperialist institutional structures. It is true that China is currently in serious economic problems as a result of the war and the resurgence of the pandemic, but it is evident that Biden follows Trump in this and intends to push back its "strategic competitor" (China) as much as possible, and the Brazilian sub-bourgeoisie is postulated as the main partner in this task. Not without internal contradictions, since we must not forget the seizure of the federal buildings in Brasilia carried out by the Bolsonaristas and with the support of sectors of the armed forces and the bosses.
For the United Socialist States of Latin America and the Caribbean
The decadent revival of the 2000s staged by the governments of the region has as its content an attempt to weather the profound decomposition of the Latin American semi-states and their institutions, part of a world situation marked by the general decomposition of the capitalist system in its imperialist phase and the assimilation (increasingly violent) of former workers' states such as Russia and China. The advance of imperialist penetration decomposes the institutions and makes the sui generis Bonapartisms even more farcical. However, the most nefarious role of these "semi-democratic" governments is to give rise to the misleading of the proletariat by their bureaucratic leaderships, which unfortunately have their flank covered by Trotskyist centrism which limits itself to putting forward a democratic line against "the right wing", "anti-fascist" or at most of "anti-imperialist unity" without putting forward a workers program which would allow the proletariat to set itself up as the leader of the oppressed Latin American nations. Thus, the currents of the region like the FT, LIS, UIT, LIT, etc., uncritically raise the slogan "free and sovereign constituent assembly", which the movements in struggle in Peru maintain, and raise the rejection of the "coup" government... in order to defend the supposedly democratic institutions of the country. They see coups opposing democracy to dictatorship everywhere, when in reality the bourgeoisie has not yet taken that course because it counts on the institutions, of course totally collapsed and in crisis, of the semi-states to carry out its maneuvers against the masses and to support its most bloody offensives, exercising the dictatorship of capital. This does not mean that we should not raise the slogan "down Boluarte" in Peru, quite the contrary, but not to go towards a solution within the frameworks of capitalist institutionality, but to impose a workers and peasants government based on the organizations of the workers and the poor people that will impose measures to attack imperialism in the region, expropriating the mining companies and the big landowners, imposing workers' control of the industries and strategic services, calling on the workers' movement throughout the continent, above all in the U.S., to support the struggle against imperialism in the whole region. There is no democracy in Latin America without agrarian revolution and the expropriation of foreign industries and banking. Any monopoly of foreign trade, or currency agreement, or nationalization of banking is a swindle without these measures based on ousting the class enemies from power by imposing the dictatorship of the proletariat. It is clear that the very dynamics of the class struggle based on the economic/social structure of the region will lead to the extension of the revolutionary process to the whole continent, but without a conscious proletarian leadership, it will be the imperialist counterrevolution that will be able to strangle our class. Therefore, we fight for the United Socialist States of Latin America and the Caribbean, preparing a workers internationalist leadership. For this, it is urgent to advance in the reconstruction of the Fourth International. We urgently call on the currents that defend the program of the Dictatorship of the Proletariat to a Latin American conference to discuss the program and the political and organizational measures to advance this objective.
COR Chile – LOI Brasil – COR Argentina
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Polémica ha causado en la superestructura política burguesa los 13 indultos otorgados por el gobierno de Boric, lo que constituye en primer lugar un reconocimiento de la existencia de la prisión política en Chile, y que sirvió para tranquilizar a los sectores de apruebo dignidad (PC-Frente Amplio) que veían como Boric venía de aprobar el TPP11, alinearse con Dina Boluarte en Perú, etc. Es decir, no teniendo ningún atisbo siquiera de política estatista y reformista, que pudiese reivindicar ante las alas populistas de su militancia.
De inmediato los sectores de derecha y ultraderecha pusieron el grito en el cielo anunciando acusaciones constitucionales, la Corte Suprema aludiendo a su "independencia de otros poderes", etc de inmediato el gobierno retrocedió sacando la ministra de justicia y un asesor de la confianza de Boric. Ninguna de las estas fracciones burguesas tiene la fuerza para imponer su agenda, que en todo caso coinciden en hacer pagar la crisis sobre los clase trabajadora, ya que solo diferencian en los tiempos y formas.
La burguesía sabe que una política abiertamente reaccionaria puede crispar a las masas y provocar otras insurrecciones como las que hace más de un mes sacuden al Perú, donde incluso han sido tomadas fabricas por trabajadores y comunidades, y se han desarrollado enfrentamientos con las fuerzas policiales. Coinciden todos los gobiernos de la región en su extrema debilidad y crisis, como el de Lula en Brasil.
El gobierno de Boric con esta medida y su actuación muestra claramente su carácter bonapartista, comenzando a jugar el rol asignado por el imperialismo de cerrar procesos y abrir paso a una transición, buscando mantener la casa ordenada. Estos indultos son el subproducto de la lucha que han dado organizaciones y familiares de presos políticos, pero aún quedan presos por liberar; no podemos conformarnos con las maniobras del gobierno de Boric al dar migajas para posar de izquierda.
Para el gobierno se trata de surfear la crisis social que golpea la clase trabajadora y el pueblo, donde los salarios han sido pulverizados. Ya el irrisorio aumento del salario mínimo, pactado y celebrado como un "acuerdo histórico" por la burocracia de la CUT aumentando en un 2,5% (10 mil pesos) mientras el truqueado y manipulado IPC subió un 12,8%.
Es necesario que los sindicatos desarrollen el control obrero de la producción desarrollando comisiones para determinar la real canasta familiar de la familia obrera y no mediante la burocracia estatal que maquilla los precios. Está y otras medidas para luchar y defender a los que luchan, deben ponerse a la orden del día en un Congreso de delegados de base de la clase trabajadora.
La lucha también debe ser por arrancar de sus cárceles a todos los presos por luchar contra la democracia para ricos.
En eso será clave la organización obrera, por su centralidad en la los procesos de lucha de clases para acaudillar a la nación oprimida.
Na tarde de ontem (08 de janeiro), exatamente uma semana após a posse do presidente Lula, bolsonaristas invadiram, ocuparam e destruíram os prédios oficiais (Congresso Nacional, STF e Palácio da Alvorada) na Esplanada dos Ministérios, em Brasília. A ação que estava sendo planejada na semana anterior, pelas redes sociais e aplicativos de mensagens, mobilizou mais de 80 ônibus e cerca de 4 mil bolsonaristas bancados por setores de empresários do comércio varejista, do transporte e do agronegócio, e contou com a conivência do governo do Distrito Federal, Ibaneis Rocha (MDB) e seu Secretário de Segurança e ex-Ministro da Defesa de Bolsonaro, Anderson Torres (União Brasil). Abertamente bolsonaristas, permitiram e facilitaram a entrada dos apoiadores de Bolsonaro à Esplanada, diminuindo o efetivo policial e ordenando que não realizassem nenhuma resistência (os policiais presentes estavam tirando fotos e comprando água de coco).
Longe de ser uma tentativa de golpe de Estado, pois caracterizou-se por uma ação de uma minoria sem a atuação efetiva das Forças Armadas e/ou policiais e sem uma nítida tentativa de mudança ou controle do aparato estatal e destituição do presidente, o episódio é uma clara expressão da decomposição do bonapartismo sui generis em sua relação com o imperialismo e as massas. Ao incorporar e ampliar as Forças Armadas às tarefas do estado, o bolsonarismo ampliou as contradições e, portanto, a crise do estado semicolonial brasileiro. É nessa crise que buscam intervir o bolsonarismo por um lado e o atual governo por outro, reforçando a defesa das instituições do estado democrático de direito.
Nesse sentido, Lula responsabilizou o governo do Distrito Federal e decretou intervenção federal na capital até o final do mês; para isso, designou o assessor do Ministro da Justiça Flávio Dino (PCdoB), Ricardo Cappelli, como interventor federal da Segurança Pública no DF. Na sequência, a Advocacia Geral da União (AGU) solicitou ao STF o pedido de prisão de Torres e durante a madrugada, Alexandre de Moraes, ministro do STF determinou o afastamento de Ibaneis Rocha por 90 dias, além de determinar a prisão e oitiva de todos os bolsonaristas dos ônibus que chegaram à Brasília (que já somam cerca de 1200 prisões no momento de escrita desta nota) e desmonte de todos os acampamentos nos quartéis em todo o território nacional.
A intervenção federal de Lula deve ser ratificada pelo Congresso nas próximas horas, além de receber o apoio do Judiciário. A burguesia nacional, representada pela Federação Brasileira de Bancos (Febraban), Confederação Nacional da Indústria (CNI), Federação das Indústrias do Estado de São Paulo (Fiesp), Confederação Nacional do Comércio de Bens, Serviços e Turismo (CNC), entre outras entidades empresariais, também cobrou “reação firme” contra os atentados ao estado democrático de direito e pela retomada da ordem. Além disso, o imperialismo já deu o recado de que está acompanhando a situação em total e irrestrito apoio à Lula. Deputados estadunidenses do partido democrata também já levantaram a necessidade de extradição Bolsonaro ao Brasil, pressionando o Congresso pelo não abrigo e refúgio em solo estadunidense do ex-presidente brasileiro, numa clara associação deste com os atos de invasão à Esplanada e dessa com a invasão ao Capitólio há exatos dois anos atrás. Governos regionais também saíram na defesa de Lula e sua intervenção contra o que denominaram “atentados golpistas”.
Dessa forma, o governo Lula tem total carta branca para atuar no sentido de reestruturar sua relação com as Forças Armadas e forças auxiliares e com as instituições da democracia burguesa na sua relação com as massas. Desde a sua posse, Lula tem atuado para fortalecer a ideia do estado forte e “acolhedor”. Todas as cerimônias de posse, do presidente e ministros, foram pensadas para transmitir a mensagem de que o estado burguês serve ao povo brasileiro, que os últimos quatro anos foram um problema de má administração desse aparato e que, portanto, é possível que o estado esteja e atue em favor dos interesses da classe trabalhadora. O discurso da “ameaça golpista” tem sido utilizado pelas direções sindicais e políticas reformistas para controlar e calar o movimento operário desde as eleições de 2018. Exemplo mais recente é o ataque sistemático do reformismo às lideranças dos trabalhadores de aplicativos que estão construindo uma greve para o próximo dia 25/01, acusando-os de “bolsonaristas” e de atuarem contra o governo Lula. Fica nítido que as burocracias sindicais atuarão com maior truculência nos próximos anos para controlar o movimento operário e blindar o governo Lula para evitar a “ameaça golpista” ou o crescimento da “extrema direita”.
O centrismo trotskista repete a defesa (equivocada) de atuação “independente” dos trabalhadores contra a “extrema direita” e “golpistas”, assim como o fizeram diante dos bloqueios de rodovias pelos bolsonaristas após resultado das eleições. Defendem assim, de forma mascarada, o respeito às instituições da democracia burguesa e ao governo Lula em última instância. Isso porque abandonaram a ideia de revolução e da ditadura do proletariado, transformando a ideia de “independência de classe” cada vez mais numa possível atuação parlamentar que responda melhor aos interesses dos trabalhadores.
É nesse contexto que são chamados os atos de hoje, dia 09 de janeiro, contra o golpismo. Movimentos sociais e centrais sindicais clamam por uma mobilização em defesa da democracia (burguesa), das instituições do estado burguês e do governo Lula. O centrismo defende a mobilização nas ruas contra o golpismo e a extrema direita. Em resposta à crise do estado e das disputas entre frações da burguesia e pequena burguesia semicolonial, não podemos estar refém de uma política que demanda maior estatismo com intervenção direta do imperialismo.
Dessa forma, repudiamos as medidas intervencionistas de Lula e dos demais poderes do estado. Para os trabalhadores, um poder estatal maior e mais centralizado é prejudicial aos nossos interesses, organização e luta. Não devemos alimentar nenhuma ilusão no estado burguês que é o instrumento de dominação dos nossos inimigos de classe. É preciso denunciar seu invólucro democrático e seu caráter de classe!
É necessária a atuação independente dos trabalhadores nessa crise aberta, com sua pauta e seus interesses. É preciso levantar medidas de autodefesa e assembleias em cada sindicato e central sindical que apontem para um plano de lutas contra o desemprego, contra o aumento da miséria nas condições materiais de vida, pela revogação das reformas que ampliaram a exploração e a retirada de direitos. Somente organizados na defesa das nossas bandeiras históricas será possível enfrentar, não apenas o bolsonarismo como oposição burguesa e pequeno burguesa ao governo, mas o próprio governo Lula, preparando as condições para o enfretamento ao estado burguês em seu conjunto. A única intervenção independente possível para nós, trabalhadores, é a de enfrentamento ao estado burguês e ao imperialismo, e não de seu fortalecimento!
Un incendio de grandes proporciones en la comuna de Viña del Mar, que aún no ha sido controlado en su totalidad, ha afectado a 125 hectáreas dejando 2 muertos, miles de damnificados y más de 500 viviendas siniestradas.
El gobierno de Boric decretó el Estado de Catástrofe y apareció, al igual que lo hiciera Piñera ante las catástrofes, camisa arremangada recorriendo el terreno para las cámaras. La alcaldesa de Viña del Mar, antes que dar solución y recursos, empezó a lanzar campañas de solidaridad para que sea la ayuda de la población la que parche las necesidades sociales y anticiparse a que el municipio sea el que regentee dichas ayudas.
Es sabido que desde la Corte Suprema, así como del propio gobierno, propietarios e inmobiliarias, vienen preparando el terreno legal de los desalojos de las tomas. La explotación forestal de la zona también podría verse beneficiada por le extensión de la explotación hacia zonas protegidas, como ha ocurrido con frecuencia en los incendios forestales del sur. Por ello es que no resultaría nada extraño que el actual incendio haya sido intencional como señalan muchas fuentes.
El hacinamiento y falta de condiciones básicas habitacionales (agua, luz, alcantarillado, etc) es la moneda corriente de cientos de miles de familias que habitan en las periferias de la ciudades. Algo para lo que la burguesía no sólo no pretende darle solución, sino que en la actual crisis económica donde la especulación inmobiliaria está llevando a la parálisis de obras y faenas, incrementa el apetito por ganancias y subsidios estatales de las grandes constructoras y agrava a niveles históricos la falta de vivienda y la precariedad de las condiciones de vida.
Este es el fin del despliegue en terreno del gobierno que, junto con mantener militarizada la zona para evitar saqueos por hambre o sofocar cualquier manifestación de lucha ante la extrema necesidad, busca galvanizar los intereses de grandes grupos económicos, agrarios, forestales, inmobiliarios, etc.
Cientos de organizaciones sociales, estudiantiles y de trabajadores se han puesto a disposición para organizar e impulsar acciones de solidaridad como el levantamiento de centros de acopio o la realización de ollas comunes. Este es un reflejo constante de los trabajadores y el pueblo que sale en ayuda de su clase ante situaciones de este tipo. Bajo la consigna de “sólo el pueblo ayuda al pueblo” se desarrolla esta agitación solidaria. Apoyamos e impulsamos todas estas muestras de solidaridad y pugnamos porque los sindicatos de trabajadores se pongan a la cabeza de las mismas. Sin embargo, no dejamos de advertir que no es con la solidaridad entre los pobres que podamos arribar a una solución para las miles de familias afectadas. Esta perspectiva apuntaría a desarrollar una suerte de mendicidad paraestatal, que pronto puede ser relevada, y con mayores recursos, por las instituciones del aparato estatal para proteger la propiedad privada. Otros plantean la necesidad de impuestos a los ricos para financiar las ayudas, es decir, apuntar a la vieja receta de exigirle al gobierno o al congreso que introduzca reformas impositivas para “redistribuir la riqueza”. Es necesario que intervenga la clase obrera ente la emergencia.
Los sindicatos pueden organizar la solidaridad activa y movilizarse para imponer un Plan Obrero de Emergencia que contemple un plan de construcción de viviendas, la confiscación de los materiales de construcción y la expropiación de los terrenos en manos de privados. Es necesario luchar por un salario de emergencia igual a la canasta familiar de todos los trabajadores ocupados y desocupados. Los sindicatos de la construcción pueden movilizarse para exigir este plan de construcción disponiendo su fuerza de trabajo. Es necesario tomar todo inmueble ocioso, iglesias, casas patronales, etc, para albergar provisoriamente a las familias, levantar comedores comunes con recursos permanentes, etc.
Que la clase obrera y la juventud se pongan a la cabeza de este desafío
Electoral polarization, imperialist consensus
First published in El Impreso #83, December 2022
There was no red tide on November 8, it was just a small wave. On that day, votes were cast to renew the chambers of the U.S. Congress, in the so-called mid-term elections. The vote was closer than expected, since forecasts predicted that the Republican Party (PR) would win both houses. This was not the case: in the House of Representatives, which was renewed in full, the PR won, but by a small margin, while in the Senate, the Democratic Party (PD) maintained the 50 seats that give it control due to the tie-breaking vote of the vice-president; it could even increase its margin if it wins the ballot for the senator from Georgia in December. There were also gubernatorial elections in 36 states and while the PR won the majority (26 to 24), the PD managed to regain 2 governorships. Voter turnout was relatively high, 65% of the electoral roll, an alarming sign for an imperialist democracy based on the political control of an elite.
The elections, which show an extreme polarization among voters, are taking place on the accelerated erosion of institutions due to the development of the world capitalist crisis, which has not stopped since 2008 and has been deepening due to the pandemic, the inflationary scenario and the shadow of recession. The layoffs in Silicon Valley technology companies in recent weeks are a sign of the times to come. The movements in the streets that tried to be assimilated by the coalition that supported Biden have led to the co-optation of its leadership (Democratic Socialists of America) but it has not been able to stop the mobilizations or the strikes of the so-called Generation U (for Union). The blow to the institutions of imperialist democracy that meant the seizure of the capitol at the exit of the Trump administration has not been closed either, although it is necessary to take note of the defeat of the Trumpist candidates in these mid-term elections. The latter has pushed back "outsiders" like Trump against other, no less right-wing, but more "institutional" wings of his party.
The outcome of the election, with the congressional chambers split, greater balance in the governorships and a muted defeat of Biden and the DP, will probably settle a line of agreements between the party elites. These imperialist consensuses were already shown in the keys of the campaign itself, which synthetically were the economic crisis in the case of the Republicans and the defense of abortion rights on the Democratic side. But the policy of support to Ukraine in the war, a great point of debate in all the elections held this year in different European countries, was not discussed. The fact is that there is a strong imperialist agreement in maintaining Biden's offensive on Russia, and mainly on China, a warlike policy that colors all international relations, but also the domestic policy of each member of the system of states. The acceleration of the assimilation of the former workers' states is clearly the axis not of debate, but of imperialist agreement. And these elections will try to show the need to strengthen the institutions to weld these agreements, with the difficult task of bringing back into the fold of imperialist policy a petty bourgeoisie more and more distant from production, but above all of reconstructing a labor aristocracy capable of sustaining the war policy. All this, on the decline of the productive forces determined by imperialist decomposition.
The task of revolutionaries is to fight for the development of the experiences of class struggle in order to draw from them the best conclusions in the light of the historical experience of our class. It is necessary to regenerate a communist vanguard. That is why the urgency of rebuilding the IV International, for which we propose an international conference of the currents that raise the program of the dictatorship of the proletariat.